THE OBJECTIVE
Iker Izquierdo

Premios literarios

El novelista y su lector es hoy día una persona que se ha criado leyendo novelas y no se ha preocupado de otras cosas, aunque opinen sobre todo lo divino y lo humano con la arrogancia que les da su estatus de “intelectuales”.

Opinión
Comentarios

El novelista y su lector es hoy día una persona que se ha criado leyendo novelas y no se ha preocupado de otras cosas, aunque opinen sobre todo lo divino y lo humano con la arrogancia que les da su estatus de “intelectuales”.

Esta semana se fallaban algunos de los premios literarios más importantes del mundo, como el Man Booker en Reino Unido y por supuesto el Nobel de Literatura, que junto con el de la Paz son sin duda los más inanes por su contenido, aunque no por su propaganda, muy superior en esto a los de física, medicina o economía.

Los premios literarios son en general una operación comercial y de propaganda que atiende exclusivamente a criterios de oportunismo político-ideológico, y en ocasiones, puro cálculo comercial. En una sociedad en la que “libro” es sinónimo de “novela” y donde cada ciudadano tiene que escribir su novelita, no resulta extraño que florezcan los premios literarios como champiñones en el monte. El prototipo de alguien “culto” es de aquel que lee novelas y hace críticas crípticas de los mismos con una serie de sintagmas y fórmulas que parecen regurgitadas de alguna fábrica de producción en serie.

El novelista y su lector es hoy día una persona que se ha criado leyendo novelas y no se ha preocupado de otras cosas, aunque opinen sobre todo lo divino y lo humano con la arrogancia que les da su estatus de “intelectuales”. En cuestiones de política o economía opinan como si hubieran tenido maestro o hubiesen ejercido cargos públicos que les proporcionasen conocimientos, aun prácticos, sobre la materia para opinar con conocimiento de causa.

Pero el novelista actual y su lector no necesitan más materia que la literaria para situarse un peldaño por encima del resto de la población, e incluso mirarla con cierta condescendencia desde sus alturas.

La miseria de los literatos y los premios que se les conceden radica en la profunda falla existente entre el valor contenido en sus obras y la importancia social de las mismas. Ora pro nobis.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D