España: la moral, por los suelos
La mujer barbuda Christina Wurst, que es en realidad un señor, ha cantado ante el «capo di tutti capi» de la ONU, el ínclito Ban, en defensa de la comunidad gay en el mundo.
La mujer barbuda Christina Wurst, que es en realidad un señor, ha cantado ante el «capo di tutti capi» de la ONU, el ínclito Ban, en defensa de la comunidad gay en el mundo.
La mujer barbuda Christina Wurst, que es en realidad un señor, ha cantado ante el «capo di tutti capi» de la ONU, el ínclito Ban, en defensa de la comunidad gay en el mundo. (Quede claro que «gay» es un término político, y no es lo mismo que la condición o naturaleza homosexual). Bien. ¿Qué se piensa en los diferentes países sobre cuestiones morales como las relaciones extramatrimoniales, el juego, la propia homosexualidad, el aborto, el sexo prematrimonial, el consumo de alcohol, el divorcio o el uso de anticonceptivos?
La respuesta viene de un estudio elaborado por el Pew Research Center’s Global Attitudes Project (Proyecto de Actitudes Globales del Centro de Investigación Pew), que muestra una Visión Global sobre la Moralidad tras realizar una encuesta a 40.117 personas en 40 países diferentes en 2013.
Para cada uno de los ocho temas, se preguntó a los encuestados si consideraban que era inaceptable, aceptable o que no era una cuestión moral. Cito literalmente:
«En el caso concreto de España, lo primero que se constata es que se puede considerar una anomalía en el contexto internacional en relación a los valores morales. De hecho, en todas las cuestiones planteadas está por debajo, y en algunas de ellas muy por debajo, de la consideración de ‘inaceptable’ en relación a los diferentes comportamientos planteados en la encuesta.
Destaca por ejemplo la opinión que tienen los españoles sobre la homosexualidad, en la que España muestra un nivel de aceptación del 55% y la consideran inaceptable solo un 6%; mientras en el resto de países la media es del 20% (aceptable) y del 59% (inaceptable).
También en el juego hay diferencias significativas: 28% (inaceptable) y 17% (aceptable) en España; mientras en el resto del mundo hay un 62% (inaceptable) y un 11% (aceptable).
En cuanto al aborto, España opina que es inaceptable en un 26% y aceptable un 35%; en el resto de países, un 56% lo ve inaceptable y un 15% aceptable.
Y siguen las grandes diferencias entre España y el resto del mundo en temas como el sexo prematrimonial, el divorcio y el uso de anticonceptivos…»
Es obvio que la ingente, metódica y agresiva labor de ingeniería social llevada a cabo en nuestro país desde hace más de 30 años ha conducido a una situación moral tan degradada que sorprende a los propios autores del estudio. Aquí, en cambio, nos sorprendemos -nos escandalizamos- con la corrupción política: es tan sólo una de las muchas consecuencias de este clima generalizado de carencia absoluta de principios morales básicos. No sean fariseos, pues, ni los de izquierdas ni los de derechas. De aquellos barros de 1982, estos lodos de ahora.
