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La experiencia chilena

«Boric merece el respaldo de la sociedad chilena y el apoyo de la comunidad internacional, incluido el del Gobierno y los partidos políticos españoles»

Opinión

El presidente chileno, Gabriel Boric. | Manuel Cortina (Europa Press)

Se conoció como «la experiencia chilena» el intento en ese país a comienzos de los años setenta de instaurar un sistema socialista a través de las elecciones y el respeto a la democracia. El proyecto fracasado culminó con un golpe de estado que instauró una dictadura militar y provocó un baño de sangre. Precisamente cuando se cumple medio siglo del asalto al Palacio de la Moneda, Chile está otra vez inmerso en un proceso de reformas dirigido por una nueva coalición de izquierdas que ha abierto expectativas e incertidumbre sobre el resultado final.

El paralelismo es inevitable. Igual que hace 50 años, la izquierda chilena buscó una alternativa pacífica a la vía armada que sus correligionarios habían escogido de forma mayoritaria en la región, también ahora ese país intenta diferenciarse del camino populista y radical por el que otras fuerzas izquierdistas han apostado en América Latina. Es posible, sin embargo, que a eso se limite el parecido entre ambos episodios.

Este nuevo experimento de la izquierda chilena está dirigido por un presidente lúcido y pragmático, Gabriel Boric, que ha sabido entender que, pese a las ambiciones desmedidas del comienzo de su mandato, su obligación es gobernar para el conjunto de un país que hace dos años otorgó más de un 44% de sus votos a un candidato de la extrema derecha.

Boric ha sido capaz hasta ahora de sortear las presiones de una coalición inestable de fuerzas izquierdistas nacida de las manifestaciones violentas de 2019 y 2020 -lo que se conoce en Chile como «El Estallido»- para encauzar su Gobierno hacia una política más realista que genere un mayor consenso e intente abordar de forma más eficaz los problemas económicos y sociales de ese país.

«Boric entendió el claro rechazo a esas propuestas como una evidente reclamación de prudencia por parte de los ciudadanos y comenzó a actuar en consecuencia»

La señal de alarma sobre el peligroso rumbo que el Gobierno había tomado en un comienzo fue el contundente rechazo -un 62% de los chilenos- del proyecto de Constitución que, con los auspicios y la redacción de la amalgama izquierdista en el poder, fue presentado en 2022 a la población.

Esa Constitución recogía el espíritu revolucionario del Estallido e incluía aspiraciones maximalistas como la denominación del país como una república paritaria y ecológica, la adopción de la plurinacionalidad como reconocimiento de los pueblos indígenas, la creación de un nuevo sistema judicial sobre la base de diferente tratamiento legal en función de las condiciones étnicas, la reconstrucción del sistema político bicameral y la rectificación del modelo económico con la imposición de derechos sociales preceptivos.

Boric entendió el claro rechazo a esas propuestas como una evidente reclamación de prudencia por parte de los ciudadanos y comenzó a actuar en consecuencia. Puso en marcha un nuevo proceso constitucional de forma pluralista y objetivos sensatos. Remodeló su Gobierno para reforzar la línea moderada. Incorporó a políticos veteranos y bien formados a un Gabinete que dejó de ser propiedad de los millennials para superar la edad promedio de 52 años. Dio máxima autoridad entre sus colaboradores al ministro de Hacienda, Mario Marcel, un socialdemócrata tradicional que da tranquilidad a las empresas y garantiza ponderación en la toma de decisiones. Otros socialdemócratas se incorporaron a los puestos claves del Gabinete.

No se puede desestimar aún el riesgo de una marcha atrás impuesto por los elementos más radicales de la coalición, de la que forma parte el Partido Comunista. A los ojos de muchos chilenos, Boric, de 37 años, sigue siendo un adolescente caprichoso que disfruta exhibiendo sus tatuajes, desdeñando la corbata y desplazándose en bicicleta a La Moneda. Pero, incluso quienes critican su acción de gobierno, elogian su talante y le desean suerte en lo que le resta de mandato.

