«Esta violencia no parte de la superioridad física de los hombres ni de sus circunstancias personales o de causas propias de cada caso. Lejos de ello, nace del poder que otorga el machismo a los hombres sobre las mujeres»
«Los procesos deben ser profundamente escrupulosos en todo momento y en todos los detalles porque los atajos no sirven necesariamente para beneficiar a los débiles»
«El ojo que todo lo ve, no vio —o vio, pero prefirió seguir grabando— un presumible edredoning no consentido»
«Ortega Smith ha meado fuera del tiesto. El día estaba dedicado a una violencia específica de las que sufren algunas mujeres»
«La resolución del Supremo hace pensar que quizá no sea necesario tanto un cambio de ley como una buena lectura de las leyes que ya tenemos»
Maura, una víctima real, no se victimiza. Rompió esquemas en su momento, y los rompe ahora. Ahora asume en una entrevista en El Mundo que las cosas han cambiado a mejor y que vivimos en uno de los países más libres. Y, como hizo con el revisionismo sobre la Transición, ha renegado de este pseudo feminismo que pretende victimizar a la mujer por el mero hecho de serlo. Ha puesto sentido común entre tanto alarmismo, sentimentalismo y puritanismo. Ella, que sufrió una violación, ha salido en defensa de los hombres con el mismo espíritu conciliador de la Transición.
Estos días hemos vuelto a ver cómo políticos, periódicos y el gobierno se dejaban llevar por el populismo, se han apuntado a las críticas al sistema judicial y penal español a raíz de la concesión de la libertad provisional para los cinco acusados cuya condena aún no es firme.