Las 100 cosas que más amo de Cataluña (y quizá usted también)
«El caso es quitar hierro y tender puentes recordando —permítanme el tópico— que pesa más lo que nos une que lo que nos separa»
Últimamente no paro de leer que las fuerzas reaccionarias españolas se complacen en avivar el odio a Cataluña. Lo dicen desde Mónica Oltra hasta Suso de Toro. Y algunos medios les dan crédito. Sin entrar en ese debate estéril (por enconado), pienso sinceramente que todos los españoles que no hemos nacido ni vivido en Cataluña tenemos miles de razones diferentes para amar esta tierra y sus gentes.
En mi caso, además, no creo que nadie me pueda acusar de anticatalán ni procatalán al ser madrileño de cuna; afrancesado de educación; libertario, progresista y europeísta de convicción. Tengo un apellido cuyas raíces se remontan a Tárrega en la Cerdaña, antiguo territorio carolingio hoy enclavado en la provincia de Lérida. Pero mi linaje Bellver lleva quizá un par de siglos lejos de aquella bucólica comarca pirenaica y más vinculado al árido paisaje del desierto de Tabernas.
Aunque pasé parte de mis vacaciones infantiles jugando en los escenarios de de los spaghetti westerns que se rodaban en las fincas almerienses de mi tío Pepe, nunca he olvidado el origen innegablemente catalán de este apellido impronunciable (“beibé”, en la lengua de Pompeu Fabra), cuya toponimia deriva del latín (bellum videre) y alude a una atalaya o torre de vigía con buena visibilidad, acaso situada en Bellver de Cerdaña.
Un patronímico familiar que comparto —sin tener claros los lazos de ADN a lo largo de la historia— con un erudito canónigo de la catedral de Palma de Mallorca (Andrés), un general que defendió el sitio de Barcelona (José), un editor e impresor valenciano que también ejerció de periodista anticlerical (Blas), un escultor madrileño autor de la escultura al Ángel Caído (Ricardo), un pionero de la banca almeriense (Adelardo), un mecenas bilbaíno que donó su colección de arte al ayuntamiento de Sevilla (Mariano), un notario granadino que escribía libretos de revistas picantes (Antonio), un bohemio ilustrador y grabador de la Movida madrileña (Fernando) o un crítico literario y escritor barcelonés muy apegado a México (Sergi). Todos asaz peculiares, viajeros y librepensantes.
Si varios Bellver hubieron de probar limpieza de sangre en tiempos inquisitoriales para optar a cargos públicos u órdenes religiosas, no me gustaría a mí tener que demostrar hoy simpatía hacia la patria de mis antepasados con adhesiones a un nacionalismo en el que no creo. Pero he aquí mi modesta contribución a apaciguar ánimos con una top tan caprichoso como subjetivo.
Puede leerlo severamente y jugar a buscar las ausencias más reprobables (algunas inconscientes, otras meditadas) o hacer su propia lista y compartirla. El caso es quitar hierro y tender puentes recordando —permítanme el tópico— que pesa más lo que nos une que lo que nos separa. Así pues, estas son las 100 cosas que más amo de Cataluña… y quizá usted ame también.
