THE OBJECTIVE
Marcela Sarmiento

Photocall

Cada vez me gusta más. Si, Francisco. Me fascina su actitud. Humana. Normal. Un hombre que convierte lo ordinario en extraordinario. «Hay que tener valor para casarse hoy en día», ha dicho.

Opinión
Comentarios
Photocall

Cada vez me gusta más. Si, Francisco. Me fascina su actitud. Humana. Normal. Un hombre que convierte lo ordinario en extraordinario. «Hay que tener valor para casarse hoy en día», ha dicho.

Cada vez me gusta más. Si, Francisco. Me fascina su actitud. Humana. Normal. Un hombre que convierte lo ordinario en extraordinario. «Hay que tener valor para casarse hoy en día», ha dicho.

Esa frase la habremos oído miles de veces. Seguro. Pero el solo hecho de haber sido pronunciada públicamente por el Sumo Pontífice es algo digno de gozo.

Francisco no se equivoca. Para asumir el compromiso del matrimonio se necesita valor y mucho. Millones de personas le seguimos apostando.  Pero también ha sido valiente él , quien ha demostrado en cada declaración y  aparición pública que está dispuesto a intervenir auténticamente en la vida de las personas. Se atreve. Y logra llegar. Sin misterio. Con palabras sencillas y opinando sobre temas que parecían intocables en el pasado. Sin perder por un segundo la rigurosidad que supone su labor como líder espiritual de millones de personas, ha sabido ganarse la atención y luego el cariño de miles de creyentes que cada día le demuestran su apoyo y gratitud. No he tenido la oportunidad de presenciar sus audiciones generales pero de su sencillez e inteligencia dan crédito quienes lo visitan a puerta cerrada y aquellos que acuden a verlo a la Plaza de San Pedro para presenciar sus ya habituales saludos personalizados con selfies incluídos.

Los recorridos y viajes transcurren como en esta imagen. La multitud lo aclama y  sin reparo alguno posa para el espontáneo de turno que le habrá gritado: ¨aquí…mira aquí Francisco¨ y como cualquier hijo de vecino levanta el dedo pulgar como muestra de júbilo y abre la boca para esbozar una amplia sonrisa. Pocos en el estrellado mundo de los líderes mundiales serían capaces de hacer lo mismo con tanto estilo como el del Papa.

Ya me gustaría poder conversar con él. De lo que sea.  Sin miedo a romper protocolos. La lección que nos está dando Francisco va más allá del photocall. 

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D