THE OBJECTIVE
Cristina Casabón

Política para descafeinados

«Algunos españoles no tienen ganas de vivir bien. Es una cuestión de falta de motivación, de actitud o de baja autoestima que se ajusta bien al socialismo»

Opinión
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Política para descafeinados

Dos copas de Espresso Martini.

La cosa va fatal, ayer leía que cuatro de cada 10 jóvenes parados en Europa son españoles. Después, que España es el segundo país con peor natalidad de Europa. Luego que España entra en el 2023 con deuda de alto riesgo y expuesta a una rebaja de rating. Que si los contribuyentes españoles ya realizan un esfuerzo fiscal un 52% superior a la media europea… Y así podemos seguir hasta mañana, pero lo más grave y sintomático es que haya subido el pollo y nadie se queje. Lo comentábamos esta semana en el Foro Abc, que el españolito lo aguanta todo. Yo pedí un cortado y se confundieron de mesa. «El descafeinado es para el político», le dije a la camarera. No sé por qué supe que era para algún político de la sala, que había unos cuantos. Claro que a algunas horas de la mañana se requiere más moderación que a otras y si nos ponemos hasta arriba de cafeína nos exaltamos todos y esto es el motín de Esquilache.

A ciertas horas de la mañana lo de la moderación queda más sutil y se aplica mejor a la buena convivencia, pero alguno estaba entre medio dormido o semidespierto. Lo bueno es que, aunque haga política para descafeinados, Feijóo sabe que hay que meter la carne y el pescado en los productos rebajados de la cesta de la compra y bajar el IRPF. Yo quiero que un político sepa bajar de lo abstracto a lo concreto y luego, cuando hayamos desayunado bien, que es la base de la pirámide de Maslow, ya nos dedicamos a filosofar sobre las virtudes de la moderación, las bondades de la tibieza y las tonalidades del tono. No voy a votar ningún programa abstracto; las medidas concretas, como la bajada de impuestos, son aquellas que marcan la diferencia en el día a día de los ciudadanos

«Los españoles ya no creemos que merezcamos vivir mejor, ese es el legado del socialismo»

Subir el pollo antes traía impopularidad y descontento, lo cual llevaba al motín y la revuelta popular. Al español antes le montaban otra carlistada, otra guerra civil, y va, pero al español que no le tocaran el precio del pollo. Por alguna extraña razón, los españoles ya no creemos que merezcamos vivir mejor, ese es el legado del socialismo. Ahora que lo pienso, creo que algunos españoles no tienen ganas de vivir bien. Es una cuestión de falta de motivación, de actitud o de baja autoestima que se ajusta bien al socialismo. Ahora protestas por la subida de los precios, que ha sido clamorosa, y nadie se da por aludido, porque todos van de moderados. España pasea abrigos de pobreza, ha asumido que es pobre de solemnidad. El abuso de palabra resiliencia, palabra favorita de Pedro Sánchez, implica la «capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos».

Empiezo a pensar que todo esto del debate sobre la moderación no es más que otro invento de la izquierda, no es más que una superestructura que sirve para callar al personal y distraerlo de las cosas importantes, como la presión fiscal que tengo yo encima. Mientras, se normaliza la resiliencia, la angustiosa lucha por sobrevivir hasta final de mes. Menos mal que Feijóo ha dicho en el desayuno que bajará el IRPF, porque ya vamos necesitando políticos que se ocupen de los problemas de la calle y dejen de filosofar sobre las bondades de la moderación. Políticos que estén dispuestos a que la economía funcione bien para que su legado (disculpen por el término criptofranquista) perdure a la hora de reivindicar a España como un país que logró prosperar gracias a ellos. Y además, yo no pienso renunciar a un Espresso Martini, que es el cóctel de moda en las terrazas de Madrid. 

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