THE OBJECTIVE
Jorge Vilches

El tirano nos amenaza

«Sánchez ha demostrado ser capaz de todo. No tiene palabra ni escrúpulos. No le detiene una institución ni una ley, y mucho menos su propio partido»

Opinión
37 comentarios
El tirano nos amenaza

Pedro Sánchez.

Un tirano herido es un animal político muy peligroso. El comportamiento agresivo y vengativo es natural en todo autócrata. Un dirigente de este tipo no tolera un revés. En su mente, henchida de megalomanía y mesianismo, considera que cualquier obstáculo es un complot. Por eso las declaraciones de Sánchez ante el sopapo democrático del Tribunal Constitucional han sonado a amenaza. Átense, que vienen curvas autoritarias.

El problema que tenemos con Sánchez es que ha demostrado ser capaz de todo. No tiene palabra ni escrúpulos. No le detiene una institución ni una ley, y mucho menos su propio partido. La oposición hace lo que puede. Presenta recursos y querellas, y hace declaraciones que se suman a su labor parlamentaria. Pero el abanico de posibilidades de un tirano es infinitamente mayor que el de un demócrata.

El autócrata que padecemos cree que las últimas elecciones generales fueron un referéndum para concederle poderes absolutos con los que hacer y deshacer en España. Se imagina el triunfador de un plebiscito infantil entre dos opciones: Sánchez como la luz que ilumina nuestros días, o a la oscuridad, los fachas, el Valle de los Caídos, la cabra de la Legión, en fin, Satanás con toga y escaño. 

Sánchez tiene ahora que cargar contra tres obstáculos: el Poder Judicial, el Tribunal Constitucional y la oposición. Ha metido a los tres en el mismo saco como conspiradores contra la democracia y la soberanía popular, que en su mente han sido ataques contra su persona. Es posible que incluso ahora vea otra conspiración personal en el respaldo de Bruselas a la decisión del TC. 

«Sánchez pidió al Rey que hablara con los miembros del Tribunal Constitucional para que permitieran su ley»

En ese saco también está metido Felipe VI. Sánchez pidió al Rey que hablara con los miembros del Tribunal Constitucional para que permitieran su ley. El jefe del Estado sacó el manual del monarca constitucional, y contestó que no interfiere en estos asuntos. La propuesta era una deslealtad y una irresponsabilidad. De haber accedido, la maniobra habría trascendido y la monarquía estaría destruida. Al negarse el rey, Felipe VI se ha convertido en otro obstáculo para el déspota de Moncloa. 

Todos estos impedimentos tienen una salida muy complicada para Sánchez. En el manual de este César de pacotilla solo caben medidas autoritarias y maquiavélicas, arropadas, como los populistas, en el supuesto apoyo del pueblo. 

Esa referencia constante a la «soberanía popular» y a la «ciudadanía» que se atribuye la mayoría parlamentaria tiene un reverso peligroso para el sanchismo. De ser cierto, de estar la gente deseando una autocracia de Sánchez en el paraíso independentista, no habría ningún problema en consultar a los españoles. Pero me da que no es así. 

A Sánchez no le marida bien el discurso populista con el riesgo de poner urnas. La disolución anticipada y la convocatoria de elecciones generales no le benefician. La suma de los suyos con ERC, Bildu y Podemos no llega a la mayoría absoluta que podrían formar el PP y Vox. 

«El tirano y sus corifeos están demonizando al adversario, que siempre es tildado de golpista y antidemocrático»

Los votantes no totalitarios del PSOE, los que están espantados con Sánchez, se van al PP en masa. Se tapan la nariz ahora para seguir respirando en democracia pasadas las elecciones.

Las urnas no le rentan a Sánchez y él va «a por todas», caiga quien caiga. Por eso ha dicho en una declaración pública que tomará medidas contra la «maniobra espuria» de la derecha política y judicial. Ojo, porque ya nos quitó los derechos con dos decretos de estado de alarma que a la postre resultaron inconstitucionales. 

Su supuesto plan b es una nueva norma para cambiar el nombramiento de magistrados, habilitando enero para que salga adelante. Sánchez tomará la vía más corta y con menos debate. La presentará un grupo parlamentario para evitar los informes de los órganos consultivos, como son el CGPJ, el Consejo de Estado y el Consejo Fiscal, e iniciar su tramitación en lectura única, sin pasar por comisión. 

Pero esto no es lo que ha dicho Sánchez en su comparecencia. Ha soltado con toda claridad que la oposición, el Poder Judicial y el TC han actuado al margen de la democracia. No es la primera vez que lo dice. Es una consigna del nuevo régimen. El tirano y sus corifeos están demonizando al adversario, que siempre es tildado de golpista y antidemocrático. Esto ya lo hemos visto en Venezuela y en otros países gobernados por populistas, y sabemos cómo acaba. 

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D