E basta
«El derrumbe del PP nada tiene que ver con las sospechas de corrupción, sino con la idiotez de sus dirigentes, incapaces de soportar la más mínima sombra»
Pablo Casado y Teodoro García Egea. | Europa Press
La gente de este país lo aguanta todo, menos la estupidez, aunque a veces también aguanta la estupidez. Reconozco que me intriga la indiferencia moral de nuestra sociedad. ¿Será la célebre ausencia de una reforma protestante? Es cierto que, en el catolicismo, una vez te has confesado puedes volver a empezar a pecar con el alma tranquila, mientras que los protestantes acarician su culpa como una llaga durante toda la vida. Así, por ejemplo, tengo para mí que el derrumbe del PP nada tiene que ver con las sospechas de corrupción, sino con la idiotez de sus dirigentes, incapaces de soportar la más mínima sombra, como matones de colegio cuando alguien les planta cara. Percatarse de que uno está pagando sueldos espléndidos a un hatajo de inútiles tarda en llegar, pero a veces llega.
En Alemania bastó que se demostrara un plagio en el currículo universitario de un altísimo cargo para que éste se fuera a su casa avergonzado y contrito. Aquí el fraude casi se aplaude. En cuanto a los robos mismos, es gracioso ver a los portavoces socialistas echando fuego por los colmillos con los cincuenta mil euros de un hermano cuando ellos callaron los cientos de millones que sus dirigentes robaron en Andalucía a través de redes mafiosas para beneficiar a los suyos. Bien es verdad que uno de los implicados se lo gastaba en putas y cocaína, lo que quizás representa un uso progresista del latrocinio. Su madre estaba eufórica y dijo aquellas palabras imborrables: «En casa hay billetes como pa’ asar una vaca».
La indiferencia moral del país no atañe sólo al dinero, también a la sexualidad. Parece que la gente sea muy tolerante en esa materia cuando, en realidad, es sólo que le importa un pito, a menos de que pueda sacar tajada política. Y esto es lo más deprimente, que la maldad o bondad de las acciones se decide por clubes de aficionados, como en el fútbol.
La obsesión política es tan sumamente elevada que ha invadido los territorios propios de la moral, del comportamiento ético, pero también los concursos televisivos y las revistas de chismes. Hace muy poco, un grupo seguramente gallego de mujeres ataviadas del peor modo imaginable, fueron descabalgadas de un concurso. De inmediato la extrema izquierda (o la «izquierdona») se rasgó las (carísimas) vestiduras: no sólo eran mujeres, las accidentadas, sino gallegas, lo que supone una doble represión por sexo y por minoría étnica.
La política es la única religión española y es inmoral todo lo que hace el adversario político, pero de los nuestros todo se acepta. Excepto, a veces, la idiotez. Cuando eso sucede, hay que aprovechar.
Enfoco el comentario sobre los parámetros de la idiotez pero no esa la causa del derrumbe del PP …lo cita de pasada el comentarista. El derrumbe de las IDEAS que la derecha o mejor dicho el PP abandono con Rajoy y que parecía que Casado retomaría….con CAT…y ahora con el caso de Ayuso se ha derrumbado y con ellas sus dirigentes…
Escribir con desgana, sin tan siquiera informarse de aquello de lo que se está hablando tampoco parece ni muy profesional, ni muy ético. Pretender cualquier tipo de magisterio desde esas coordenadas resulta poco convincente.
El profundo desprecio con que se expresa cuando habla de las Tanxugueiras que no tiene claro ni si son gallegas, ni los motivos por los que tanta gente protestó por la decisión de un jurado que hacía caso omiso de que el 70% de la audiencia las apoyaba, se mueve en las mismas coordenadas en las que lo puede hacer el nacionalismo más excluyente.
Efectivamente son gallegas y los motivos de la denuncia de tongo nada tenían que ver con que fuesen gallegas o mujeres, sino con el desprecio que eso significaba hacia el parecer del jurado y la votación popular. En cualquier caso era solo un concurso televisivo del que extraer conclusiones a cerca de la moralidad o inmoralidad en este país resulta cuando menos chocante.
Comparto su explicación, y es importante no dejar pasar ciertas cosas, pero creo que el Sr. Azúa lo usó como una ironía hacia otra persona mas allá de la tanxugueiras, no debió ser su intención ofender, es una columna literaria.
Afortunadamente hemos podido aprovechar , ya estábamos tardando . No creo que el pais tenga indiferencia moral , creo que el sistema es poco moral y con ello tenemos que trabajar .