Islamofobia
No todos los musulmanes son yihadistas. Pero esa minoría que sí lo es, es escuchada por encima del resto de voces que piden la paz y también sufren.
No todos los musulmanes son yihadistas. Pero esa minoría que sí lo es, es escuchada por encima del resto de voces que piden la paz y también sufren.
Se define la islamofobia como “la condenación del conjunto del islam y su historia como extremista, negando la existencia de una mayoría moderada y considerando el islam como un problema general para el mundo, tratando los problemas concernientes a los musulmanes como su propia culpa e incitando a la guerra contra el conjunto del islam”. (Stephen Schwartz, periodista americano).
La serie de atentados acaecidos en diversas partes del planeta, reivindicados por el fundamentalismo islámico, ha incrementado las agresiones contra las comunidades árabes en el mundo occidental, acuñando a todos estos bajo un mismo término: “terrorista”. Y más desde lo acontecido en el semanario satírico Charlie Hebdo.
Sin embargo, no todos los musulmanes son yihadistas. Pero esa minoría que sí lo es, es escuchada por encima del resto de voces que piden la paz… y también sufren. Porque el fanatismo religioso resulta igual de desconcertante para todos los que amamos la vida y respetamos los derechos y libertades humanas, ya seamos musulmanes, católicos o judíos. Se han cometido numerosos crímenes a lo largo de la historia en nombre de todas las religiones. ¿Se nos debería meter a todos en el mismo saco? Yo creo que no.
“No juzgues por igual a todas las rosas cuando sólo una te ha clavado las espinas…”.
Me quedo con una imagen: es una concentración que aglutina a cientos de personas, entre ellos musulmanes, para mostrar su repulsa hacia los atentados terroristas cometidos en Francia. En España hay más de un millón de musulmanes, ¿cuántos de ellos son extremistas? Los medios deben reflejarlo.
“Ni yihad, ni cruzadas. Respeto, por justa paz”, rezaba uno de los carteles.
Respeto.
Paz.
No generalicemos.