MyTO

El neoliberalismo cotiza a la baja

«La deflactación del IRPF en los tramos inferiores de la renta es una medida que sirve para suavizar el impacto de la inflación y que resultaría más efectiva que la política fiscal Frankestein»

Opinión

EP

  • Licenciada en Economía y Ciencias Políticas por la New York University. Fui redactora de Economía en El País. Cubrí la información sobre la OPEP, FMI, Banco Mundial, G7, Foro de Davos y la transición hacia la unión monetaria europea. Ahora escribo sobre estos y otros temas en The Objective.

Ver para creer. ¿Los mercados financieros castigando a un Gobierno por aplicar un programa neolioberal? ¿El Fondo Monetario Internacional advirtiendo de sus consecuencias en la desigualdad social? Como diría Tamara: ¿Estamos locos o qué? No. Pero quizás sí un poco más sabios a raíz de las heridas económicas y sociales que dejó la anterior Gran Recesión (2008-13). Los mercados financieros prefieren la estabilidad de los precios y la contención de la deuda al impulso puntual de la demanda que puede propiciar una radical bajada de impuestos como la anunciada esta semana por el nuevo Gobierno británico de Liz Truss. No importa lo mucho que esta beneficie a las empresas y a las rentas más altas. Las recetas a favor de la bajada de impuestos, de la desregularización de los mercados y de los recortes sociales se han quedado viejas. No se adecúan a los nuevos tiempos. Como señalaba Martin Wolf en una de sus recientes columnas en el Financial Times: «Después de 40 años, el thatcherismo es una idea zombi». Y bajo el mandato de Christine Lagarde y ahora de Kristalina Georgieva, el FMI hoy también se alinea con una política económica más heterodoxa, alejada del credo neoliberal.

El anuncio del llamado mini budget por parte del canciller Kwasi Kwarteng cayó como una bomba en los mercados. El plan puede elevar en casi 200.000 millones de dólares la deuda del país. Coincide además con los efectos en la inflación, que se situó en el 9,9% en septiembre, de la crisis energética desatada a raíz de la invasión rusa de Ucrania y con las secuelas económicas de la pandemia y sobre todo de un Brexit aún en proceso de digestión. ¿A qué viene ese afán del Reino Unido de autolesionarse así? La libra ha perdido un 22% de su valor frente al dólar desde enero y se sitúa en el nivel más bajo desde hace 37 años. Y los tipos de interés de su bono a 30 años han subido al 3,82%, cerca de dos puntos por encima de hace un año. También la popularidad del Gobierno ha caído en picado y hoy el Partido Laborista de Keir Starmer aventaja a los conservadores en 33 puntos en las encuestas. 

El descalabro de la libra ha obligado al Banco de Inglaterra a intervenir a la manera de Mario Draghi y su whatever it takes que en hace diez años permitieron frenar los ataques al euro. El banco central británico anunció la compra masiva de bonos por valor de 65.000 millones de libras. Una medida expansiva, porque supone una espectacular inyección de liquidez en el sistema financiero, que se contradice con la agresiva política de subidas de tipos de interés seguida hasta ahora para frenar la inflación. La credibilidad de la economía británica está seriamente dañada. Como advirtió el secretario del Tesoro estadounidense, Larry Summers, el Reino Unido se comporta hoy como una economía de mercado emergente que ha decidido sumergirse. 

«El Reino Unido se comporta hoy como una economía de mercado emergente que ha decidido sumergirse»

Hay quienes en España aprovechan lo ocurrido en el Reino Unido para barrer para casa. Y meten todo en el mismo saco. Pero el plan de Liz Truss no es comparable con las medidas propuestas por el Partido Popular aquí por mucho que el Gobierno de Sánchez quiera equipararlo. Si no, que se lo pregunten a Ximo Puig, el presidente socialista de la Generalidad valenciana, que anunció un plan parta reducir la tarifa del IRPF a las rentas inferiores a los 60.000 euros anuales y compensarlas así por la pérdida de poder adquisitivo que ha supuesto la inflación. El plan de medidas fiscales contra la crisis de Feijóo hablaba de rebajar el impuesto de la renta a las rentas inferiores a 40.000 euros. Y la última reforma propuesta por el Gobierno, a las menores de 21.000 euros. Todos hablan de querer impactar en las rentas medias y bajas, pero aún nadie se pone de acuerdo sobre cuál es la renta media. 

