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Ucrania después de la guerra

«Difícilmente la viabilidad futura de Ucrania va a resultar factible sin su integración en la Unión Europea»

Opinión

Manifestación contra la guerra de Ucrania en Madrid. | AFP.

  • Gallego practicante pese a residir desde la tierna edad de 5 años en Barcelona, ciudad donde se licenció en Económicas. Ha sido editor de El Correo Financiero además de colaborar en distintas etapas, entre otros medios de comunicación, en COPE, ABC, Es Radio, El Mundo y Libertad Digital.

Las imágenes televisivas de la destrucción material a raíz de la invasión rusa, esa que ahora cumple un año, acaso tengan como efecto involuntario el hacer perder de vista que Ucrania ya era un país económicamente destruido mucho antes de que los tanques del Kremlin cruzasen las fronteras del país. Un profundísimo marasmo de su aparato productivo, representado por estructuras industriales heredadas de la época soviética, pura arqueología tecnológica de las décadas de los sesenta y los setenta del siglo XX, que empujó a la emigración a nada menos que a ocho millones de ucranianos durante los primeros treinta años de existencia del país en tanto que Estado soberano e independiente. Porque Ucrania constituye a estas horas trágicas un país económicamente inviable, pero es que ya era un país económicamente inviable desde tiempo atrás

Algo, esa dimensión crónica de absoluta catástrofe estructural, que ilustra el hecho de que Ucrania constituya uno de los doce países del planeta -solo doce en todo el mundo-  que obtuvieron tasas absolutas de crecimiento negativas durante el cuarto de siglo anterior al año 2017. El inequívoco aspecto europeo de los ucranianos hace muy cuesta arriba el creer que compartan con Yemen, Burundi y la República Democrática del Congo los últimos puestos ranking del desempeño económico global. Pero justo esa era su situación un minuto antes de que sonara el primer disparo en el frente. Porque no estamos hablando de uno de los países más pobres de la muy pobre Europa postsoviética, sino de uno de los países muy pobres del mundo entero. Baste para hacerse una idea aproximada de su situación que el Estado más pobre entre todos los miembros de la Unión Europea es Bulgaria. 

«El día que acabe esa guerra en los frentes, empezará otra en los despachos»

Bien, pues Bulgaria poseía en enero de 2022, antes de que empezara a sonar el estruendo de los cañones rusos en el Donbass, un PIB per cápita tres veces superior al de los ucranianos. En concreto, el PIB per cápita de la pobrísima Bulgaria alcanzaba los 12.300 euros, mientras que el de Ucrania apenas rozaba los 4.400. Insisto, datos de antes de la guerra. Un erial, ese que ilustran las estadísticas macro de Ucrania, llamado a provocar tensiones políticas profundas en el seno de la Unión a partir del instante en que se establezca un alto el fuego permanente, lo que más pronto o más tarde deberá ocurrir. Porque difícilmente la viabilidad futura de Ucrania va a resultar factible sin su integración en la Unión Europea. Pero esa adhesión estaría llamada a materializarse en el peor momento posible para las finanzas europeas; el peor. Y es que el Brexit, la fuga de uno de los grandes contribuyentes netos del club, ha supuesto perder anualmente unos diez mil millones de euros a Bruselas. 

Un quebranto que solo se podía compensar por tres vías. La primera, reduciendo los gastos. La segunda, incrementando las aportaciones al fondo común de los demás Estados. Y la tercera, ampliando las fuentes de financiación propia de la UE. Al final, se optó por un híbrido entre la primera y la tercera. Pero ni así cuadran las cuentas cuando, además, hay que añadir a la columna del dispendio los nuevos costes asociados a la descarbonización y los propios del proyecto Next Generation. Dicho de un modo más rápido y directo: se acabó el dinero generoso para la agricultura, que supone la partida que más sufrirá los recortes inevitables. Y resulta que Ucrania es el país que posee el sector agrícola más voluminoso, tanto en producción como en número de personas ocupadas en él, de toda Europa. Y eso significa que se convertirá, de la noche a la mañana, en el primer receptor, con gran diferencia sobre todos los demás, de las subvenciones agrícolas. He ahí un polvorín político que terminaría estallando en los campos de Francia, España, Italia y Alemania. Y eso sin contar la inmensa factura de la reconstrucción. El día que acabe esa guerra en los frentes, empezará otra en los despachos.

6 comentarios
  1. Casandro

    Eso lo arregla la UE al estilo Sánchez sin despeinarse, Alemania ya ha entrado en recesión, todo es cuestión igualarnos a la baja y así Ucrania podrá entra en la UE en igualdad de condiciones

    Si esta guerra está pensada para destruir Europa lo están consiguiendo pero bien, no creo yo que España quede mejor que Ucrania tras el paso del gobierno del PSOE

    De momento Rusia se ha escapado con éxito, Putin, en su discurso de hace dos o tres años, dijo que no permitiría que el sistema financiero internacional sometiera a Rusia y sacrificara el futuro del Estado, y Europa poniéndole sanciones mientras crecen los BRICS

    Nuestro querido vecino del sur Marruecos, el del Sáhara triplica su importaciones de gas y petróleo ruso y les sale por las orejas hasta el punto para enviarlo por patera-gaseoducto a Europa, el triple, dicen que en Marruecos dan los niños biberones de petróleo ruso hasta que le sale por las orejas y luego los montan en una patera.

  2. Pasmao

    De lo que quede de Ucrania.

    Porque según pasa el tiempo mas territorios se incorporarán a Rusia, Polonia, y hasta Hungría y Eslovaquia…. se encargará Black Rock con el dinero que pongamos los Uropeos.

    Y punto.

    Y Zelenski cobrará su comisión.

  3. MoeSzyslak

    Es poco menos que imposible que Ucrania cumpla con los requisitos para entrar en la UE durante muchos años, y si no, que se lo pregunten a Serbia, Bosnia etc.
    Todos esos países tienen serios problemas de corrupción, falta de división de poderes, respeto a las minorías, etc, que les impiden cumplir con los valores de la UE.
    A no ser, claro, que nos marquemos un Eurovisión, y miremos todos para otro lado. Que también puede ser.

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