Punto y Coma. Antes y después de la Depresión
Es tal el impacto de este cuadro enfermizo que la palabra Depresión ha adquirido vida propia y hoy es sinónimo de trastorno mental sin especificar, como cuando llamábamos colitis a todos los trastornos digestivos.
Es tal el impacto de este cuadro enfermizo que la palabra Depresión ha adquirido vida propia y hoy es sinónimo de trastorno mental sin especificar, como cuando llamábamos colitis a todos los trastornos digestivos.
No es posible saber a ciencia cierta los millones de personas que padecen una Depresión en el mundo, millones sin duda, sin diferencias de clase, raza, religión o lugar de residencia, es probablemente la enfermedad psíquica más abundante del planeta.
Y hablamos de Depresión, de verdadera enfermedad, no de tristeza simplemente, hablamos de un sentimiento de desesperanza, vacío, apatía, desgana por todo, visión negativa del mundo y en muchas ocasiones sensación de liberación pensando en quitarse la vida. Hablamos de un trastorno del que difícilmente se sale solo.
Es tal el impacto de este cuadro enfermizo que la palabra “Depresión” ha adquirido vida propia y hoy es sinónimo de trastorno mental sin especificar, como cuando llamábamos colitis a todos los trastornos digestivos.
En este estado de cosas la iniciativa “Punto y Coma” resulta rompedora, plantea la posibilidad real de superar el trastorno y volver a empezar, de tratarse, dejarse ayudar, comprender lo que está pasando y volver a la vida con ganas.
El “Punto y Coma” se convierte así en un título de oportunidad nueva tras un pasado de oscuridad y desánimo, en otra forma de encarar el futuro que no sea simplemente el desaliento, y por ello merece la pena reflexionar en la imagen.
No se trata de que tatuándonos simplemente la señal ortográfica ya estemos liberados del peso del trastorno, no, se trata de que en la oscuridad de la noche de la tristeza patológica hay que poder ver un resurgimiento.
Y para ello es preciso conocer que la Depresión es un trastorno que se trata médicamente con absoluta normalidad, como si de una diabetes se tratara, que hay terapias psíquicas que apoyan el beneficio farmacológico y grupos de autoayuda que están con los brazos abiertos para escucharnos.
¡Ojala ese “Punto y Coma” tuviera magia¡ ¡Ojala¡