THE OBJECTIVE
Natalia Angulo Haynes

Dimisión o pandereta

Sanidad admite que debería haber aislado a la enfermera con los primeros síntomas de ébola y es que la trabajadora informó de sus síntomas hace 7 días, pero no fue aislada y siguió de vacaciones.

Opinión
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Sanidad admite que debería haber aislado a la enfermera con los primeros síntomas de ébola y es que la trabajadora informó de sus síntomas hace 7 días, pero no fue aislada y siguió de vacaciones.

Con media hora de retraso, Ana Mato confirma en una bochornosa rueda de prensa que el contagio del primer caso de ébola en Europa se ha dado, cómo no, en España. La infectada es una enfermera del hospital Carlos III de Madrid que atendió al misionero Manuel García Viejo.

La ministra anuncia que se han activado los protocolos, esos mismos que han fallado, que se busca la fuente de contagio y repite varias veces un mensaje de tranquilidad: «Estamos trabajando por la paciente y por los ciudadanos». Tras esto, la ministra se refugia bajo su cuaderno de notas y pasa la pelota a los profesionales de la salud que responden por ella, negándose a contestar más preguntas ni a depurar responsabilidades y finalizando con que no saben cómo se produjo el contagio ni qué fue lo que falló.
 
Ante el silencio de la ministra, la oposición pide más respuestas, denuncia la falta de transparencia en su gestión y coincide en pedir su comparecencia en el Congreso, a la vez que la Unión Europea comunica que revisará en los próximos días los protocolos de seguridad frente al ébola, especialmente en los hospitales, y que expertos de los 28 y la OMS examinarán las causas del contagio de ébola en España.

Sanidad admite que debería haber aislado a la enfermera con los primeros síntomas de ébola y es que la trabajadora informó de sus síntomas hace 7 días, pero no fue aislada y siguió de vacaciones. El coordinador del centro de Alertas y Emergencias afirma, por su parte, que «la posibilidad de contagio existe, es baja, pero existe».  

Y en este clima de incertidumbre en el que los sanitarios se concentran estos días en la puerta del Hospital La Paz para pedir la dimisión de Ana Mato y denunciar que no han recibido formación ni recursos, ésta se encuentra desaparecida. Desde la rueda de prensa del lunes, en la que la ministra era más una espectadora que la informante, no ha vuelto a dar la cara. El martes tenía convocada en el Ministerio de Sanidad una reunión con los consejeros respectivos de las comunidades autónomas, pero no acudió ni tiene previsto comparecer para dar más explicaciones en estos momentos en que la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid ha señalado que están vigilando cuatro posibles casos de ébola más y que 52 personas se encuentran bajo vigilancia al haber estado en contacto con la enfermera.

¿Quién dijo miedo? Al ébola, no, a que lo gestione Mato, sí.

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