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Lo que va del 11 al 18 de septiembre

«El motivo esencial, y ético, de luchar contra el separatismo es restituir los plenos derechos civiles en términos de igualdad ontológica a todos los españoles»

Opinión

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), recibe al presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès. | Emilio Naranjo (EFE)

  • Europeo con sangre francesa, italiana, catalana y andaluza profundamente español. Pluriformado universitario en Lengua, Físicas y Economía he sido siempre un político vocacional que nunca ha vivido de la política hasta la jubilación en que fui eurodiputado independiente. Desde 2014 libre de todo Partido después de haber militado en PSF, PSP, PSOE,Ciudadanos y UPyD desde la independencia. Trabajé con orgullo para una UGT que hoy se ha traicionado durante la Transición. Hasta mi último aliento lucharé por una España de ciudadanos unidos, libres, iguales y solidarios en una Europa Federal, en estos momentos con la palabra y el teclado. Por eso he fundado ULIS, por si un día…

Se van a celebrar en Íbero-Cataluña distintos actos, con una semana de diferencia, con concentración estrella en Barcelona, que son muy indicativas de los males democráticos y políticos que vivimos y que son la raíz estructural de muchos otros males, sociales, económicos, totalitarios, racistas…. Reflexionemos sobre ellos.

En primer lugar, el día 11 de septiembre, y según va siendo tradicional, se celebrará la Diada, con homenaje a Rafael Casanova Comés. Pasemos de la curiosa anécdota de que una comunidad celebre como fiesta identitaria una derrota militar antigua de unos españoles contra otros, nuestra afición a las guerras civiles, para reconocer la realidad política: la Diada se ha convertido en un arma activista más utilizada por secesionistas (nunca independentistas, concepto que no cabe en ninguna región española), delincuentes o no, para seguir muñendo, con violencia soft, el golpe de Estado a cámara lenta que soportamos desde tiempo.

Aurora Madaula, por ejemplo, secretaria de la Mesa del Parlament y diputada de Junts,  ha confirmado que  la diada es sólo para hispano-catalanes secesionistas. Tiene esa celebración, además, muchas características de los rasgos infames separatistas, a saber, manipula y pervierte la Historia a conveniencia, (el Señor Casanova, por ejemplo, era un españolazo que declaró que quería devolver la libertad a… España), intoxica y manipula para dividir a la sociedad sobre mensajes falsos y de odio, oprime y amedrenta «sigilosamente» a millones de españoles. Y sobre todo es un activismo ampliamente apoyado por instituciones del Estado (y no solo la Generalitat) y regado, directa o indirectamente, por los impuestos de todos. 

Pero nuestros líderes nacionales, dizque constitucionalistas, están encantados con el evento separatista este año porque los politicastros regionales están divididos y el acto les va a  debilitar, mostrando sus contradicciones. Creemos que eso es un gravísimo error y desenfoque de lo que realmente está en juego para los ciudadanos españoles. Un error que lleva lustros y Gobiernos produciéndose.

Nos lo recuerda, precisamente, otra manifestación/concentración que se producirá una semana después, el 18 de septiembre, en el mismo escenario. El acto en ese día reivindicará la restauración del español como lengua vehicular en Hispano-Cataluña (y de paso, en toda España). Tras ello, evidentemente, se ubican otras reivindicaciones como son la libertad para elegir la educación de los hijos, la vigencia del Estado de Derecho en la región, es decir la aplicación de la llamada sentencia del 25% y el castigo a los rebeldes delincuentes, con un González a la cabeza, o el simple deseo de no ser tratados como ciudadanos de cuarta en su propia patria.

«Lo que está en juego son los valores democráticos y los derechos civiles de millones de ciudadanos, algunos de ellos, demasiados, oprimidos o exiliados»

Y, si ahondamos un poco en esto último, comprenderemos mejor lo que de verdad está en juego con el mal llamado problema catalán, ya que es un problema español y de ética democrática española. Lo que una valiente parte concienciada de la sociedad civil del Principado está reclamando abiertamente, desesperadamente, con el apoyo silente de millones de españoles, es la recuperación de sus derechos civiles fundamentales y que los gobiernos de la Nación… Y que los hiperpolitizados jueces cumplan con su obligación elemental: proteger a toda la  población española leal e impedir cualquier discriminación o desigualdad o velada persecución por razones de raza, etnia o residencia.

Llegamos a una lección esencial: para un demócrata, para un ilustrado o para un humanista incluso, lo que está en juego son valores de convivencia básicos y derechos democráticos fundamentales. Respetamos, y a veces ayudamos a los que se mueven por símbolos,  o por sentimientos románticos, o por la verdad histórica, o por la evidencia practica de que la unión hace la fuerza o la prosperidad. Pero el motivo esencial, y ético, de luchar contra el separatismo, el secesionismo y el nacionalismo regional es restituir los plenos derechos civiles en términos de igualdad ontológica a todos los españoles, y sobre todo, protegerles absolutamente, repetimos: absolutamente,  de cualquier clientelismo, opresión de facto, intimidación, perversión totalitaria de la democracia, invitación al exilio en su patria, persecución supremacista o etnicista, discriminación o ataque a sus derechos civiles torales.

