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Pilar Marcos

Tezanos: los sondeos del ojo izquierdo

«El CIS de Tezanos, otrora Centro de Investigaciones Sociológicas, antiguo instituto de opinión pública razonablemente prestigioso, hoy es un Centro de Intoxicaciones Socialistas»

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Tezanos: los sondeos del ojo izquierdo

José Félix Tezanos. | Jesús Hellín (Europa Press)

No es que se equivoque siempre, que también. Es que el error de supuesta predicción demoscópica tiene siempre el mismo sesgo. Intenta sin desmayo favorecer a los mismos. Lo hace de forma tan sistemática como recurrente. Y pagamos entre todos la muy elevada factura de las sesgadas previsiones de un organismo público devenido en cortijo partidario con el que intentar influir en el voto, cuando su deber es únicamente medir su previsión. 

Bienvenidos al CIS de Tezanos, otrora Centro de Investigaciones Sociológicas, antiguo instituto de opinión pública razonablemente prestigioso, hoy elevado a la muy superior categoría de Centro de Intoxicaciones Socialistas. Tan excelsa condición garantiza carísimos sondeos de previsión electoral, pagados con los impuestos de todos los españoles, con pronóstico electoral invariablemente escorado a la izquierda: como si el CIS de Tezanos lo mirara todo sólo con el ojo izquierdo. Porque su objetivo no es medir las preferencias de voto de los españoles, como es su obligación, sino intentar forzar esas preferencias en favor de su señor. Que, además, se sumen filtraciones que -por su gravedad- requieran de airados desmentidos añade tintes esperpénticos a los distorsionados espejos de ese Callejón del Gato.

Como la memoria es frágil, ahí va un somero repaso de las tuertas previsiones de Tezanos en las elecciones autonómicas de Madrid (4 de mayo de 2021) y Andalucía (2 de diciembre de 2018). Ambas tienen suficientes elementos de similitud con las que celebrará Castilla y León el próximo 13 de febrero como para evaluar, desde su fracaso predictivo pasado, las escasas posibilidades de acierto del CIS que sirvió Tezanos a la opinión pública española como aperitivo a la campaña electoral castellano-leonesa que empezó este fin de semana. 

Las elecciones andaluzas se celebraron cuando Sánchez sólo llevaba seis meses en el Gobierno que formó tras la moción de censura. En aquellos lejanos tiempos, ambos (Sánchez y Tezanos) aún se mostraban mínimamente contenidos. Quizá por eso, el CIS sólo hizo (que se sepa) una encuesta preelectoral para las elecciones del 2-D. Por supuesto, concedió una aplastante mayoría al PSOE: le pronosticó más del doble de escaños que al PP. No se enteró de la llegada de un nuevo partido: Vox. Y sólo contempló una amplia mayoría de izquierdas como posible resultado electoral.

Quizá incluso se creyeron su propia propaganda, porque la reacción de la izquierda -con el PSOE a la cabeza- a la investidura de Juanma Moreno como presidente andaluz fue enviar autobuses con militantes para rodear el Parlamento andaluz en señal de protesta… Se quejaban (quizá) de que el resultado de las urnas fue exactamente el simétrico al que pretendía el CIS de Tezanos: una amplia mayoría para la suma del PP, Ciudadanos y Vox; un resultado socialista un 30% inferior al pronosticado-deseado por el CIS (33 escaños reales frente a los 46 imaginados por Tezanos), y otro de Adelante-Andalucía también menor (en tres escaños) al soñado por el demóscopo de cabecera de Sánchez. 

Las andaluzas fueron en invierno, aunque el diciembre andaluz es más benigno que el febrero castellano. Y no coincidieron con ninguna otra convocatoria. Bien es cierto que, en contra de lo que ha ocurrido siempre en Castilla y León, las andaluzas no coinciden nunca con las municipales. Pero ambos elementos (invierno y elecciones en solitario para unas autonómicas) permiten cierta comparación con el próximo 13-F.

La comparación obvia, en todo caso, es con las elecciones madrileñas: el 4-M que dio una amplísima mayoría a Isabel Díaz Ayuso. En las urnas, no en las previsiones de Tezanos. En los sondeos del ojo izquierdo que publicó el CIS, la apuesta (en el sentido más literal de la palabra) era de empate entre derecha e izquierda. 

