THE OBJECTIVE
Iker Izquierdo

Lo que nos espera

La Yihad internacional, perdonen el oxímoron, ha vuelto a realizar un nuevo llamamiento a recuperar “Al-Andalus” para el Islam, pues dicen, tienen un “derecho histórico sobre el territorio”. No se sabe aún si en caso de que el Estado Islámico invada la Península Ibérica se pararán frente a Covadonga o esta vez decidirán acaparar hasta la fría y lluviosa costa cantábrica.

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Lo que nos espera

La Yihad internacional, perdonen el oxímoron, ha vuelto a realizar un nuevo llamamiento a recuperar “Al-Andalus” para el Islam, pues dicen, tienen un “derecho histórico sobre el territorio”. No se sabe aún si en caso de que el Estado Islámico invada la Península Ibérica se pararán frente a Covadonga o esta vez decidirán acaparar hasta la fría y lluviosa costa cantábrica.

En cualquier caso, la información que proporcionan aquellos que han montado esta campaña de ánimo para los hermanos moros, da buena cuenta de las facilidades que existen para entrar en España y permanecer aquí. “No es tan estricto como Francia”, dicen. Miedo, pues no hay más que ver cómo están los gabachos con este asunto de la yihad. También señalan que en España “se puede llevar hijab”.

Los grupos yihadistas y algunos estados musulmanes que los patrocinan saben que España es uno de los eslabones débiles de Europa y un elemento especialmente atractivo en el imaginario islámico, pues ellos mismos se han encargado de alimentar con petrodólares el mito del Al-Andalus paradisíaco, del que se han beneficiado no pocos académicos patrios y que muchos tontos del haba se han tragado como si fuese un yogur de macedonia.

Mientras España se desangra en un tendencia centrífuga que dura ya 40 años, los partidos políticos, viejos y nuevos, siguen obviando que el gran problema de la España actual no está en la dialéctica izquierda-derecha, absolutamente desfasada, sino en la dialéctica unión-secesión, pero unos por miedo o exceso de prudencia, y otros por ignorancia y mala fe, prefieren obviar esta situación o incluso potenciarla con malas artes.

No obstante, parece que una eventual balcanización de España no duraría mucho como tal, pues teniendo en cuenta el nivel de conciencia política y nacional de los jóvenes y adultos españoles, esa España “plurinacional” de los nuevos aprendices de brujo pronto sería un Españistán. Y así es, pues mientras muchas partes del mundo musulmán llevan años preparándose para la Yihad, España se prepara para la revolución chiripitifláutica.

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