Rezo
Dejé pasar un cierto tiempo. Cumplí mi compromiso de rezar por él. Le volví a escribir un par de veces. Ya no pudo contestarme. Ahora ha fallecido. Me da pena, ya lo he dicho al principio. Y rezo por él, como me gustará que haga la gente por mí el día en que yo me muera, aunque sea gente muy distinta, aunque no nos hayamos encontrado nunca, aunque hayamos hablado, escrito, y vivido en mundos completamente distintos.
Dejé pasar un cierto tiempo. Cumplí mi compromiso de rezar por él. Le volví a escribir un par de veces. Ya no pudo contestarme. Ahora ha fallecido. Me da pena, ya lo he dicho al principio. Y rezo por él, como me gustará que haga la gente por mí el día en que yo me muera, aunque sea gente muy distinta, aunque no nos hayamos encontrado nunca, aunque hayamos hablado, escrito, y vivido en mundos completamente distintos.
Me ha dado mucha pena el fallecimiento de Pedro Zerolo. No le conocía. Hace aproximadamente un año, vi una foto suya y me impresionó. Se veía que la enfermedad avanzaba. También se veía que él tenía ganas de vivir, pero se estaba acabando.
Le escribí. Le dije que él y yo éramos bastante diferentes y que pensábamos de forma diferente, pero que estaba rezando por su curación y que me alegraría muchísimo el día que me dijera que las cosas empezaban a ir muy bien.
Me contestó a vuelta de mail, diciéndome que estaba muy agradecido por mi apoyo y mi cariño.
Dejé pasar un cierto tiempo. Cumplí mi compromiso de rezar por él. Le volví a escribir un par de veces. Ya no pudo contestarme. Ahora ha fallecido. Me da pena, ya lo he dicho al principio. Y rezo por él, como me gustará que haga la gente por mí el día en que yo me muera, aunque sea gente muy distinta, aunque no nos hayamos encontrado nunca, aunque hayamos hablado, escrito, y vivido en mundos completamente distintos.
No he dicho “mundos opuestos”. He dicho “mundos distintos”.
Pedro, un abrazo muy fuerte. Sigo rezando por ti.