Especismo
Leo que casi 4 millones de kilos carne pertenecientes a una empresa del norte de California ha sido retirada del mercado debido a que provenían de animales enfermos.
Leo que casi 4 millones de kilos carne pertenecientes a una empresa del norte de California ha sido retirada del mercado debido a que provenían de animales enfermos.
Leo que casi 4 millones de kilos carne pertenecientes a una empresa del norte de California ha sido retirada del mercado debido a que provenían de animales enfermos. El aviso de retiro indica una probabilidad razonable de que el consumo pueda tener «consecuencias adversas para la salud o la muerte». Leo la noticia y me planteo: traducido a individuos, ¿cuántos animales son 4 millones de kilos de carne?, ¿alguien se ha planteado cuántos animales enfermos se han sacrificado inútilmente para producir esos 4 millones de kilos carne?
En general, el ser humano lo valora todo desde el más absoluto antropocentrismo moral discriminando e infravalorando los intereses de cualquier especie distinta de la del Homo sapiens e incluso estableciendo dentro de ésta misma jerarquías dependiendo de la raza y la clase social. La consecuencia de esta línea de pensamiento es la consideración de los animales como propiedades del hombre y del derecho que le asiste a disponer de ellos para su provecho, desde utilizarlos en laboratorios, criarlos en condiciones dantescas en granjas industriales para su uso como alimento, por sus pieles, sus aletas, sus cornamentas o solo para divertirse. Y quizás esta visión especista es lo que está produciendo este gran impacto ecológico que hace que los animales enfermen de males antes inexistentes, como al famoso mal de las vacas locas producido por alimentar a los animales con piensos hechos con sus semejantes, así como la alteración de sus ecosistemas, sus ciclos biológicos y su alimentación, todo lo cual no solo acaba por perjudicarlos a ellos sino también a nosotros.
Debemos replantearnos esta discriminación moral basada en la superposición de unas especies sobre otras y comenzar a ver que un animal, independientemente de la especie en la que lo clasifiquemos, es un ser vivo, sujeto de derechos y merecedor de un bienestar y trato ético, al contrario de esa otra visión de su existencia solo para ser explotados por el ser humano. Ese concepto arcaico y teológico de dominio basado en el Génesis (1:20-28) donde es dado a Adán el dominio sobre el mundo no humano está mas que superado en el siglo en el que estamos o debería estarlo.
