Ébola, solo en stand by
El ébola, como tantos otros virus demoledores, se ríe de nosotros (también de la OMS) porque la ciencia, la medicina, la industria farmacéutica y, en definitiva, la salud no son más que un negocio montado y agrandado por quienes llevan la batuta de quién debe vivir y quién debe morir
El ébola, como tantos otros virus demoledores, se ríe de nosotros (también de la OMS) porque la ciencia, la medicina, la industria farmacéutica y, en definitiva, la salud no son más que un negocio montado y agrandado por quienes llevan la batuta de quién debe vivir y quién debe morir
Gritan, saltan y bailan de alegría porque su país acaba de recibir la declaración de ébola free. ¡Enhorabuena!, sí, pero sin bajar la guardia.
El primer caso confirmado de ébola fue el de una joven embarazada que había ingresado en el hospital público de Kailahum (Sierra Leona) tras un aborto espontáneo el 24 de mayo de 2014. Hoy, un año y medio después, este virus ha dejado en África más de 11.300 muertos entre los casi 29.000 casos registrados; cifras devastadoras que han ido cayendo como plagas sobre los medios de comunicación y generando una alarma social más mediática que sanitaria. Mientras, el continente negro iba descontando vidas humanas reales, como canicas que se caen por una alcantarilla y se te queda cara de tonto porque ya no puedes hacer nada por recuperarlas.
Pero también hoy es el día en que la OMS declara a Sierra Leona libre de esta virulenta epidemia, tras haber superado la frontera de los 42 días sin una sola infección. Un respiro y una esperanzadora noticia, sí, pero sin bajar la guardia.
Y es que, -cuidado con los titulares, amigos periodistas- esto no es el fin del ébola; solo un stand by, porque mientras el virus siga vivo y coleando en el país vecino (Guinea Conakry), el riesgo de contagio existe.
No nos vengamos arriba y seamos conscientes de que todo lo bueno que tiene esta noticia, también lo tiene de malo: seamos prudentes y hagamos porque las autoridades respondan a los problemas que realmente rodean al maldito ébola en África: la maltrecha estructura sanitaria del país, la falta de recursos humanos (se calcula que solo hay un médico por cada 40.000 habitantes), miedo al contagio, inaccesibilidad a los hospitales, depresiones y estrés postraumático, dolores crónicos y otros daños colaterales…
El ébola, como tantos otros virus demoledores, se ríe de nosotros (también de la OMS) porque la ciencia, la medicina, la industria farmacéutica y, en definitiva, la salud no son más que un negocio montado y agrandado por quienes llevan la batuta de quién debe vivir y quién debe morir. Yo no lo veo tan retorcido, pero lo dicho, ¡enhorabuena Sierra Leona!