Arte contemporáneo
Y es que el estado policial está tan globalizado y extendido, que da pánico ver con qué docilidad y temeridad lo hemos asumido. Es como aceptar el derecho de pernada, aún viviendo en una democracia
Y es que el estado policial está tan globalizado y extendido, que da pánico ver con qué docilidad y temeridad lo hemos asumido. Es como aceptar el derecho de pernada, aún viviendo en una democracia
El arte contemporáneo es lo que tiene, que todo vale en un momento dado. La mística y el concepto son un mar tan insondable que poner en tela de juicio algo tan incatalogable hace que el crítico se eche para atrás, en un alarde de cobardía, “no vaya a ser que esto mole mogollón y yo no me haya enterado”.
Pero por la parte iconoclasta del asunto es de donde salen tipos alternativos de protesta que hacen surgir modelos que provocan en el observador pasajero una revuelta de sus pordentros emocionales y éticos.
La foto publicada por TheObjective ayer del arranque de la 4ª Feria Internacional de Arte contemporáneo de Singapur, me ha llevado rápidamente a Burgos, al Barrio de Gamonal.
En la imagen aparecen miniesculturas en hilera, tipo madelman, de policías de una docena de países, cacheando a una docena de sus correspondientes ciudadanos. Y es que el estado policial está tan globalizado y extendido, que da pánico ver con qué docilidad y temeridad lo hemos asumido. Es como aceptar el derecho de pernada, aún viviendo en una “democracia”.
Ya saben lo de estos días en Gamonal. El cacique de turno, Antonio Miguel Méndez Pozo, amiguete de Aznar en su etapa de presidente de la Junta de Castilla y León, constructor de “toda la vida” del mamoneo, encarcelado por una condena de 7 años y tres meses por prevaricación, de los que solo cumplió 9 meses, propietario del “Diario de Burgos” y más medios de comunicación, y con un interminable largo etcétera a sus espaldas, está pretendiendo ejercer ese derecho de pernada del que hablaba en un barrio obrero de los que sufren a diario los desahucios, el paro, la marginación y la carencia de servicios; y la dentadura de la policía, por supuesto, está a su servicio. Arte contemporáneo