#OBAMASPY (II)

Quizá es necesario espiar las conversaciones de millones de ciudadanos de todo el mundo

Hace unas semanas, cuando Snowden empezó a publicar sus descubrimientos sobre el espionaje masivo de Estados Unidos, nadie le dio importancia. «En nombre de la seguridad, cualquier cosa es necesaria», respondían los Obamitas. Pues bien, quizá es necesario espiar las conversaciones de millones de ciudadanos de todo el mundo (hasta ahora sólo sabíamos que eran espiadas las llamadas, correos electrónicos y mensajes de texto a ciudadanos de Estados Unidos tanto dentro de sus fronteras como de aquellos extranjeros que se ponían en contacto con ellos). Estos días estamos conociendo que no, que Estados Unidos ha espiado todo tipo de llamadas, SMS y correos electrónicos a ciudadanos no estadounidenses en sus propios países. Para hackear el teléfono de Angela Merkel hace falta que alguien lleve un dispositivo, mientras está con la canciller, que permita conocer su número e interceptarlo. Y así con todos los líderes mundiales. Dicen las agencias de espionaje estadounidenses que Obama no sabía que estaban espiando a la canciller alemana. Ya. ¿El presidente de Estados Unidos no sabe que ha dado la orden para pinchar el teléfono de Merkel? ¿En serio? Si fuera así, la situación es mucho más grave de lo que parece, porque implica que los espías toman decisiones unilaterales sobre cuestiones diplomáticas de gran importancia y pueden crear un conflicto diplomático con un país aliado sin parangón. Lo normal es que Obama lo supiera, que por supuesto aprobase el espionaje, y además le pasaran la transcripción de las conversaciones personales de ella –y del resto de presidentes y primeros ministros–. La cuestión es: ¿y ahora qué? ¿Cuál puede o debe ser la reacción de los gobiernos democráticos espiados? ¿Y la reacción de los ciudadanos espiados: usted y yo? Porque una cosa es que te digan que tus conversaciones serán grabadas para luchar contra el terrorismo, y otra que te espíen sin tu conocimiento. No me quiero ni imaginar qué hubiera pasado si esto lo decide un presidente republicano. En todo caso, la decisión de espiar a Angela Merkel según el WSJ se tomó en el 2009. Obama ya llevaba un año en la Casa Blanca. Ustedes mismos.