THE OBJECTIVE
Daniel Capó

¿Quién es el verdadero rey del fútbol?

«Las cifras no lo son todo ni jamás lo serán. Sirven para comparar la longitud y la altura de las mesas, pero no para juzgar la auténtica grandeza humana»

Opinión
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¿Quién es el verdadero rey del fútbol?

Leo Messi, Cristiano Ronaldo y Neymar jr. | Wikimedia Commons

Le consulto a ChatGPT si Leo Messi es el mejor jugador de fútbol de la historia y me contesta que, como en todas las cuestiones subjetivas, la respuesta es opinable. Le pido entonces si la inteligencia artificial cuenta con argumentos sólidos para defender que, en efecto, el rosarino es el mejor de todos los tiempos y me dice que sí. Me escribe lo siguiente:

«A lo largo de su carrera, ha ganado numerosos títulos y premios, incluyendo siete Ligas de Campeones de Europa y diez títulos de liga con el FC Barcelona. Además, ha sido nombrado el Mejor Jugador del Mundo en cinco ocasiones por la FIFA y ha ganado el Balón de Oro cuatro veces».

«Uno de los factores más destacados de Messi es su habilidad técnica y su capacidad para marcar goles. Es conocido por su gran control del balón y su habilidad para driblar a sus oponentes. Ha marcado más de 700 goles a lo largo de su carrera profesional, lo que lo convierte en uno de los goleadores más exitosos de la historia del fútbol».

«Datos son datos», me digo a mí mismo, parafraseando a Vujadin Boškov y su famoso aserto «fútbol es fútbol». Los datos, aunque sean indiscutibles, a veces resultan insuficientes. Dan para lo que dan. Le pido entonces a ChatGPT que me argumente con cifras que Cristiano Ronaldo es mejor que Messi y me proporciona otra respuesta afirmativa. Luego le pregunto si puede demostrarme que Maradona o Pelé han sido los futbolistas más importantes de la historia y también lo hace. No sé por qué no le pedí por Di Stefano o por Puskás o por Cruyff, jugadores a los que nunca he visto jugar. Seguramente me habría contestado con la misma contundencia desinteresada. La objetividad de los datos permite una lectura tan subjetiva como se quiera. No lo digo yo; lo dicen los algoritmos en los que tanto confiamos.

«Excluyendo el ciclismo y el tenis, vivo de la nostalgia deportiva: prefiero Luis Aragonés a Luis Enrique y Laudrup a Neymar»

En los debates sobre fútbol es poco lo que puedo aportar. Debo de ser de los pocos españoles que no han visto jugar un partido completo a Messi, ni tampoco a Cristiano Ronaldo o a cualquier otro. No se trata de un esnobismo, sino de que perdí el interés tras el Barça de Cruyff, que son los años de mi juventud. Tampoco vi jugar al equipo barcelonés cuando su entrenador era Guardiola, a pesar de que muchos aseguran que, en aquellos años, se dio el mejor juego coral que recuerde. Excluyendo el ciclismo y el tenis, vivo de la nostalgia deportiva: prefiero Luis Aragonés a Luis Enrique y Laudrup a Neymar. Podría recitar la alineación del Real Mallorca de los años 80, cuando acudía con mi padre a las gradas del Luis Sitjar, pero ahora sería incapaz de nombrar a dos o tres integrantes de la actual plantilla bermellona. Creo que le sucede a bastante gente. Tal vez, el baloncesto actual sea mucho más competitivo que el de hace unas décadas, pero no cambiaría un partido entre Magic Johnson y Larry Bird (o entre Audie Norris y Fernando Martín) por una final de hoy. Nuestros años formativos introducen un sesgo en cualquier registro objetivo.

Messi será el mejor futbolista de todos los tiempos para mis hijos y para los amigos de mis hijos, y no me cabe duda de que lo es o lo ha sido, Y, sin embargo, para mi padre ese jugador será Pelé, o antes Di Stefano, o incluso Gento o Garrincha. Para mí, Magic Johnson fue superior a Michael Jordan, por más que las estadísticas apunten hacia algo distinto, porque las cifras no lo son todo ni jamás lo serán. Sirven para comparar la longitud y la altura de las mesas, pero no para juzgar la auténtica grandeza humana.

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