25 de noviembre y la violencia contra las mujeres
«Las estimaciones de la OMS señalan que en torno a una de cada tres mujeres en el mundo ha padecido violencia física o sexual»
¿Qué sucedió el 25 de noviembre? Como es sabido, hoy se celebra el Día de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. La fecha, que se conmemora a nivel mundial desde que la ONU la instituyese hace dos décadas, venía celebrándose en Latinoamérica desde principios de los ochenta. El motivo, un crimen que estremeció a la región. El 25 de noviembre de 1960 fueron asesinadas en la República Dominicana las tres hermanas Mirabal. María Teresa, Minerva y Patria contaban con 25, 35 y 36 años, respectivamente. Eran madres y tenían estudios superiores. Su oposición al Gobierno autoritario de Trujillo las convirtió en enemigas del régimen.
En una visita a sus maridos, que cumplían penas de prisión por oponerse a la dictadura, el servicio de inteligencia militar se encargó de secuestrarlas, apalearlas y ahorcarlas, suerte que también corrió el conductor que las llevaba a la cárcel. Después colocaron sus cuerpos en el interior de un coche y lo lanzaron por un barranco, con vistas a simular un accidente de tráfico.
El crimen de «Las Mariposas», como se las conocía en el país, suscitó una indignación inaudita en la sociedad dominicana. De repente, se ponía rostro de mujer a la crueldad del régimen. El crimen desencadenó una ola de indignación que terminaría conduciendo al fin de la dictadura, con el magnicidio de Trujillo pocos meses más tarde. En cuanto a los asesinos de las hermanas, estos fueron juzgados, pero finalmente lograron escapar y obtuvieron asilo en Estados Unidos.
Más de medio siglo después del crimen de las hermanas Mirabal, la violencia ejercida contra las mujeres sigue siendo un problema acuciante. Violencia o, strictu sensu, violencias, pues la fuerza contra la mujer aparece en diferentes formas. Como es sabido, el lenguaje no es inocente y, tratándose de un tema de tal gravedad, es importante elegir los términos que empleamos. Si decimos violencia de género, sexista o machista, hacemos hincapié en las causas; si hablamos de violencia contra las mujeres, nos fijamos en quién sufre la acción violenta.
¿Acaso la situación empeora con los años? No nos atreveríamos a decir tanto, pero a tenor de los casos que constantemente salen a la luz, cuesta afirmar que haya mejorado. Las estimaciones de la OMS señalan que en torno a una de cada tres mujeres en el mundo ha padecido violencia física y/o sexual en algún momento de su vida. Mueve a la perplejidad la constatación de que, en la mayor parte de los casos, el agresor es la pareja. En torno a un 27% de las mujeres de entre 15 y 49 años que han mantenido una relación lo han sufrido.
Por supuesto, los diferentes tipos de violencia afectan negativamente la salud física, mental, sexual y reproductiva de las mujeres. Contagios y lesiones; embarazos no deseados y abortos inducidos; heridas físicas y psicológicas… De ahí la función esencial que desempeña el sector sanitario a la hora de ofrecer servicio a las mujeres que sufren violencia.
Esta semana, nuestro país ha aprobado una partida de 35 millones de euros destinada a ampliar la teleasistencia a las mujeres víctimas de violencia de género. La medida busca, entre otras cosas, modernizar los móviles que estas utilizan, que son de gran tamaño y algo llamativos, y dotarlos de baterías de mayor duración, así como mejorar la cobertura sobre todo en el ámbito rural. Cada año unas 16.000 mujeres demandan el Servicio Telefónico de Atención y Protección para víctimas de la Violencia de Género (ATENPRO) y se calcula que ahora podría ayudar a unas 50.000. Estas cifras nos dan una idea de la dimensión del problema en España.
La medida no es, por supuesto, la panacea. Ninguna lo es. De igual manera, los importantes avances legislativos obrados en las últimas décadas no han conseguido acabar con la violencia de género. Sea como fuere, no cabe tirar la toalla. Aquí estamos otro 25 de noviembre, y ya van demasiados.