Arcadi Espada o la importancia de no llamarse Arcadio
«Contra el mal periodismo, con su extensa obra publicada, un corpus que debiera ser canon y bibliografía obligados en cualquier facultad…»
Arcadi Espada es un pájaro raro, en el doble sentido. Es un escritor y periodista –pleonasmo en su caso– que no rehúye ninguna batalla cultural, incluso las que le podrían perjudicar. Pero es la víctima de un mayúsculo malentendido. Conocido por el gran público (esa entidad nebulosa que no lee y sólo mira, como en un peep) a causa de una serie de frívolas y absurdas polémicas, ajenas a su voluntad, que van saltando de tele en tele y de radio en Internet -ese cajón desastre-, lleva décadas de denodado servicio público (d)escribiendo con disciplina prusiana y estilo inimitable los vicios públicos (los privados los ejerce con discreción) del periodismo mainstream y la democracia fláccida, señaladamente españoles, y diseccionándolos con método; con su método: uno a uno, sin contemplaciones ni sentimentalismos, hincando su pluma hasta el tuétano del vicioso animalito de estudio, sin miedo a las consecuencias ni esperando recompensa alguna. Indómito samurái por cuenta propia con sus particulares virtudes guerreras.
Siempre en posición de combate. Contra el mal periodismo, con su extensa obra publicada, en forma de libro o de colaboraciones en prensa, un corpus que debiera ser canon y bibliografía obligados en cualquier facultad (no sólo de periodismo). Contra la mala democracia española, como fundador y alma mater de Ciudadanos, el proyecto político racionalista que a punto estuvo de revolucionar la gobernabilidad en Cataluña y en toda España. Contra las mentiras de la biempensancia, con un pensamiento recto y lateral al mismo tiempo. No se pierdan el podcast semanal más original, con la periodista Yaiza Santos, (¡y gratis!). Y por algo es el único bloguero de pago en España (y con el mejor foro).
Et in Arcadio ego. Estos días es y será noticia por la publicación de Vida de Arcadio, una obra de máxima peligrosidad personal, pues a la manera de los ensayos de Montaigne, él mismo es la materia del libro, sin que por ello deje de aplicarle su método. Y no se llame a engaño, ¡hipócrita lector! por las citas escandalosas en la prensa, ni por los posados pintureros de sus entrevistas. Tal vez descubrirá que, en alguna medida, todos fuimos arcadios. ¡Hasta él mismo!
«Contra el mal periodismo, con su extensa obra publicada, en forma de libro o de colaboraciones en prensa, un corpus que debiera ser canon y bibliografía obligados en cualquier facultad (no sólo de periodismo)»
Coda1: Javier Lambán. Una de cal y otra de cal viva. Hasta el presidente aragonés, uno de los pocos dirigentes socialistas liberto del sanchismo («a España le habría ido mejor con Javier Fernández», «las primarias son un invento maligno donde los haya») y uno de los pocos políticos que algo sabe de buena literatura (lo demostró en la entrega del premio de las Letras Aragonesas 2022, concedido a Félix Teira), se ha visto en la obligación de compensar su «los aragoneses pensamos, conmigo a la cabeza, que con los herederos de la banda terrorista no hay que tener ninguna relación» con un «pero pensamos que es abyecta, miserable, obscena e inmoral la utilización que el PP hace del terrorismo y de las víctimas de ETA». Estamos lambando por saber en una semana exacta qué han pensado finalmente los aragoneses.
Coda 2: Cayetana Álvarez de Toledo. Voluntad de servir. La diputada popular ha anunciado en las redes que le han practicado una tumorectomía, tras detectarle indicios de cáncer en un pecho, para alertar sobre la importancia de un diagnóstico precoz para la población en edad de riesgo.
Coda 3: Barça campeón, Madrid eliminado. La Liga obtenida por Xavi, a lo rácano y jugando igual de mal que los demás, ha sabido a menos entre los culés que la eliminación europea del Real Madrid por Guardiola. Es lo que tiene ser acomplejado.
Cuestionario maldito a Arcadi Espada:
¿Es Ciudadanos la obra de su vida? – Más bien lo contrario.
¿Qué le dijo a Rivera antes de que se estrellase? – Coge el teléfono, imbécil.
¿Por qué aceptó ir adonde Risto Mejide? – Me conmovió que alguien pudiera llamarse así.
¿Por qué lo odian los indepes? – Porque saben que vivo de ellos.
¿Qué les diría a los que le llaman eugenesista? –Que si lo fuera, no existirían.
¿Se sintió decepcionado por Marchena? – Fue, en efecto, una bonita ensoñación.
¿Por qué dice que le cae bien Puigdemont? – Le va la vida, le va el amor.
¿A Junqueras lo ha mirado un tuerto? – El espejo (y que dios me perdone).
¿Se arrepiente de lo de la polla de Rufián? – Como Bergoglio del puñetazo a Charlie Hebdo.
¿Aprendió de verdad catalán para ligar más? – Yes.
¿Por qué admira a Francia? – Porque tiene sustancia.
¿Por qué se mete tanto con las lenguas minoritarias? – Per carità.
¿Qué le dice la gente por la calle? –Torero, sobre todo.
¿Por qué le interesa tanto la gastronomía? –El ser humano empezó a serlo cuando decidió vivir para comer.
¿Escribe únicamente por dinero? –Esta vez le sale a usted gratis, mozalbete.
¿Qué hace con las amenazas que recibe? –Se las mando a mi abogado Melero.
¿Y la Policía autonómica les hace caso? –¿Qué coño es la Policía autonómica?
¿Por qué desprecia tanto la literatura? – Porque ya tengo suficiente con la prensa.
¿Por qué salió de El País? –Me equivoqué de país.
¿Por qué es del Real Madrid? –Lava más limpio.
¿Odia al Barça? – No puedo con esa combinación de colores.
¿Ernest Maragall? –¿Ernest qué?
¿Votaría a Colau para que no fuese alcaldesa? – Lo que me diga Manuel Valls.
¿Anna Grau? –No habrá mejor alcalde y capaz de desokupar.
¿Qué le diría a una feminista en un callejón de noche? – Si va armada.
¿Qué diferencia un etarra de un yihadista? –Su peluquero.
¿Se tiñe el pelo? – De rubio, pero no hay manera.
¿Leonardo o Miguel Ángel? – Giovannini.
¿Qué libro recomendaría? –El que habla de él.