Es un trecho importante el que va del 11 de septiembre al 18. Los Gobiernos de la Nación (y sus jueces) llevan decenios ya siendo cómplices activos de las agresiones permanentes a los derechos de los españoles porque calculan, políticamente, que lo que han de conseguir es un apaciguamiento de los separatistas concediéndoles una suerte de confederación asimétrica y desigualitaria con tal de que acepten un envoltorio jurídico irreconocible llamado Reino de España tipo Commonwealth. Y no, lo que está en juego son los valores democráticos y los derechos civiles de millones de ciudadanos muy concretos, algunos de ellos, demasiados, oprimidos o exiliados. Como demócratas no podemos eludir más tiempo nuestro deber de solidaridad. Por eso apoyaré la manifestación del 18 de septiembre.

Pero, por si les queda alguna duda, háganse la siguiente pregunta: ¿Qué manifestación va en contra directamente del bien común de los españoles y cuál a favor? Pues eso.

12 comentarios
  1. Stravros88

    Brillante exposición. España se suicida, con indepes mentirosos, manipuladores, odiadores, racistas.. Y políticos en Madrid sin liderazgo, sin ninguna visión estratégica, ni mucho menos patriótica. Un país en decadencia, cavando su fosa con ahínco. Haciendo todo menos trabajar por el bien común. O reflexionamos y cambiamos, o nuestros hijos heredarán una ruina de país empobrecido, roto, sin valores, sin objetivos comunes, sin industria ni educación, ni nada.

  2. goeland

    No se trata de españoles buenos y españoles malos. Se trata de españoles de 1ª, 2ª, 3ª incluso de 4ª.
    Y los españoles que no son de 1ª son los que están siendo apartados, menospreciados, señalados, odiados y expulsados por los separatistas.
    Si, los separatistas que han despojado y lo siguen haciendo gracias a la complicidad de los Gobiernos que se dicen democráticos, de sus derechos civiles a muchos españoles, españoles como ellos.
    Yo también apoyaré esa manifestación/concentración del 18 de septiembre.

  3. 23xtc

    Sr. Calvet he leído su curricular político, debería en algún momento decir a alguien que le lea los errores cometidos en la «ejemplar transición democrática española», y añaden algunos perdidos tertulianos, «ejemplo en el mundo, España es la quinta potencia económica europea», también otra tertuliana hace poco la escuche y vi decir «Juan Carlos trajo la democracia», reconozco que ni Inda lo dice desde hace mucho.

    Como usted ha conocido desde dentro porqué se hizo tan mal, no como en Portugal o es que hay partidos y lobis secesionistas de las dos autonomías de Portugal en la UE o en la única cámara nacional, es que hay lenguas cooficiales en Portugal, pegunto.

    Que papel tuvieron los «padres de la constitución» que hasta Fraga que voto en contra de la LOAPA se hizo nacionalista gallego, dejando herencia dogmática en Feijoo y su gobierno.

    ¿Juan Carlos erro salvando la vida a Tarradellas para darle otra vez la Generalitat, me lo niega o asiente? Nos engañaron o no desde 1978 con la amable, plural transición.

    Voy a decirle que un ex juez de u n alto tribunal español es el autor del libro blanco de la independencia catalana, «de la ley a la ley», además de pagarle le han premiado, que otro, hijo de alcalde franquista y abuelo condecorado por los servicios prestados a Franco elaboró la lista de patriotas jueces y fiscales, unos 33. Que alguno instruye causas contra los policías que se enfrentaron a la masa adoctrinada, unos centenares de miles de millares en todo ese «principado» guiados por el engranaje construido gracias a lo que sucedió entre 1977 a 1980, en España con Cataluña y aquellos pactos políticos. Ganaron por goleada por culpa de la inoperancia y la cobardía de un gobierno, de una clase política vendida que dejaron a los policías y guardias civiles que se estrellaran en las rocas solidas de la futura independencia de «els paissos catalans», al tiempo.

    El abogado Cuevillas de padre juez durante Franco.

    Voy a recordarle dos hechos reales que sucedieron en platos de dos nacionalistas presentadoras catalanas en sus programas en Madrid, las dos estuvieron en TV3. Una ya no es presentadora, mientras lo fue tuvo a Joan Tardá que alentó la sublevación en la Rambla esquina Gran Vía y en la entrada de la universidad de Barcelona a miles y miles. La otra lo es, tuvo a un juez de Bcn en el plato después de los hechos del 1 O sollozando, pedía que a los jueces no se les diera el trabajo de los políticos, » mis hijos no me hablan mis vecinos no me hablan, tienen que ser lo políticos no los jueces». Sabe lo peor, que los tertulianos de esas en esos «momentazos» no se atrevieron a negarse a participar, al contrario, asintieron con sus presencias.

    Se niegan a reconocer que no es castellano el idioma que escribo los convocantes del 18 S, de que servirá cuando aprueben la ley de Lenguas.

    Josep Ramón Bosh engañó a miles y miles y los que como usted tienen nombre y apellidos no se han atrevido a reconocerlo.

    Yo no iré, no quiero que me utilicen unos «constitucionalistas» que me llaman castellanohablante desde hace mucho, como Som Escola y Plataforma y lo hacen conscientemente unos como otros. De que sirvió mi firma para reclamar la enseñanza en español en las autonomías si me han mentido.

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