Se apagaron las luces
«Nunca tanto dinero destinado a erradicar la violencia de género ha hecho tan poco. El Ministerio de Igualdad además de inútil se ha demostrado dañino»
Se apagaron en todas partes menos en Vigo, donde, como todo el mundo sabe, la Navidad dura lo que diga su alcalde. Con la burda excusa de que si a los vigueses no se les ponen bombillas de colores no se animan a comprar, fuera de toda lógica, ahí aún suenan los villancicos. Se apagaron las luces y volvemos a ser oscuros. Seres con distintas tonalidades de grises que hacen penitencia ante una ensalada y un agua con gas, como si lo verde fuera a tener el poder del Fairy en nuestros kilos y las burbujas el de suplir a la aguja del cava y la espuma de la cerveza. Escupiéndonos al tiempo al que realmente pertenecemos, se apagaron las luces y volvemos a lo de siempre: a que la política lo guarree todo y la enfermedad nos ordene las prioridades. La violencia machista se dispara y los virus andan desatados.
Nunca tanto dinero destinado a erradicar un problema ha hecho tan poco. Este Ministerio de Igualdad, con su exaltado furor uterino, además de inútil se ha demostrado dañino. Su incansable dedicación a la chuminada y a la confrontación entre hombres y mujeres, ha avivado el odio y el despilfarro de esos cientos de millones de euros que merecen mejor fin, o, al menos, que los gestionen gente con luces.
«Nunca hay razones lo suficientemente graves para sublevarse a la disciplina de partido»
No se entiende que no dimitan y traspasen el negocio, ni tampoco que los mismos que sacan de debajo de las piedras tiempo para manifestarse por la Sanidad madrileña no encuentren ni un minuto de su tiempo para reclamar mas policías que eviten estas matanzas. Aunque sí se entiende. Nunca hay razones lo suficientemente graves para sublevarse a la disciplina de partido y el pensamiento único del Gobierno.
Violadores con penas rebajadas y mujeres asesinadas en progresión y como nunca antes, merecen mucho más que reuniones. Hiere ver a esta arrogante inepta entrado en el Consejo de Ministros con sus carpetas cuando en ese momento una mujer ha muerto o a un abusador se le ha rebajado su pena de cárcel. Seguramente esta soberbia duerme por la noche, cosa que usted y yo no podríamos en su puesto. Ni las muertas ni los maltratados, ni los violados, le importan.
Solo se le aparecen en sus pesadillas, entre otros: Pablo Motos, Xokas, o la exactriz porno, escritora y activista Amarna Miller, que ha denunciado a Igualdad por meterle en una de sus cazas de brujas, otra más, cuando en una exposición financiada por el Ministerio en un rollo de papel aparecía su nombre. Esos son, entre otros, sus fantasmas dando vueltas en su deshabitada cabeza junto al «hombre blandengue». Mire, el 40% de las mujeres asesinadas en 2022 habían denunciado a sus parejas, igual que la mayoría de asesinadas en estos días que llevamos de enero.
¿Y para qué? Para nada, porque el dinero para protegerlas se gasta en idioteces. Solo dos de la decena de campañas de este ministerio se dedicó a erradicar la violencia de género este año. ¿Sabe cual fue la campaña para esta Navidad? Charo. En ella se nos decía que estas Navidades, no se lo dejemos todo a las mismas. Que aparte de felices también seamos corresponsables. Como lo oye, en fechas marcadas en rojo por estos delitos. Si uno se hace el enarbolado de una bandera que nos pertenece a todos y empeora las cosas, también es el responsable. Pero ella no se va porque es Real y es Auténtica. Y acabo dirigiéndole a Sánchez otro de sus claims: Si no vas a hacer nada para pararlo… ¿entonces quién?