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El populista no nace, se hace

«No hay ningún pronóstico que augure un crecimiento socialista en las urnas y, si consigue conservar el poder, será únicamente a costa de prolongar y tal vez perpetuar su alianza con populistas y nacionalistas»

Opinión

El populista no nace, se hace.

En los últimos días hemos asistido alarmados al espectáculo ofrecido por el Partido Republicano en Estados Unidos, incapaz de elegir a un presidente del Congreso por las demandas absurdas de su sector populista de extrema derecha, más interesado en poner en evidencia las debilidades del sistema que en contribuir a su estabilidad. Es la naturaleza del populismo, destruir las instituciones que restringen su voluntad, y son las consecuencias de dar entrada al populismo en los partidos que hasta ahora actuaban precisamente como guardianes del sistema.

El populismo fue invadiendo o sustituyendo a los partidos tradicionales en América Latina hasta acabar alumbrando la plaga de sistemas iliberales que hoy asuelan la región. En Estados Unidos, creímos ver el ocaso populista con el revés sufrido por Donald Trump en las elecciones legislativas del pasado mes de noviembre, pero lo ocurrido estos días en el Congreso nos ha recordado que cuando el populismo infecta a un partido del sistema es muy difícil de erradicar.

En la mayoría de los países europeos afectados por el virus populista -Hungría, Polonia, Italia- su irrupción ha llegado desde la derecha. En España brotó también en algún momento con fuerza en la derecha, y aún está por verse si el populismo ultra que representa Vox no acaba destruyendo al Partido Popular, demasiado establecido en el sistema para el gusto de algunos votantes conservadores.

Ha sido, sin embargo en la izquierda, y particularmente en el Partido Socialista, por donde el populismo ha conseguido colarse hasta el epicentro del sistema democrático español. En las últimas semanas de 2022 vimos algunas muestras del daño que ese populismo puede causar, con aquellos conatos de levantamiento demagógico contra el poder judicial, justificados por el conocido eslogan populista de que ningún poder está por encima de la voluntad del pueblo.

Cuesta identificar al populismo cuando se lo tiene delante. Entre otras razones, porque una de las peculiaridades del populismo es su capacidad de camuflaje: siempre se adapta a lo que la gente quiere ver. Cuesta mucho más para gente de izquierdas, bregada en antiguas batallas por la democracia y la defensa del sistema político que la protege, aceptar que su partido actúa hoy como un partido antisistema. Pero lo cierto es que si un partido populista se define como una fuerza de ideología cambiante, de dirección caudillista y dispuesta a mantener el poder por cualquier medio, el Partido Socialista se le parece hoy bastante.

«El populismo es simplemente un medio para ganar el poder, y puede caer en esa tentación cualquier político sin los escrúpulos suficientes para cruzar ciertos límites»

El populista no nace, se hace. El populismo es simplemente un medio para ganar el poder, y puede caer en esa tentación cualquier político sin los escrúpulos suficientes para cruzar ciertos límites. Sería demasiado bondadoso decir que se puede caer en el populismo casi en contra de la propia voluntad, pero es verdad que ciertas circunstancias políticas pueden empujar por ese precipicio. Donald Trump fue un demócrata con estrechos vínculos con el sistema antes de empezar a hablar en nombre de los desposeídos y los silenciados para ganar por sorpresa las primarias del Partido Republicano. Pedro Sánchez, que nació como moderado y liberal, tuvo que ganarse el liderazgo de su partido contra todo el establecimiento socialista, lo que obligó a presentarse como el candidato antisistema. Sus flojos resultados electorales posteriores le condujeron a una coalición de Gobierno con los amos del circo populista de la extrema izquierda, con los populistas cum laude de nuestro país, quienes, como es natural, acabaron imponiendo su estilo y sus ideas. Su fragilidad parlamentaria le obligaron a extender el pacto con los populistas a los mejores socios universales de este movimiento antidemocrático, los nacionalistas, lo que dejó convertido a aquel viejo Partido Socialista, ya tan desfigurado y disminuido, en un triste cordero en medio de una manada de lobos.

Como el poder cohesiona y nubla la razón, aunque muchos socialistas veían lo que estaba sucediendo, optaron por callar y mirar para otro lado, resignados a que estos son los tiempos que toca vivir y no hay más. Algunos aún confían, como otros confiaron cuando todo esto empezó, en que en algún momento se producirá la quiebra, el Partido Socialista recuperará su autonomía y su ideología, se liberará de las ataduras que ahora impiden su acción progresista y esta etapa se recordará sólo como el precio que hubo que pagar en un momento tormentoso de la historia para contener a la extrema derecha.

