Buen viaje, Edgar
El Gobernador de Texas, Rick Perry, debe estar contento. Ha firmado otra condena de muerte este año que acaba de empezar, la del mexicano Edgar Tamayo. Una condena llena de irregularidades.
El Gobernador de Texas, Rick Perry, debe estar contento. Ha firmado otra condena de muerte este año que acaba de empezar, la del mexicano Edgar Tamayo. Una condena llena de irregularidades.
El Gobernador de Texas, Rick Perry, debe estar contento. Ha firmado otra condena de muerte este año que acaba de empezar, la del mexicano Edgar Tamayo. Una condena llena de irregularidades que ha suscitado la polémica internacional, pero al Gobernador que acumuló en el 2013 el récord de 16 reos muertos por inyección letal, parece que ésta es una circunstancia que le pone.
¿Qué tendrá en la cabeza alguien así? ¿Qué tendrá la sociedad tejana en sus pordentros para aceptar sin pestañear esta situación? ¿No será que otro espalda mojada menos es un alivio para ellos?
Desde que en el año 1948 se firmase en París la Declaración Internacional de los Derechos Humanos, no hemos dejado de asistir a un continuo reguero de ejecuciones legales por parte de los gobiernos que solapadamente, y algunos bajo el maquillaje de la democracia, promueven con su mano de hierro el estado policial del terror en el que la vida tiene el mismo valor que una bala.
Me pregunto tantas cosas al ver tanta locura legal, que el cerebro se me queda paralizado por el terror. La edad media sigue vigente en el imaginario de los gobiernos. Solo han cambiado las herramientas, pero ya puestos, me extraña que no sigan con los descuartizamientos o la hoguera en la plaza pública, para mayor disfrute de la enajenación comunitaria.
Está claro que para algunos Estados, los Derechos y Pactos Internacionales solo existen para pisotearlos y mearse encima, dado que quien tiene la sartén por el mango es el jefe de este gran frenopático mundial en el que vivimos.
El gran señor feudal, la garra del aguilucho norteamericano, está de nuevo satisfecha de sangre, pero el tiempo de su voracidad seguirá llevándose a más personas si esto no lo paramos.
Que tengas buen viaje, Edgar