El bombardeo de Cabra
La Memoria Democrática que nos quieren imponer es el recuerdo de Guernica y el olvido de Cabra
Seguramente la mayoría de ustedes hayan escuchado hablar del bombardeo de Guernica en la Guerra Civil española, pero muy pocos sabrán del bombardeo republicano sobre la ciudad de Cabra (Córdoba), el 7 de noviembre de 1938. Aunque la guerra la ganó el bando nacional, la republica vencería en la propaganda décadas después. Quizá habría sido necesario que Picasso pintara un cuadro sobre el bombardeo de Cabra para que todos ustedes se hubieran enterado.
Si bien es cierto que desde el 1 de noviembre se encontraba en la localidad el Cuartel General de la 34 División, Cabra no era un objetivo militar destacable, no había un contingente de fuerzas considerable ni representaba una plaza estratégica dentro de las operaciones republicanas. Por no hablar de que por aquel entonces estaba en curso la batalla más dura y sangrienta de la guerra, la batalla del Ebro.
A las 7:31 de la mañana del día 7 de noviembre, tres aeronaves de fabricación soviética Katiuska SB-2 procedentes de Fuente Álamo, Murcia, atacaron el municipio. Los pilotos de los aviones, todos ellos españoles, esperaban encontrar un destacamento militar o un campamento de vehículos o armamentos al que dirigir el ataque, pero no encontraron nada de eso. Encontraron tiendas, sí, pero no militares, sino de los vecinos egabrenses que se congregaban en la plaza central de Cabra, donde se realizaba el mercado de abastos.
La aviación republicana, sin confirmar el objetivo a batir, dejó caer una veintena de bombas sobre el centro de la ciudad, especialmente sobre la plaza y el barrio obrero de la villa. El ataque produjo 109 pérdidas humanas y más de 200 heridos. Entre ellos había numerosos niños, como Rafael Castillo Basurte o Antonio Guardeño, ambos de 8 años, o Mercedes Guardeño, con tan sólo 13 meses de vida. Personajes olvidados, que no están representados en ninguna obra de arte, ni se encuentran en la memoria de los españoles.
La historiografía se ha preguntado en muchas ocasiones cuál era la motivación para atacar esta localidad, totalmente intrascendente a nivel estratégico. ¿Es posible que fuera una venganza por Guernica? Lo que está claro es que atacaron el día de mercado en los lugares donde más población civil indefensa había: el objetivo era hacer daño a la población, y lo consiguieron. Las consecuencias del bombardeo fueron recogidas por el Noticiario Documental (NO-DO), nº10. Se recogían imágenes sobre la población afectada y la recogida de los cadáveres.
Como todo acontecimiento ocurrido en una contienda, fue utilizado por ambos bandos de manera propagandística. En el bando sublevado se recogió la noticia como una “inhumana agresión” que la “aviación roja” había pertrechado contra la población civil. En cambio, el ejército republicano dejaba constancia en el parte de guerra de que: “Se batió el objetivo eficazmente observándose las explosiones en el centro del pueblo”. Lo cierto es que en el parte se dice la verdad, pero se omite un detalle esencial: el “objetivo” no era militar, era civil.
Stanley G. Payne nos relata en su obra La revolución española (1936-1939) que, durante la Guerra Civil, unos 8.000 civiles murieron en la zona republicana mientras que en la zona nacional alrededor de 1.000. Pero esta diferencia no se explica por diferencia en el grado de maldad entre ambos bandos, sino por una diferencia de capacidades técnicas y logísticas.