Puede que alguna gente en la izquierda siga confundiendo sus deseos con la realidad. El panorama, sin embargo, no ofrece muchas razones para el optimismo. El Partido Socialista está hoy por hoy condenado a gobernar bajo la sombra del populismo, hasta en su política económica, cuyos éxitos son mayormente de orden social. No hay ningún pronóstico que augure un crecimiento socialista en las urnas y, si consigue conservar el poder, será únicamente a costa de prolongar y tal vez perpetuar su alianza con populistas y nacionalistas. Hasta el momento en que no sepamos en qué se diferencian unos y otros.

12 comentarios
  1. Cefelener

    Podemos no son «los populistas cum laude de nuestro país» sino la fuerza populista más importante de España e Hiberoamérica que señala al resto de los populistas el camino y les FACILITA los medios.
    Existen fotos con Pedro Castillo [actualmente en la cárcel por propiciar un golpe de Estado en Perú], pero el hecho de que allí -de momento- hayan fallado no significa nada.
    ¡A ver si se dicen las cosas claras!
    Lo que más me irrita es que se plantee que los del Macho Falta son un problema solo en España.
    De algún sitio sacarán la financiación para que, permanentemente, estén viajando a todos los países con populistas.
    Hagamonos una sola pregunta: ¿Saben lo que cuesta un viaje hasta allí?
    Es cierto que algunas lo hacen a cargo nuestro, pero Monedero o Coletas no.
    ¡Y nosotros mirando tan solo al único fulano que será depurado en su momento!

  2. Bonatti

    » El populismo es simplemente un medio para ganar el poder»
    Y para quedarse en él, cueste lo que cueste. Mire si no a Sánchez.

    Al fin habla usted claro sobre la realidad del PSOE, Sr. Caño, y se agradece. Del PSOE.
    Pero no saque el espantajo del populismo de la extrema derecha ahora. No es el momento, y solo conduce a los tibios defender a ultranza la situación de gobierno actual.
    Olvide por una vez la equidistancia y ponga el foco donde hoy es necesario.
    No soy de Vox ni les votaré, pero hoy por hoy, el peligro no es una latente y futurible «extrema» derecha, sino el populismo del PSOE y Sanchez en el poder, que es presente, real y cuya acción se produce cada día.
    Y para colmo, llegan los refuerzos: ¡Zapatero! El tonto más malvado que ha ocupado el cargo de Primer Ministro de España.
    Nos se equivoque, Sr. Caño: la urgencia hoy es otra: sacar de éste gobierno a un ambicioso sin escrúpulos, así como a los etarras y a los de Podemos que le apoyan. Y dar opción a que el PSOE se regenere.

    Todo experto en marketing político sabe que en muchos casos, se vota a la persona, movido por las emociones, a quien cae más bien (o menos mal). O contra alguien.
    Usted tiene información de primera mano que los ciudadanos no tenemos del Sr. Sanchez: retrátelo cruda y personalmente y con sus hechos.
    Más que nada, porque hoy el PSOE es Sánchez. Y sin desenmascararle y echarle fuera, el PSOE no puede recuperarse.

    Siga ahondando, Sr. Caño y hablando con claridad. El PSOE y España necesitan una pedagogía básica, aunque suene ingenuo.
    Y con una izquierda más centrada, la «extrema» derecha pierde gran parte de su razón de ser.

  3. 23xtc

    hoy 10-1 este con Ana Rosa alabándola por su trayectoria. que fácil. Que difícil es para los que son como el ser honestos con la gente, olvida las grabaciones de Villarejo que llevaron a su cuñao y marido a estar delante de un juez por tener información del que les juzgaría. cosa aparte es ese juez.

    El compradeo que se desprende de esas grabaciones, Villarejo gravaba a todos con los que hablaba. La implicación no penal de Inda en el tema-

    Pero que Caño no señale ni a periodistas que viven de juntarse a dirigentes y partidos para vivir bien. Espero que tampoco sea capaz de si hacerlo con periodistas que lo hagan con VOX.

    Por cierto Caño, a Ana Rosa por lo de su marido y cuñao en EEUU no la hubiera salido gratis como aquí.

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