Pies en la hierba
No hay mejor idea que cambiar impresiones a la luz de la hierba en otoño, esa luz que cae desde más bajo, porque el sol alcanza menos altura sobre el horizonte, y saca entre las briznas unos destellos que es la luz, como un pájaro, posándose sobre los hilos de las arañas.
No hay mejor idea que cambiar impresiones a la luz de la hierba en otoño, esa luz que cae desde más bajo, porque el sol alcanza menos altura sobre el horizonte, y saca entre las briznas unos destellos que es la luz, como un pájaro, posándose sobre los hilos de las arañas.
No hay mejor idea que cambiar impresiones a la luz de la hierba en otoño, esa luz que cae desde más bajo, porque el sol alcanza menos altura sobre el horizonte, y saca entre las briznas unos destellos que es la luz, como un pájaro, posándose sobre los hilos de las arañas.
Siempre me ha gustado la manera en la que la Naturaleza, aunque sea la de un jardín o la de un parque, acolcha las conversaciones, como si también con los conflictos humanos sucediera lo que decía Margalef para los daños ecológicos, que quedaban minimizados si había una cobertura arbórea.
Me gusta ver que cuando habla Obama, lo haga desde un salón de la Casa Blanca donde ponen, en febrero, encima de la chimenea, los primeros narcisos florecidos; o que los presidentes españoles den ruedas de prensa en los jardines de la Moncloa ya avanzada la primavera, cuando flotan por el aire los vilanos blancos igual que el espíritu de una infancia volandera. En la foto que nos ocupa, asistimos a un momento de las conversaciones entre Rusia y Estados Unidos, pero con las suelas de los zapatos entre el verdor de la hierba.
Con los pies en la tierra creo que se toman mejores decisiones. ¡Cuánto echo de menos la hierba! …pisar el agua del amanecer cuando empieza el día. A veces creo que en las ciudades, además de parques y de jardines, tendría que haber calles que no fueran calles y tuvieran el suelo de tierra con huertas y árboles y hierbas silvestre, de las que nacen espontáneas sin dirigirlas nosotros.
Un lugar donde hablar con los pies en la tierra, o en la hierba, para tomar decisiones menos drásticas.
