Fichaje ruso
Es muy posible que hoy éste perro haya amanecido arropado y consentido por una nueva familia. De ser así debe estar algo confundido porque sus nuevos amos le estarán hablando en inglés y de eso tiene mucho que aprender.
Es muy posible que hoy éste perro haya amanecido arropado y consentido por una nueva familia. De ser así debe estar algo confundido porque sus nuevos amos le estarán hablando en inglés y de eso tiene mucho que aprender.
Es muy posible que hoy éste perro haya amanecido arropado y consentido por una nueva familia. De ser así debe estar algo confundido porque sus nuevos amos le estarán hablando en inglés y de eso tiene mucho que aprender. De momento se salvó de la muerte y su segunda oportunidad es en Estados Unidos y convertido en una celebridad. Nació en Rusia, las heladas calles de Sochi solían ser su hogar y sus días estaban contados. Por un golpe de suerte fue fichado por la Liga de Rescate Animal de Washington que junto a la Sociedad Humana Internacional no permitieron que él y sus colegas, diez en total, entraran al programa de “limpieza” de perros callejeros que opera en la ciudad anfitriona de los pasados Juegos Olímpicos de invierno.
Hubo fotos, reporteros y veterinarios tanto a la salida como a la llegada. Snacks y galletas con sabor a tocino hicieron parte del banquete de despedida. Algo ansiosos por el encierro temporal en sus respectivos guacales, se disponían a hacer algunas horas de avión pero con la promesa de un futuro mejor. Su arribo a tierras norteamericanas fue exitoso y ahora la tarea es buscar casas que brinden amor y cuidados a los que hasta ahora llevaban literalmente vida de perro. Expertos se encargan de prepararlos para presentarlos ante la comunidad de amos de Washington D.C que ha esperado ilusionada la llegada de la camada rusa.
Mientras ésta historia de cooperación y ayuda internacional se lleva a cabo de manera tan amistosa entre rusos y estadounidenses, sus respectivos mandatarios publican comunicados de prensa sobre la reciente llamada telefónica sostenida entre ambos en aras de buscar una solución diplomática a la crisis ucrania. Barack Obama pide a Vladimir Putin una propuesta por escrito. Insiste en el retiro de las tropas como prioridad ante una salida pacífica al conflicto en Ucrania. Ante la incertdumbre, todos seguimos atentos.
A muchos kilómetros de distancia, los diez perros rusos con visado de residencia permanente en USA no se quieren enterar de la situación. No quieren conflicto porque han tenido suficientes. No quieren saber nada de retiros sino de bienvenidas. Lo de ellos ahora es el idioma y el entrenamiento. Al fin y al cabo la vida en Rusia ha quedado atrás para todos y eso ni Obama ni Putin lo pueden cambiar.
