La artista y su sosias
La visión de la estatua de la Virgen y el Niño Jesús restaurada no parece la mejor manera de despertar un sentimiento religioso en un feligrés. A la entrada de la iglesia católica canadiense de Saint Anne des Pins se encontraba el conjunto escultórico de la fotografía hasta que a alguien debió de parecerle gracioso decapitar a una de las dos figuras. Los actos vandálicos, la violencia y los ruidos distorsionados de la vida salvaje forman parte de una serie de actitudes de la sociedad moderna a las que lamentablemente estamos acostumbrándonos. Una especie de justicia superior hará que el verdugo de la estatua permanezca perdido en el anonimato ya que el interés de la noticia se centra en la restauración de la imagen.
La visión de la estatua de la Virgen y el Niño Jesús restaurada no parece la mejor manera de despertar un sentimiento religioso en un feligrés. A la entrada de la iglesia católica canadiense de Saint Anne des Pins se encontraba el conjunto escultórico de la fotografía hasta que a alguien debió de parecerle gracioso decapitar a una de las dos figuras. Los actos vandálicos, la violencia y los ruidos distorsionados de la vida salvaje forman parte de una serie de actitudes de la sociedad moderna a las que lamentablemente estamos acostumbrándonos. Una especie de justicia superior hará que el verdugo de la estatua permanezca perdido en el anonimato ya que el interés de la noticia se centra en la restauración de la imagen.
Como bien apunta el redactor (o redactora) del pie de foto, la cabeza del Niño Jesús restaurado guarda un parecido más que razonable con un personaje de la serie de televisión de los Simpsons, concretamente con el bebé Maggie Simpson.
En nuestro país nos hemos acordado inmediatamente del Ecce Homo de Borja. Curiosamente, casi nadie recuerda al autor de la pintura, Elías García, y la mayoría sabe el nombre de la restauradora Cecilia Giménez.
La verdad es que tanto el material de la escultura (que en la pieza original es mármol) como en el color de la testa retocada ponen muy difícil la tarea de asociar a esa madre con ese hijo. Hay una diferencia obvia entre el mármol y la arcilla, la palidez blanquecina de aquél y el tono levemente rojizo de éste. Pero, con todo, lo más extraño para cualquier observador resulta entender la idea que la restauradora canadiense Heather Wise tiene de la imagen del Niño Jesús.
Creo que Heather Wise ha recreado a su sosias.