THE OBJECTIVE
César Calderón

La jugada maestra de Podemos en Andalucía

«No debemos subestimar nunca la extraordinaria capacidad de la izquierda a la izquierda de la izquierda para el autosabotaje»

Opinión
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La jugada maestra de Podemos en Andalucía

europa press

¿Hay algo más eficiente para asegurar la irrelevancia de tu proyecto político que una pelea preelectoral incomprensible seguida por 12 horas de órdagos contra aquellos con los que se supone que quieres pactar,  culminadas con una vergonzante bajada de pantalones final tras la que además no llegas a tiempo de rubricar el acuerdo ante el registro electoral porque llevabas los relojes – el de la historia y el de la muñeca- atrasados?. Yo creo que no.

Usted, querido lector, como buen representante del lumpenproletariat contaminado por la prensa al servicio del capitalismo globalista, también pensará que todo esto ha sido una locura, pero para la nomenklatura de Podemos, la jugada perpetrada en Andalucía no es más que  un nuevo capítulo de una carrera hacia el abismo iniciada por las purgas estalinistas y que cristalizaron en la constitución de la IV internacional liderada por Lev Davidovich Bronstein, también conocido como Trotski.

Un maratón hacia el abismo de la intrascendencia política perfectamente retratado en un maravilloso chiste que explicaba en pocas líneas la atomización de la izquierda revolucionaria, especialmente la protagonizada por el trotskismo, congreso tras congreso de su IV internacional:

¿Qué es un trotskista? Un partido.

¿Y dos trotskistas? Un partido con una corriente interna.

¿Y tres trotskistas? Un partido, una corriente, y una escisión.

¿Y cuatro trotskistas? La IV Internacional.

¿Y cinco trotskistas? Nunca se ha visto tal cosa.

Como si fueran los protagonistas de La Vida de Brian, ya saben, la desopilante película de los Monty Phyton que caricaturizó las constantes purgas y escisiones del movimiento del obrero internacional en la famosa escena en la que en medio de una función de gladiadores, un grupo de militantes del Frente Popular de Judea  acusaba de disidente (Splitter!) al único miembro del Frente Judaico Popular, la sección andaluza de Unidas Podemos no ha sido capaz de sobreponerse a su excelente resultado de las pasadas elecciones autonómicas y ha terminado descomponiéndose en al menos cinco grupos que competían entre sí por el mismo trozo del pastel electoral ante el desconcierto y la melancolía de sus votantes.

Cinco grupos, de los cuales cuatro de ellos, y ante la imposibilidad de recuperar para la causa a la pareja inventora del trotskismo-peronismo compuesta por Kichi y Teresa Rodríguez, que ya decidieron hace tiempo priorizar sus superiores intereses familiares antes que los siempre sospechosos intereses colectivos de la izquierda andaluza, comenzaron una kafkiana negociación para constituir una candidatura unitaria de los restos del naufragio culminada el viernes por la noche con el bochorno más absoluto de un Podemos que, después de torpedear el acuerdo hasta el cierre del registro electoral con el fin de conseguir una mayor cuota del mismo, llegó tarde a la firma del documento que oficializaba el nacimiento de la coalición.

Un despropósito universal que va a tener al menos tres efectos, a saber:

  • El primero, lastra las oportunidades de que la izquierda a la izquierda del PSOE logre un resultado decente en las elecciones andaluzas.
  • El segundo, acrecienta notablemente las posibilidades electorales de un Juan Espadas al que la campaña le está viniendo muy grande por la vía de otorgarle gratuitamente acceso a una bolsa de votantes a los que a buen seguro no les habrá sentado nada bien todo este circo y la falta de respeto hacia Andalucía que comporta.
  • Y el tercero y no por ello menos importante, demostrar una vez más que no debemos subestimar nunca  la extraordinaria capacidad de la izquierda a la izquierda de la izquierda para el autosabotaje. Son los Harlem Globetrotters del deporte de pegarse tiros en las propias rodillas. Puro espectáculo. 
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