El aborto y otras incoherencias del PP

Hace mucho tiempo, en una galaxia muy lejana, el Partido Popular presentó un recurso de inconstitucionalidad contra la ley del aborto. Era junio de 2010, España aún no era campeona del mundo, nadie sabía quién era Pablo Iglesias y el PP no era partidario del aborto libre durante las primeras 14 semanas de gestación. En noviembre de 2011 Mariano Rajoy ganó las elecciones por mayoría absoluta. En 2014 lo que había cambiado no era la ley, sino el Gobierno: Gallardón salió y la ley de plazos se quedó con una mínima modificación: las menores de 18 años necesitarían el permiso de sus padres para abortar. Eso fue todo. Pero el PP no ha retirado el recurso, que ahí sigue, casi 13 años después, esperando que el Tribunal Constitucional se pronuncie. Cuando preguntaron a Núñez Feijóo por esta cuestión, se refirió a la reforma que estos días se tramita en el Senado y que suprimirá la necesidad de que las menores de 18 años que desean abortar informen a sus padres. Esta parece ser la discrepancia clave; por lo demás, el presidente del PP parece aceptar la ley tal y como está… Pero no retira el recurso. 

Cuando leo que el presidente de Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido, lo llevará al pleno de febrero no puedo evitar pensar una maldad. ¿Imaginan que el Constitucional termina por estimar el recurso? Me dirán que esto resulta imposible con una mayoría de magistrados progresistas. Pero, ¿y si es, precisamente, la mayoría progresista la que sentencia la inconstitucionalidad de la ley? Haría falta algo de sentido del humor y mucha perversidad política, pero sería la forma de herir de muerte al Partido Popular. España se quedaría sin ley del aborto, y como la sentencia de inconstitucionalidad de una ley no revive a su predecesora, nos encontraríamos con un vacío legal inédito. No me dirán que no es una genialidad: España retrocede cuarenta años, ¡por culpa del PP! El PSOE ganaría las generales por mayoría absoluta.

«El PP tiene interpuesto un recurso de inconstitucionalidad, ¡que desea que no prospere!»

Es evidente que el partido menos interesado en que esto suceda es el propio PP. Y este punto retrata su incoherencia: el Partido Popular tiene interpuesto un recurso de inconstitucionalidad, ¡que desea que no prospere! Feijóo insiste en el consentimiento paterno, pero insistir en el recurso por una discrepancia puntual es como volar el edificio por una discrepancia sobre el color de las paredes.  El Partido Popular debe asumir lo evidente y retirar un recurso que ya es una irresponsabilidad.  Después, que proponga las enmiendas que considere necesarias, pero que sea consecuente. Algo parecido podrían exigirle sus votantes respecto a la manifestación en Cibeles: es llamativo que quien denuncia una deriva autoritaria no vea necesario manifestarse contra el Ejecutivo que la lidera. En Cibeles, y en el aborto, brilla el principal problema del PP, que no es de moderación, sino de coherencia.