THE OBJECTIVE
Jesus H. Cifuentes

La longevidad de las porteras

Juzgamos alegremente por la pinta que tiene el otro, por su ropa, por su coche, por sus hábitos alimentarios, por el aliento de su boca, por los programas que ve en la tv, por los amigos que tiene o deja de tener… En general funcionamos por ese pensamiento cristiano viejuno por el cual vemos la paja en el ojo ajeno, y no la viga en el nuestro.

Opinión
Comentarios
La longevidad de las porteras

Juzgamos alegremente por la pinta que tiene el otro, por su ropa, por su coche, por sus hábitos alimentarios, por el aliento de su boca, por los programas que ve en la tv, por los amigos que tiene o deja de tener… En general funcionamos por ese pensamiento cristiano viejuno por el cual vemos la paja en el ojo ajeno, y no la viga en el nuestro.

Uno no deja de sorprenderse de la cantidad de estudios que se hacen bajo un supuesto paraguas de cientifismo de un montón de aparentes “tontascás”. Pero como cuando menos se lo espera uno, salta la liebre, resulta que ahora desde la Universidad de Oxford, Robin Dunbar, profesor de Psicología Evolutiva defiende que el chismorreo nos distingue como especie y ayuda a crear y mantener lazos sociales así como captar una información vital sobre en quién podemos confiar, comentan en «The Telegraph».

«El hecho más importante que prevendrá tu muerte es el tamaño de tu red social», defendió el profesor Dunbar en la Feria de Ciencia de Cheltenham. «Tiene más efecto que cualquier otra cosa, salvo dejar de fumar. La red social tiene un efecto enorme en la felicidad y el bienestar».

Quizá por eso este país de porteras tenga uno de los índices más altos en lo que a lo que a longevidad se refiere. No paramos de comentar y poner en una pica todo lo que nos desagrada y nos viene mal, y mucho más acerca de todo aquello de lo que no sabemos nada o no comprendemos, pero a pesar de todo opinamos.

 Vivimos en un mundo no capacitado para ese salto mortal que conlleva ponerse en el pellejo del otro, sobre todo si eso tiene implicaciones que a nivel personal nos supone un esfuerzo.

Juzgamos alegremente por la pinta que tiene el otro, por su ropa, por su coche, por sus hábitos alimentarios, por el aliento de su boca, por los programas que ve en la tv, por los amigos que tiene o deja de tener… En general funcionamos por ese pensamiento cristiano viejuno por el cual vemos la paja en el ojo ajeno, y no la viga en el nuestro.

Y quizá por eso también en este país estemos a la cabeza del uso de las redes sociales en internet, con un uso activo por parte del 80% de la población de estas perversiones digitales tan adictivas.

Lo reconfortante y concluyente de este estudio es que cuanto más ponemos a parir a los vecinos, más tiempo tendremos de vida para seguir practicándolo. Es todo un alivio.

 

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D