Esto tiene mala pinta
«Yolanda Díaz puede tener cancha y restarle votos a Sánchez a poco que se tome en serio la plataforma que pretende formar»
Ya podemos apretarnos los machos, la cosa se está poniendo mal tirando a pésimamente mal, mientras el Gobierno actúa como si no tuviera nada que ver y el principal partido de la oposición anda a tortas consigo mismo.
Debemos atarnos los machos porque el futuro se presenta negro. Entre la crisis energética y la incapacidad del Gobierno de hacerle frente, a lo que se suman decisiones del Ejecutivo absolutamente disparatadas y que abundan en la precariedad superlativa provocada por Moncloa, se vislumbra un escenario diabólico.
Sube todo. Evidentemente no se va a cumplir lo que dijo Sánchez de que antes de fin de año el precio del recibo de la luz sería similar al de 2018; pretende Escrivá garantizar el cobro de las pensiones subiendo las cuotas de los empresarios, medida que consideró una locura antes de ser ministro; el Gobierno ha descartado negociar la reforma laboral con los empresarios, se conforma con hacerlo solo con los sindicatos cuando son los empresarios los que crean empleo en cualquier país, incluido el nuestro. Bruselas aprieta y sigue imponiendo condiciones al Ejecutivo para enviar los fondos de recuperación y el Gobierno va a crujirnos a impuestos, tasas y cuotas por servicios que hasta ahora eran gratuitos. Encima, aprueba medidas disparatadas como la Ley de Seguridad Ciudadana que trata a los miembros de las fuerzas de seguridad del Estado como si fueran delincuentes y a los delincuentes como víctimas. Lo dicho: la cosa se pone muy mal. No le falta razón al exdirigente socialista, de importante pasado —prototipo de socialista que Sánchez desprecia—, que comentaba días atrás a esta periodista: «Se está cumpliendo eso de “todos a resguardo, que llegan los nuestros”».
Sánchez está desacreditado incluso entre muchos de los que lo apoyaron hace tres años, que nunca pensaron que además de coaligarse con Podemos cediera ante ellos en cuestiones que siempre habían sido bandera del socialismo. Por no hablar de cómo cede también ante Bildu, partido de origen terrorista con el que ahora está dispuesto incluso a negociar un futuro Gobierno en el País Vasco. Si Rubalcaba levantara la cabeza… El descrédito de Sánchez en parte de la izquierda potencia la figura de Yolanda Díaz, que de gestión sabe poco, pero de comunicación sabe tela, como diría un andaluz. Cree que puede ser presidenta del Gobierno, aunque ha elegido como socias de aventura a personajes de dudoso crédito político y en algún caso incluso personal. Oltra no se ha distanciado suficientemente de su exmarido, acusado de abusos a una menor acogida en un centro oficial.
Pena de país con un gobernante que no da la talla y el partido mayoritario de la oposición que se crea problemas donde no los tenía. Tenemos todas las papeletas para que desaparezca el bipartidismo que tan buenos resultados ha dado durante 40 años, y ni Sánchez ni Casado hacen nada por evitarlo. Surgen nuevas siglas que entrarán en un parlamento difícil de controlar. En la izquierda, Yolanda Díaz puede tener cancha y restarle votos a Sánchez a poco que se tome en serio la plataforma que pretende formar, aunque de momento no es como para tirar cohetes. En la derecha, Vox solo espera que le lluevan votos del PP, que le lloverán si Casado no reconduce las cosas.
Que estén atentos Sánchez y Casado, porque empiezan a moverse dirigentes provinciales creando partidos que pueden conseguir escaños de los desencantados por la falta de atención a los problemas reales de los ciudadanos. Problemas propios de lo que se ha dado en llamar la España vacía, pero que en buena ley tendría que llamarse la España desatendida.
Que estén pendientes los grandes porque la suma de pequeños les puede hacer un roto y un descosido. Sobre todo a un Sánchez que parece que gobierna contra los españoles. Al margen de los asuntos económicos y laborales que ya están provocando huelgas que se incrementarán con el transcurso de los días, no son menos importantes los de educación. Este Gobierno, con la teoría de que es más importante la motivación que el esfuerzo, está potenciando la mediocridad… y la dificultad para conseguir empleo con una titulación española.