Albert Boadella
Algunas películas de Isabel Coixet
Antoni Gaudí
Bigas Luna
«Cómo acabar con la contracultura», de Jordi Costa (ensayo)
Eduardo Mendoza
El «Autorretrato» de Ángeles Santos Torroella
El baile de Carmen Amaya
El Barça de Cruyff
El cante hondo Miguel Poveda
El castillo-monasterio de San Miguel de Escornalbou
El CCCB
El Celler de Can Roca
El cómic «Makoki» de Gallardo y Mediavilla
El delta del Ebro y la playa del Fangar
El disco «Dioptría» de Pau Riba
El disco «Enemigos de lo ajeno» de El Último de la Fila
El disco «No sólo de rumba vive el hombre» de Alber Plà
El disco «Quasevol nit pot sortir el sol» de Jaume Sisa
El disseny catalá, con Tusquets, Clavé, Milá y Mariscal a la cabeza
El ensayo «Ahora escribo» de Lolita Bosch
El Festival Sónar
El fuet, el espetec, la secallona y otras embutidos irresistibles
El licor Chartreuse cuando se elaboraba en Tarragona
El mercado de la Boquería
El Monasterio de Poblet
El óleo «La morfina» de Santiago Rusiñol
El periodo informalista de Antoni Tàpies
El poema «Contra Jaime Gil de Biedma» de Jaime Gil de Biedma
El poema «No pido mucho» de Miquel Martí i Pol
El poemario «La pell de brau» («La piel de toro») de Salvador Espriu
El pueblo de Cadaqués y Port Lligat
El queso de cabra de Mas El Garret
El restaurante Disfrutar (Barcelona)
El restaurante Gresca (Barcelona)
El teatro excesivo de Angelica Liddell
El turrón blando de Agramunt
El único disco del grupo Picnic, con Jeanette y Toti Soler
«Elevación, elegancia y entusiasmo», de Francisco Casavella
Ferrán Adrià y la increíble historia de elBulli
Joan Manuel Serrat
Joan Miró
Josep Plà
La «Música callada» de Federic Monpou
La «Suite Española Nº1» de Isaac Albéniz
La Barra de Carles Abellán
La butaca redondeada de Antoni Moragas
La calçotada de Valls y su imprescindible salsa romesco
La canción «Cadillac Solitario» de Sabino Méndez en grabación de Loquillo y los Trogloditas
La canción «Mi calle» de Lone Star
La canción «Soy así» de Los Salvajes
La Casa Amatller de Josep Puig i Cadafalch
La Casa Fuster de Lluís Domènech i Montaner
La coca de recapte
La cocina kilómetro 0 de Els Casals
La cocina marinera contemporánea de Estimar
La etapa estadounidense de Salvador Dalí
La Fundación Alicia
La novela «Últimas tardes con Teresa» de Juan Marsé
La pastelería Escribà
La película «Vida de sombras» de Lorenzo Llobet-Gràcia
La pintura surrealista de Remedios Varo
La playa del Castell en Palamós
La poesía futurista de Joan Salvat-Papasseit
La poesía visual de Joan Brossa
La selección de vinos naturales del bar Brutal (Barcelona)
La serie negra de Carvalho de Manuel Vázquez-Montalbán
La última generación de coctelerías barcelonesas: Paradiso, Dr. Stravinsky y Two Schmucks
Las conservas añejadas de Quimet i Quimet
Las albondigas con sepia y otras recetas de mar y montaña
Las calas del Cap de Creus
las caricaturas y carteles publicitarios de Ramón Casas i Carbó
Las creaciones dulces de Oriol Balaguer
Las espardenyas
Las explosivas mujeres de los cómics de Pepe González
Las fabulosas performances de La Fura dels Baus
Las gambas rojas de Palamós
Las historietas de «Capitán Trueno» y «Jabato» de Víctor Mora
Las historietas de «Carpanta» de José Escobar
Las historietas de «Mortadelo y Filemón» de Francisco Ibáñez
Las iglesias románicas del Valle del Bohí
Las ilustraciones modernistas de Javier Gosé
Las monas de Pascua de Natcha
Las rumbas de Peret, etapa Discophon
Las setas del Bergadà
Los frescos de Santa María de Taüll
Los aceites de arbequina de Borges Blanques y de Siurana
Los boleros de Mayte Martín
Los canelones de Carles Gaig
Los caracoles a llauna
Los carquiñoles, panellets y otros hitos de la repostería
Los chistes serios de Eugenio
Los guisantes del Maresme
Los trajes de Antonio Miró
Los vinos del Priorat
Los vinos espumosos de Alta Alella, Gramona, Recaredo y Pepe Raventós
Pau Casals interpretando las suites para violoncello de Bach
Pau Gassol
«Vapor» y otros cómics de línea clara de Max
RIP: Santi Santamaría, la revista El Víbora, la tienda Vinçon, Casa Leopoldo y las alegres noches del Apolo