La deflactación del IRPF en los tramos inferiores de la renta es una medida que sirve para suavizar el impacto de la inflación y que resultaría más efectiva que la política fiscal Frankestein, como la ha calificado con acierto Rajoy en el foro de la Toxa de hace unos días, a la que se puede ver abocado el país las medidas fiscales del Gobierno, que suponen de hecho una recentralización de los impuestos por la puerta de atrás, son contestadas por las CCAA. En ese mismo foro, Felipe González reclamaba como la mejor salida a la crisis una reedición de los Pactos de la Moncloa que en 1977 lograron estabilizar la economía española. Pero el consenso político entre los dos grandes partidos necesario para reeditarlos ni está ni se le espera. Y la pelea sobre fiscalidad en clave ideológica, que ha de recrudecerse a medida que se acerque la convocatoria de las elecciones generales en noviembre de 2023, lo aleja sin remedio. 

Y mientras, a falta de ese gran pacto de rentas y de medidas para salir de la crisis, el impuesto indiscriminado que es la inflación sigue comiéndose el poder adquisitivo de las familias. Tanto el Gobierno como la oposición deberían ppoder ponerse de acuerdo al menos en aprobar medidas que sirvan para contener los ingresos de los hogares más vulnerables. Las rebajas del IVA sobre el precio de la electricidad y del gas, que recoge el plan de Feijoo y que luego ha adoptado el Gobierno, van en la buena dirección.  

Porque la inflación ha venido para quedarse. Al menos hasta que el choque en la oferta energética se vaya superando con fuentes alternativas de energía al petróleo y gas rusos. Y la batalla del Banco Central Europeo para contenerla no es fácil. Las subidas de los los tipos de interés que defiende Alemania y los países más rigurosos del Norte de Europa, no aseguran el éxito. Porque el incremento de precios en la Unión Europea no viene por un aumento de la demanda, como sí es el caso en UEEUU, sino por un choque de la oferta. Es más difícil controlar la inflación sin dañar el crecimiento. Los halcones más ortodoxos del BCE, que en en la anterior crisis financiera apostaron por la austeridad fiscal y la restricción monetaria, corren el riesgo de equivocarse otra vez.

El PP confía en que la ‘pinza’ entre Feijóo y Díaz acabe obligando a Sánchez a bajar el IVAEl PP confía en que la ‘pinza’ entre Feijóo y Díaz acabe obligando a Sánchez a bajar el IVA
6 comentarios
  1. RobertoY

    Muy instruida y articulada. Es de agradecer.

  2. Rob-herd

    Neoliberalismo jajajajaj tantos estudios para acabar siendo una cateta. Neo imbcl funcional.

  3. Grossman

    Veo difícil que usted intente hacer comprensible la economía cuando no tiene ni idea de los principios más básicos de cómo funciona la economía.

    Ya cuando uno se emponzoña con la palabra neo liberal, malo, neoliberal es un término que no define nada, un neoliberal es un liberal de toda la vida, el liberalismo no cambia porque solo define como funciona la sociedad y de ahí actuar.

    La muerte de la libertad económica se ha anunciado varías veces, pero el mercado es orden espontáneo que los ciudadanos adoptan como respuesta a las cosas que no funcionan.

    Decir a día de hoy que el tatcherismo ha fracasado, hay que tener cuajo. Tatcher sacó de la quiebra al RU, haciendo reformas que supusieron un gran sacrificio pero que ha dado un desarrollo económico importante como se demuestra que los inmigrantes atraviesan toda Europa para ir a GB.

    Los pobres son tan tontos que siempre se arriesgan a ir a los países neoliberales, no les gusta Venezuela, Argentina oEspaña, les gusta sufrir.

    Los gobiernos actúan, endeudan a la sociedad, crean estímulos artificiales, es decir dinero falso, y cuando todo se va al garete salen sus voceros economistas a decir que el neoliberalismo ha fracasado.

    Las bajadas de impuestos benefician en primerísimo lugar a los pobres, sobre todo si se los bajas a las clases medias y a los ricos, los pobres ya pagan pocos impuestos, el problema es que necesitan trabajar y este trabajo se lo dan aquellos los que tienen capacidad de crear riqueza, los que se hacen ricos creando riqueza a los demás.

    La inflación siempre es financiera, se crea desde el estado, en el mercado no hay inflación sostenida en el tiempo, puede subir puntualmente pero enseguida para, cuando sube año tras año, es que alguien imprime papelitos y dice que eso es riqueza, es decir, los gobiernos.

Inicia sesión para comentar