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Feijóo: ¿socialismo suave o alternativa?

«Sépanlo pues, las autoridades: el socialismo hace de cualquier ciudadano con autoestima y que persiga el interés propio un antisistema»

Opinión

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero. | Europa Press

Pedro Sánchez ha declarado que «es peligroso decir que el dinero está mejor en el bolsillo de los ciudadanos». Bajo este martillo moral y como ayer comentaba Ignacio Ruiz Jarabo en este medio, el gasto público del Estado ha pasado en cuatro años de 480.000 a 614.000 euros, creciendo un 28%. Sobran ministerios, sobran funcionarios, sobra burocracia, chiringuitos, chapucerillos sin tajo y coleguis sin vocación, pero aquí seguimos hablando de gasto «social». Este gasto desbocado debe ir acompañado de subidas impositivas, pues la principal fuente de financiación del Estado es el sistema tributario. «Que se hable de gasto social cuando se pagan tantos impuestos es lo más antisocial que recordamos», dice Feijóo. Bien, a Feijóo le agradezco que nos diga algunas verdades. Somos unos grandes estafados y ya lo sabíamos. Hemos acudido a que nos engañasen, porque el engaño socialista es la única cultura económica que conocemos.

La mentira va llegando a su fin, pero lo complicado es ofrecer una alternativa al socialismo cuando no hay cultura liberal. La bajada de los impuestos anunciada por Feijóo solo implica, de momento, un socialismo suave. Mientras tanto, cuando hablas con un empresario, esa especie en peligro de extinción, te comenta que hay que ser imbécil para invertir en España. No hay cultura del emprendimiento ni incentivos. Aquí los empresarios no vienen a crecer ni invertir, vienen a jubilarse. Los socialistas no crean riqueza, no crean empleo, sino que recaudan y supuestamente distribuyen la riqueza mediante IRPF, IVA y otros impuestos del sueldo de los trabajadores. O sea que el maná de los ingresos procede del empresario, que debe dejarse engañar y maltratar con la exquisita mentira de Sánchez.

«El martillo moral ahora exige que los ciudadanos rindan cuentas ante el Gobierno y no al revés»

Estamos entre barriada laboral de Europa y aldea tercermundista, pero el Gobierno más caro de la democracia se dedica a estirar el latiguillo de los impuestos y echar la culpa a los empresarios. El martillo moral ahora exige que los ciudadanos rindan cuentas ante el Gobierno y no al revés. Nos acusan de derrochadores, porque pueden sacar el martillo incluso cuando te roban la mitad de tu sueldo. El ciudadano paga por ser autónomo, literalmente tiene que pagar para poder trabajar de forma autónoma. ¿Quién puede crecer con estas leyes represivas o negociar con el engaño? Hoy el ciudadano español que no pasa por el aro de esta degradación moral se ha convertido en un antisistema, más que nada porque el sistema trabaja en contra de sus intereses. Sépanlo pues, las autoridades: el socialismo hace de cualquier ciudadano con autoestima y que persiga el interés propio un antisistema.

Es una época de crisis moral para todos los ciudadanos que quieren ganarse la vida honradamente. Para el socialista, robar dinero público para redes clientelares es moralmente aceptable (véase el debate del EREscándalo), mientras que trabajar persiguiendo el beneficio propio es egoísta. Hay que dejarse engañar y maltratar con exquisitas mentiras para poder encajar en un sistema con esta moral. Demuestra que ni el socialismo ni el credo del autosacrificio son compatibles con una sociedad sana ni con una alta autoestima. Estas doctrinas son un timo arraigado por la ausencia de cultura liberal en nuestro país. Quien de verdad quiera construir una alternativa al socialismo debe cambiar la cultura económica y tener un discurso que aluda al interés propio, racional, de los ciudadanos. La crisis es moral y es profunda. 

13 comentarios
  1. Grossman

    El problema es que Feijoo no cree en la cultura liberal, no sabe cómo funciona realmente la economía que lo que realmente beneficia al trabajador es el capitalismo.

    Las tonterías de la izquierda son predecibles, es cierto que son falacias engañosas que hipnotizan a la masa pero son desmontables.

    Un político lo que tiene que hacer es prepararse y vacunarse contra las sandeces progres que lo único que buscan es el dinero público para beneficiarse ellos.

    Por eso Sanchez dice que es peligroso decir que el dinero donde está mejor es en el bolsillo de los ciudadanos, el habla del estado pero eso es una entelequia, el dinero que paga el contribuyente pasa a manos de Sanchez, él decide por ti, pone 23 ministros, viaja en falcon, tiene miles de asesores analfabetos, cientos de miles de funcionarios a su servicio, dinero para los jóvenes bobalicones que no hacen nada…

    Ningún ciudadano con su dinero lo tira de esa manera, no viaja en falcon, busca el sistema más económico, no tiene una deuda desbocada, ahorra para el futuro, no paga a asesores pagafantas que no saben nada, no le da dinero a sus hijos para que gasten sin control, no mercadea con los principios de sus familia a cambio de poder gastar más.

    Si, es peligroso que el ciudadano sea dueño de su dinero porque eso atenta contra el poder de un soberbio Sanchez.

    Feijoo debería tener un grupo de expertos para deshacer las falacias de la izquierda. El impuesto al capital, a los ricos, no es malo porque perjudica a los empresarios, que también, sino porque al que más perjudica es al obrero, tendrá sueldos más bajos porque trabajará en empresas descapitalizadas, esto es un principio básico de economía pero desconozco si Feijoo sabe algo de economía.

    Apela a su experiencia pero solo es un alto funcionario eficiente.

  2. ToniPino

    Pues ya veremos en qué se sustancia lo de Feijóo. De momento, su estrategia es no mojarse mucho para no desgastarse antes de tiempo y no meter la pata. Como es lógico, con su fama de socialdemócrata blando, los liberales recelan y desconfían, y los conservadores, con su fama de progrillo, lo rechazan de plano.

    Sobre el fondo del artículo, yo diría que hay que bajar algo el IRPF en los tramos altos y el de transmisiones, suprimir el impuesto de sucesiones y de patrimonio y dejar el resto como están, mejorar los servicios públicos, especialmente la sanidad, muy deteriorada con la pandemia, y no poner demasiadas trabas para la creación y desarrollo de empresas.

  3. Benito

    Feijoó es un muermo que aburre hasta a las momias. Además es masón. Y gallego, es decir, que no se sabe ni por dónde va ni si en realidad está viniendo.

    Para que el PP consiga un poco de gancho entre el pueblo debería plantearse a Cayatana Álvarez de Toledo como lideresa del partido y candidata a la presidencia del gobierno.

    Ayuso tampoco estaría mal como presidenta.

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