No cambies de colchón

Corralito, colchón, prima de riesgo… Acabaremos poniéndoles a nuestros hijos estos nombres tan comunes como cuando los cubanos, años ha, veían pasar a los barcos de la US NAVY frente a sus costas y bautizaban a sus hijas literalmente: Yusnaivi.

“Lo he guardado todo”, dice mi amiga. Estupefacto me quedé cuando escuché lo que empieza a ponerse de moda. La caja propia, la de casa. El colchón de la abuela vuelve a la palestra. Nunca pensé que reviviríamos episodios de nuestra historia pero miren por donde sí. “3.000 euros en un hueco en la pared tapados con cemento” recalca.

Bienvenidos al nuevo mundo. El de las turbulencias financieras. Hoy eres clase media. Mañana te echan a leches de tu casa. Desahuciado. Tu vida cambia en segundos. Extraña sensación de inseguridad, fracaso, miedo… y pobreza.

Corralito, colchón, prima de riesgo… Acabaremos poniéndoles a nuestros hijos estos nombres tan comunes como cuando los cubanos, años ha, veían pasar a los barcos de la US NAVY frente a sus costas y bautizaban a sus hijas literalmente: Yusnaivi.

Los periodistas más arriesgados, economistas en este caso, nos advierten que el colchón es lo peor. “Lo peor que puedes hacer es dejar el dinero parado”, asegura nuestro compañero @juanmarinpozo. Otros no nos dicen que sea un mal sitio pero “los ladrones te pueden hacer una buena visita” o tendrás un grave problema “si no pudieras justificar la procedencia del dinero ante la Agencia Tributaria”. Vamos, un auténtico juego de ajedrez que no tiene piedad con tu capacidad de resistencia.

Así se deben sentir los griegos ahora. En Bruselas Tsipras tensa la cuerda y la Troika pronuncia repetidamente la palabra maldita que el argentino De la Rúa puso de moda. Corralito. Y el Monopoli sigue girando. Hoy me he fijado en dos buenos artículos. Uno espero que no acierte. El de @ManelPerezLV en @LaVanguardia, “Misión Imposible”. Asegura que no existen precedentes de gobiernos que sobrevivan a un corralito. Que lo que intenta Tsipras es como el título del artículo y pronuncia las palabras “estado fallido”.
Y otro Javier Gallego Crudo en @eldiarioes. Tsipras “está desafiando un modelo europeo que es un modelo de negocio. Europa prefiere esperar a ver si el los griegos se estrellan solos sin necesidad de derribarlos”. Dos reflexiones realmente crudas.

En el mundo de hoy las deudas se pagan. Antes o después. No hay piedad ni perdón. La solidaridad se dirime desgraciadamente en otros foros. La dignidad también. Por si acaso, no cambien el colchón.