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¡Elecciones ya!

«Los Gobiernos no se eligen para hacer bonito, ni para demostrar superioridad moral ni para aplicar resentimientos de 1936»

Notas de un espectador

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. | Europa Press

  • Félix de Azúa (Barcelona, 1944) es escritor, doctor en Filosofía y catedrático de estética. En junio de 2015 fue elegido miembro de la Real Academia Española.

Esta es la consecuencia de haber entregado la gobernación del país a un puñado de buscavidas, caballeros de industria, ineptos, aventureros e ideólogos iluminados. Al principio van tirando con la montaña de papeles que ha dejado el Gobierno anterior. Hay una enorme inercia en la colosal máquina del Estado, una especie de Titanic esperando su iceberg, que permite quemar un año sin hacer prácticamente nada excepto darse importancia.

Al segundo año comienzan a emerger los problemas porque el nuevo Gobierno se ve en la obligación de llevar a la práctica sus ideas o lo que cree que son sus ideas, pero no son sino propaganda. Al tercero comienzan a multiplicarse los desastres cuando esas digamos «ideas» caen como granizo en el sembrado administrativo. Cada nuevo problema produce dos nuevos problemas como en las películas de terror. Cuando llega el cuarto año no funciona ni la cadena de la cisterna. El caos se apodera del Estado.

Y así estamos ahora. Es inoperante echar la culpa a las epidemias, a la sequía, a la guerra de Ucrania, al enjaulamiento del poder judicial, a la descomunal deuda y es inútil porque eso es justamente lo que se espera de un Gobierno trabajador y eficaz: que resuelva los desastres imprevistos porque siempre se van a dar. Cuando no hay graves incidencias no necesitamos ningún Gobierno (o uno muy pequeño). Es justamente cuando todo se complica cuando es imprescindible un Gobierno sensato. Cada año los incidentes serán distintos, cada año parecerán nuevos y un Gobierno sensato se dedica a poner remedio con tesón y buenos técnicos. No elegimos los Gobiernos porque sean gente que tiene ocurrencias, fotogenia, una ideología guay, unos discursos como de tertuliano o por dar muestras de querer arreglar el mundo y ornamentar nuestra vida privada. Eso es exactamente lo que no deberíamos elegir.

Los candidatos que merecen nuestro respeto son quienes conocen los recursos administrativos no para entorpecer al adversario sino para facilitar la vida de las gentes, los que saben hacer uso de las instituciones del Estado, los trabajadores eficaces, los que no se dan importancia, los que no desprecian a quien no les gusta ni usan el odio como herramienta política. Pero hete aquí que buena parte (aunque minoritaria) de la sociedad eligió a un personaje notablemente incapaz, una verdadera nulidad hinchada de narcisismo, ínfulas y soberbia. Y que este a su vez se asoció con lo más nefasto de la oferta política, gente satisfecha de sí misma, ávida, vanidosa y con programas sulfurosos como el de complacer los caprichos de la burguesía catalana a costa de todos los españoles. Pues este es el resultado.

Los Gobiernos no se eligen para hacer bonito, ni para demostrar la superioridad moral ni para aplicar resentimientos de 1936, sino para resolver las dificultades a medida que se presentan, con decisión y esfuerzo. Huelga de transporte, amenaza de carestía alimentaria, ruina de la clase media, hundimiento de la economía, parálisis de políticos con sueldos de 100.000 euros ocupados en aliviar el sufrimiento de una exigua minoría sexual. Cuando despierten de ese sueño infantil, se encontrarán en el desierto.

Para una situación tan brutal como la que estamos viviendo solo hay una solución: exigir elecciones inmediatas y expulsar a sus jardines a los ángeles adolescentes de la destrucción. Son de escayola.

7 comentarios
  1. Pasmao

    Elecciones?

    El resultado de las votaciones, MESA A MESA, cotejado con su correspondiente acta, de tal manera que uno después pueda ver todas las mesas de cada circuncripción electoral en una excel de facil acceso por el ciudadano normal y corriente, para compararlsos con ese resultado que se nos da esa madrugada Domingo Lunes es imposible.

    Y si nos tenemos que fiar de quienes nos han llevado a donde estamos (icluidos los partidos de la actual oposición) mas que de nuestros propios ojos, pues aviados vamos.

    Cuando en el XXI tendría que ser algo fácil y asequible.

    ¿De que nos sirven unas elecciones cuando se ha delegado la presentación del resultado en una empresa de nuestro complejo militar industrial local llamada INDRA a la que todo el mundo tiene que decir amen?

    Ojo, yo no digo que el posible pucherazo sea enorme, porque no colaría, pero si se que moviendo unos votos aquí y otros allá (no muchos) se pueden asiganr restos de los últimos escaños en las cirecusncripciones electorales con muchos escaños y votos, que al final si mueven unos cuantos escaños.

    Y que eso se puede hacer en un petit comité donde hoy por ti y mañana por mi… donde todo quede tapado. O no lo hemos visto ya en lo del Tribunal de Cuentas, el de la Comisón Nacional de la Competencia, en el Tribunal Contitucional y en no mucho tiempo en el Consejo Gral Pder Judicial.

    Por no hablar de cómo se hace el censo (a quien y donde se incluye), y cómo afecta el proceso de nacionalización expres de algunos residentes en su sesgo al votar.

    Fíate de la Virgen y no corras. Dicen en mi tierra.

  2. juanlpb

    Sensacional artículo, más claro imposible de expresar.

  3. pensativo

    Elecciones ya antes de que este país se arruine debido a la mala política de este gobierno tanto social como económica.

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