No nos dejéis solos
«Gran parte de los dirigentes nacionalistas llevan a sus hijos a colegios plurilingües mientras que condenan al resto de alumnos a una escuela monolingüe»
Mis compañero Xavier Pericay y Pablo de Lora ya han manifestado en sendos artículos su apoyo a la manifestación del próximo 18 de septiembre convocada por Escuela de Todos bajo el lema «Español, lengua vehicular». También han confirmado su asistencia otra compañera, Rebeca Argudo, y no solo porque esté en contra de que en Cataluña no se dé ni una asignatura en español, sino también porque, como no se cansa de recordar, esto mismo está sucediendo en la Comunidad Valenciana y Baleares. ¿Y quién gobierna en dichas comunidades? Efectivamente, los socialistas. De hecho, ellos siempre han reivindicado la paternidad de la mal llamada «inmersión lingüística»-no lo es para casi la mitad de los alumnos que tienen el catalán como lengua materna- que siempre han intentado vender como el sistema más justo porque, según ellos y los nacionalistas, evita la segregación por cuestión de lengua.
Esto no solo no es así, sino que es justo lo contrario: en Cataluña todas las escuelas privadas y algunas de las concertadas –casualmente, las más caras- tienen el español como lengua vehicular. ¿Y quién lleva a sus hijos a esas escuelas? Los mismos que hacen todo lo posible para que ese modelo no aplique en las escuelas públicas. De hecho, mientras Josep González-Cambray, el Consejero de Educación de Cataluña, afirmaba todo campanudo que este curso «ningún centro educativo aplicará el 25% de castellano» mentía a sabiendas, pues en el elitista colegio al que lleva a sus hijas sí tienen ese mínimo de un 25% en español. Y no es el único: gran parte de los dirigentes nacionalistas (y en nacionalistas incluyo al PSC, claro está) llevan o han llevado a sus hijos a colegios plurilingües mientras que condenan al resto de alumnos a una escuela monolingüe. Y no solo eso: a los que se han atrevido a reivindicar para sus chiquillos lo mismo que estos políticos les dan a los suyos se han encontrado con terribles campañas de acoso: insultos, manifestaciones en contra, señalamientos, luz de gas… Para dejar bien clarito que aquí hay que tragar y callar.
No es que quiera disculpar a los separatistas, pero es que ellos tienen claro que quieren ser una realidad separada del resto de España y actúan siempre en consecuencia y, en este sentido, me parece mucho peor el papel de los socialistas. Como les decía anteriormente, ellos han reivindicado durante años la escuela solo en catalán, hasta que el éxito electoral de Ciudadanos les hizo perder miles de votos por este tema. Así, en la anterior legislatura, el PSC se dedicó a reivindicar con grandes campañas publicitarias el trilingüismo que hasta entonces había sido bandera de los naranjas y consiguieron su objetivo: fueron mucho los catalanes que en las últimas elecciones confiaron en Salvador Illa.
Y es en este sentido en el que la traición, una vez más, ha sido terrible. En Cataluña, durante años no se ha cumplido con la Constitución -que obliga a que el español sea lengua vehicular- y solo la tenacidad de unos cuantos padres bajo el paraguas de la Asamblea por una Escuela Bilingüe consiguió que, al menos, se obedeciera la ley y las diferentes sentencias judiciales en 27 centros escolares. Pero esto ha durado solamente siete años, porque el PSC decidió modificar la ley de Normalización Lingüística junto a los separatistas y los comunes y esta modificación ha hecho que ahora se les quieran quitar los derechos a estos alumnos. Y esto -lo siento si me repito- mientras les garantizan a sus hijos esos mismos derechos en carísimos colegios. ¿Se les ocurre mayor saña contra unos pobres críos?
«Vivimos en un país en el los gobernantes de una de sus comunidades alardean de no cumplir la ley con la inestimable ayuda del Gobierno de ese mismo país»
En su declaración ante los medios, Cambray calificó esta aberración como «un éxito de país, que es lo que nos pasa en Cataluña cuando todos nos ponemos a trabajar en la misma dirección». Les aclaro, por si las dudas, que cuando habla de «país» se refiere a Cataluña. Pero vayamos a lo mollar: es un éxito de país arrebatarle derechos a los alumnos y lo han conseguido porque se han puesto a trabajar «todos» en la misma dirección. «Todos» son los partidos separatistas, los socialistas y los podemitas; el resto no somos «pueblo de Cataluña», como ya expresó en su día con claridad meridiana Carme Forcadell. ¿Se imaginan lo que es vivir en una comunidad autónoma donde consideran que tú no formas parte de ella? Pues ese en nuestro pan de cada día en Cataluña. No nos consideran catalanes, por mucho que hayamos nacido y vivido siempre aquí.
Es por eso que les pido que no nos dejen solos. Entiendo que no todo el mundo puede permitirse venir a Barcelona el 18 de septiembre, pero hay otras muchas maneras de apoyarnos. Por ejemplo, dejar de repetir que en Cataluña se dan más o menos asignaturas en lengua española dependiendo de la zona, como leo y escucho habitualmente en medios nacionales. Eso no es así y lo afirmo con la rotundidad de quien se dedicó a analizar todos los proyectos lingüísticos de centro. O decir que el nivel de español de los alumnos catalanes es superior al del resto de España –no hay ninguna prueba homologable que lo demuestre- o que los alumnos catalanes salen hablando perfectamente español porque no es que salgan, es que entran, ya que es la lengua materna de la mayoría.
Entiendo que en el resto de España estén cansados de la matraca catalana que lleva una década copando los medios de comunicación, pero es que no se trata tan solo de Cataluña (y la Comunidad Valenciana y Baleares, que se me enfada Rebeca): se trata de defender el Estado de derecho. Vivimos en un país en el los gobernantes de una de sus comunidades alardean públicamente de no cumplir la ley con la inestimable ayuda del Gobierno de ese mismo país. Por eso les ruego encarecidamente que no nos dejen solos, que apoyen, por favor, con su presencia o en la redes la convocatoria de Escuela de Todos #EspañolLenguaVehicular.