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¿Cuál es el plan?

«Sólo una cosa parece clara: para que la izquierda siga en el poder, necesitará vencer escrúpulos y sumar a destajo a todo aquello que pueda aportar un voto para la investidura»

Opinión

¿Cuál es el plan?

La polémica sobre las consecuencias de la ley de ‘solo sí es sí’ ocultó la que unos días antes existía sobre la posibilidad de que el Gobierno redifiniera los delitos y rebajase las penas de corrupción y malversación, que, a su vez, había tapado una polémica anterior sobre la eliminación del delito de sedición, que había oscurecido, por su parte, la polémica previa sobre la matanza ocurrida este pasado verano en la frontera de Melilla entre España y Marruecos.

Todos estos episodios, que son sólo los últimos de una legislatura repleta de decisiones muy controvertidas, podrían formar parte de una sucesión de errores y de decisiones arriesgadas, justificadas por las necesidades políticas de corto plazo. Pero podrían ser también los adoquines con los que se va pavimentando el camino que conduce hacia un proyecto de futuro más ambicioso. Personalmente, tiendo a pensar que se trata de lo primero, pero conviene estar atentos ante la posibilidad de que sea lo segundo, incluso ante el riesgo de que, por pura improvisación y oportunismo, todo esto acabe en una profunda remodelación de nuestro sistema político.

Los pasos más controvertidos dados hasta ahora por el Gobierno suelen ir todos en la mismo dirección: encontrar la simpatías de los partidos nacionalistas -sin renunciar a los independentistas y antiguos aliados del terrorismo- y del abanico más amplio de la izquierda, incluidos los sectores más radicales y los populistas que se asemejan al peronismo y justifican a Maduro y a Rusia. No hay nada que sume contra el PP que quede actualmente excluido del compás político y moral de la izquierda.

«Sería bueno que pudiéramos acudir a las urnas sabiendo lo que podemos encontrarnos después»

Conviene recordar que esos eran límites infranqueables del PSOE socialdemócrata, que siempre prefirió pactar con la derecha que con el separatismo y que jamás llegó a compartir proyecto con los comunistas o la extrema izquierda. El PSOE de hoy se limita a respaldar la voluntad de su actual máximo dirigente, lo que convierte su acción siempre en imprevisible.

En estos meses preelectorales esa imprevisibilidad es extrema, como elevada es también la incertidumbre sobre el pronóstico de los resultados. Sólo una cosa parece clara: para que la izquierda siga en el poder, necesitará vencer escrúpulos y sumar a destajo a todo aquello que pueda aportar un voto para la investidura. Comprobado ya en estos últimos años que esos votos hay que después pagarlos con indultos y leyes, podemos encontrarnos en un tiempo corto en la construcción de un nuevo sistema político casi por accidente, por efecto de las concesiones constantes a cambio de conservar el poder.

Una nueva mayoría de Gobierno, costosamente hilvanada entre un voto de aquí y otro voto de allí, bien podría obligar a completar la agenda pendiente de los independentistas catalanes, que suelen anunciar lo que buscan y han advertido ya que su próxima meta es el referéndum de autodeterminación. Y, si el radicalismo vasco sigue siendo influyente y esa alianza del extremismo catalán, vasco y español sigue vigente, ¿por qué no un referéndum de autodeterminación también en el País Vasco? ¿Qué pedirán los nacionalistas andaluces en auge? ¿Y los gallegos? ¿Qué reclamarán las fuerzas nacionalistas valencianas, baleares, canarias que puedan ser necesarias para ese proyecto? ¿Se requerirá el voto de Teruel Existe? ¿A cambio de qué?

Tal vez todas estas preguntas sean precipitadas. Tal vez al final gane la derecha y la preocupación sea el espacio que reclame Vox. Por el momento, sin embargo, es preciso encontrar una explicación -sería mejor una solución, pero eso parece más difícil- al desconcierto actual.

El desorden no obedece sólo a las medidas tomadas, sino a la red de intereses e intenciones que se esconden detrás. El presidente no puede destituir a los ministros que se equivocan porque pierde la mayoría, unos ministros hacen oposición a otros de su mismo partido porque compiten por el mismo espacio político, los partidos coaligados se engañan en el Consejo de Ministros, los socios del Gobierno le hacen chantaje en público, el presidente cede su autoridad al jefe de la Generalitat, otros líderes regionales prueban las aguas de la rebelión sin decidirse a elegir entre su lealtad al partido y su compromiso con los ciudadanos.

Todo esto, como decía, puede estar ocurriendo simplemente por casualidad, como un enorme teléfono escacharrado en el que un disparate conduce a otro mayor. Pero, quizá, sea parte de un plan o acabe convirtiéndose en un plan. Supongo que el Gobierno lo sabrá y, por tanto, el Gobierno debería decírnoslo.