¿Casualidad? No. Voluntad de incentivar el voto de la izquierda con el señuelo de contar que no está todo perdido. Por eso, en la primera encuesta preelectoral que el CIS publicó para las elecciones del 4-M, Tezanos diseñó un escenario de empate a 68 escaños tanto para la suma del PSOE, Podemos y Más Madrid como para la del PP, Ciudadanos y Vox. La realidad fue que ese presunto empate a 68 diputados quedó en las urnas en 58 escaños para la izquierda y 78 para la derecha… no es exactamente lo mismo.

Eso fue en la primera preelectoral madrileña, porque para el 4-M Tezanos gastó una miríada de encuestas, siempre con el dinero de nuestros impuestos. Sólo hizo pública su previsión de escaños en las dos primeras, publicadas en marzo y abril. En la segunda se atrevió más: hizo bajar un poco su previsión de resultados tanto para Isabel Díaz Ayuso como para Ángel Gabilondo, pero concedió una modesta mayoría a la suma de la izquierda: 70 sobre 66. En los sueños de Tezanos, Ayuso debía quedarse entre 54 y 56 escaños: los madrileños le concedieron 65 diputados.

Hubo una tercera preelectoral del CIS, a finales de abril, para ese 4-M, sin que se hiciera pública la asignación de escaños: eso lo dejaría para los amigos. Y luego se supo que Tezanos estuvo haciendo encuestas hasta la misma jornada de reflexión. Semejante derroche de dinero público le valió una querella por malversación que interpuso Vox, y que frenaron este octubre la Fiscalía y la Abogacía del Estado con el argumento de que no estaba bien fundamentada.

Ahora el CIS ha elegido la víspera del inicio de la campaña electoral del 13-F para hacer público su sondeo del ojo izquierdo. Tiene todos los ingredientes que gustan a Tezanos. Se ha gastado un dineral con una encuesta que pretendía entrevistar a 8.000 personas, y finalmente entrevistó a 7.131. Pese al enorme tamaño de la muestra, sólo ofrece amplísimas horquillas como presunta previsión de escaños: entre 25 y 34 escaños para el PSOE y entre 27 y 32 para el PP. Pero tan ancha peineta no esconde el mensaje: el PSOE y el PP estarían empatados en las quimeras tezánicas, con una ligera ventaja para los socialistas. Y cuando llega a las sumas, el demóscopo favorito de Sánchez pone todo su empeño en que la derecha no sume. 

El desprestigio de las encuestas electorales de Tezanos ha llegado a tal nivel que lo primero que hacen quienes saben de estas cosas, al analizar los sondeos del ojo izquierdo que publica el CIS, es calcular cuán sesgada está la muestra, medida en recuerdo de voto declarado respecto al que hubo en realidad, para así corregir el reparto de estimación de voto tras descontar ese sesgo. Pues bien, una vez reequilibrada de la mirada tuerta que ofrece Tezanos, la previsión de resultado para el 13-F no es muy distinta de la que muestran algunas de las más prestigiosas empresas demoscópicas privadas: victoria del PP, muy por delante del PSOE pero aún lejos de la mayoría absoluta, un Vox potente y creciendo como tercera fuerza política, un cuarto y declinante lugar para Podemos, un Ciudadanos que no desaparece pero que queda tremendamente mermado respecto a su situación actual, y unos partidos provinciales que (en especial en Soria) empiezan a asomar la cabeza con fuerza y con la mirada puesta en las generales. 

Quedan dos largas semanas de campaña. Veremos, en lo que al CIS se refiere, si Tezanos repite la estrategia madrileña y multiplica sus encuestas con dinero público, aunque solo sea para entregárselas a su más dilecto destinatario monclovita… con o sin presunta filtración al comensal Pablo Iglesias, para que éste pueda jactarse en redes sociales de su privilegiado manejo de información reservada. Uno y otro son elementos que, tras el 13-F, podrían estudiar los tribunales de justicia para una demanda bien argumentada. 

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