De alguna manera, Boric ya ha conseguido que esta nueva experiencia de la izquierda chilena no resulte traumática ni condene al país a la división y el enfrentamiento. Sólo por eso ya merece el éxito final de su gestión, que serviría para demostrar a otros políticos de izquierda en América Latina y a sus patrocinadores iniciales en España que sólo desde la moderación y el consenso se pueden obtener resultados beneficiosos para el conjunto de la nación.

Merece Boric el respaldo de la sociedad chilena y las fuerzas económicas del país, así como el apoyo de la comunidad internacional, incluido el del Gobierno y los partidos políticos españoles, que tienen en Chile una gran oportunidad de recuperar la influencia y el protagonismo que se reclaman en la región. Ojalá que ese apoyo sirva para sustituir el pernicioso influjo que hasta ahora ha ejercido Podemos sobre la nueva izquierda chilena. 

Boric merece el éxito, finalmente, como contención de las alternativas de derechas que se van perfilando, casi todas ellas con aroma populista y extremista. Un obstáculo imprevisto y gigantesco para lograrlo es el alarmante incremento de la criminalidad, combinado con el desordenado aumento de la inmigración irregular. Si el Gobierno se deja llevar por la vieja retórica izquierdista sobre la represión policial y no es capaz de trasladar al campo de la seguridad ciudadana el pragmatismo que ha demostrado en otros ámbitos, todas las ilusiones que Boric despertó se desvanecerán pronto entre furiosas exigencias de orden.

11 comentarios
  1. Dersu

    Del Coro al Caño y del Caño al Coro
    «un presidente lúcido y pragmático, Gabriel Boric»
    «Boric merece el éxito, finalmente, como contención de las alternativas de derechas que se van perfilando, casi todas ellas con aroma populista y extremista»

    Boric era (supongo que lo seguirá siendo) un fanático comunista de libro, admirador de la mas larga dictadura contra el pueblo de toda Hispanoamérica, la cubana y de otra del mismo corte.
    Eso de lucido y pragmático, bueno, es mas bien una intención de que parezca lo que no es al menos de momento
    Eso de que merece el éxito ……..
    Mire Ud. yo soy mas bien liberal, pero estoy hasta el kimono de los hipogrates (progres hipócritas) que hablan desde el septimo piso (cielo) como si ser de izquierdas fuera mejor que ser de derechas o de centro o mediopensionista, pero bueno Uds que se han creado que somos como muchos de sus votantes, tontos del to.
    Venga hombre ya le vale, me miro al espejo y les veo a la altura de mi tobillo ( de puntillas-bueno muchos de puntillas-)
    Venga ya rojetes a tomar el pelo al Indecente Presidente

  2. Casandro

    Lo aue es terrible es que los medios y periodistas esten mas ideologizados y menos informados que los lectores.

    Boric intentó hacer en Chile por medio de la reforma constitucional lo mismo que Chavez o Sánchez jan hecho por medio de leyes habilitantes, dar un golpe de estado totalitario según las nuevas constituciones 20-30 posteriores a una revolución de colores provocada por los mismos que quieren imponer la constitucion «transhumanista». Los chilenos dijeron que no y ahora el Boric quiere metérsela doblada al estilo Pedro Sanchez.

    Por cierto que alguien le diga al presidente español de mi parte que cuando «marzo mayea, mayo marcea» con o sin cambio climático, y que se si se fumiga para que no llueva, se rocía de acelerante un bosque que no se ha limoiado y se le prende fuego, lo normal es que arda, pero que nada tienen que ver con el cambio climático de los pedos de los dinosaurios.

    Eh, Caño, cuando marzo mayea, mayo marcea.

  3. Irrisormundi

    Caño, que es un cañazo, nos quiere vender al ultra de Boric, un tipejo que se declara comunista y que dice admirar a un genocida como Castro, como un politico decente y hasta moderado. Es alucinante. Que le pregunten a los chilenos en general. Boric ha rectificado algunas barbaridades iniciales por interés electoral y porque se desplomaba en las encuestas. Boric está rodeado de fanáticos facharrojos que tienen como modelo Venezuela, Nicaragua, Cuba, y él mismo se declaraba hasta la semana pasada como admirador del modelo neocomunista cubano. A lo mejor ya ha renegado de la dictadura cubana y Caño, que es un cañazo, se ha enterado antes que yo, que tengo familia en Chile

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