En esta ocasión, sería bueno que pudiéramos acudir a las urnas sabiendo lo que podemos encontrarnos después.

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17 comentarios
  1. kj26_

    He buscado en internet los votos conseguidos por el PSOE en las diferentes elecciones desde 1977. Los resultados fueron:
    Jun 1977 4,5M
    Mar 1979 5,5M
    Oct 1982 8,5M
    Jun 1986 7,6M
    Oct 1989 7M
    Jun 1993 7,9M
    Mar 1996 7,9M
    Mar 2000 7,9M
    Mar 2004 11M
    Mar 2008 9,6M
    Nov 2011 6M
    Dic 2015 4,7M
    Jun 2016 4,7M
    Abr 2019 6,5M
    Nov 2019 6M

    Parece que su electorado tiene un fondo de unos 4,5M de votantes. Son los votantes de 1977, pero se repiten en 2015 y 2016.

    El resultado de 1982 (8,5M) es más el resultado de una esperanza que de una realidad que no existía. Para franquear el techo de 7,9M hubo que montar una masacre con 200 muertos y cerca de 2000 heridos. Las votaciones se realizaron en un momento emocional extraño. Los resultados de 2008 (9,6M) se explican por las mentiras de Zapatero: “no había crisis y antipatriota quien lo negara”. Los medios difundieron la mentira con profusión. En las siguientes elecciones la caída es monumental 6M en 2011 y al fondo (4,7M) en 2015 y 2016.

    Zapatero, Sanchez y yo sabemos que para gobernar desde la Moncloa hacen falta unos 11M votos. Viendo Zapatero que eso podría no volver a ocurrir, diseñó un plan consistente en aliarse con todo partido que trajera algún voto por pequeño que este fuera, aunque fuera extremadamente perjudicial para los intereses de España y los españoles. El plan les ha funcionado en 2019.

    Que contiene ese plan para el futuro? Probablemente ese plan suponga que como mucho el PSOE volverá a alcanzar 7M de votantes en el mejor de los casos y que para alcanzar la Moncloa necesitará pagar ‘como sea’ los votos que le faltan hasta alcanzar los 11M de votos que dan la Moncloa. De ahí la extrema peligrosidad del PSOE y de Sanchez. El precio que Sanchez está dispuesto a pagar por esos millones de votos que le faltan puede ‘helar el corazon’ a todos los españoles.

    El PSOE y Sanchez se han convertido en una máquina de poder, de distribución de subvenciones y nóminas, así como de compra de votos a partidos marginales. Todo un peligro formidable para nuestro futuro en paz.

    El Psoe es el problema. Qué serán capaces de tramar para seguir en el poder? Otro 11M, otro «antipatriota quien diga que viene crisis»? Internet y sus tecnologías para desinformar, enredar, localizar clusters (grupos) de ciudadanos para darles tratamiento específico? Controlar medios, judicatura, ine, estadisticas? No lo sé pero seguro que no se estarán con brazos cruzados, cuando además el dinero que viene de Hacienda no es de nadie y se puede dedicar a lo que el político quiera. Para eso pueden decir lo que es malversación y en ello están….

  2. Techlogic

    Solamente coger la «papeleta» del PSOE ya da —-> incertidumbre, si no miedo directamente.
    Es imprevisible lo que pueda ocurrir mientras gobierna el PSOE, pero ciertamente será algo, lo que sea, que supere en maldad a lo anterior.
    Gracias a que estamos en suelo europeo y sus «normas» si no ya tendríamos una dictadura, así sin más.
    .

  3. Libe_Aldecoa

    Y, también, puede que haya que considerar seriamente esta pregunta y la respuesta de Teo Uriarte:

    «-Jaime Mayor suele decir que lo que se llama Memoria Histórica y, por otra parte, el proceso de pacto con ETA son, en realidad, las dos caras de una misma moneda, y que el objetivo no es otro que lograr que la mitad de España, que la derecha nunca estuviera legitimada para gobernar, de modo que hubiera una perpetuación en el poder. Aliándose con quien hiciera falta.
    –Sí, sí. Yo escribí un libro que se llamaba Tiempo de canallas. Ahí digo que en las conversaciones de Loyola se está esbozando un proyecto de encuentro entre PSE y HB. Lo que se pretende, efectivamente, es fijar un bloque político, dirigente, no solamente en el País Vasco, en Cataluña, sino en toda España. Lo que quieren es un bloque hegemónico que impida la libertad de opción política en este país, como pasa con el peronismo en la Argentina.».

    (José María Sánchez Galera-El Debate)

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