THE OBJECTIVE
Fernando Savater

Euskotour

«Los vascos españoles que amamos el ciclismo tenemos que conformarnos con nuestra exclusión del acontecimiento y fingir que todo nos parece bien…»

Opinión
21 comentarios
Euskotour

Presentación de los equipos del Tour de Francia desde Bilbao | Europa Press

Para no haber aprendido nunca a montar en bicicleta, creo haber sido un sincero aficionado al ciclismo. En mi infancia y adolescencia seguía las grandes pruebas por etapas con auténtica pasión, primero por la radio y la prensa, luego por la tele (invento en su día revolucionario del que habrán oido ustedes hablar), en vivo si podía cuando el pelotón pasaba por San Sebastián. Jugábamos a repetir las grandes pruebas con pequeños ciclistas de plástico por rutas trazadas en la arena de la Concha y hacíamos álbumes de cromos cada año con el retrato de los mejores. Como soy viejo, he visto de cerca a leyendas de las que ustedes apenas habrán oído hablar: por empezar por el mayor de todos, vi a Fausto Coppi – il campionissimo!- en una etapa por equipos de la Vuelta, pedaleando por Amara. Y a casi todos los más grandes: Louison Bobet, Geminiani, Gastone Nencini… Charly Gaul en la montaña y aquellos sprints insuperables entre Van Stembergen, Van Looy, Andre Darrigade (el mas bello del pelotón) y los españoles Miguel Poblet y Vicente Iturat. Luego vinieron Jacques Anquetil y Poulidor, el incomparable Federico Martín Bahamontes y su rivalidad con Jesús Loroño, el monstruo Eddy Mercx, Luis Ocaña, Gimondi, Bernard Hinault y por ahí todo seguido hasta Miguel Induráin. ¡Induráin! Los cinco veranos que ganó el Tour los cuento entre los más dichosos de mi vida. Después, poco a poco, me jubilé ya como aficionado. No voy a ver nunca nada mejor.

«La España democrática actual ha reconocido a los ciudadanos vascos autonomía y privilegios mejores de los que nunca gozó»

Lo cuento para que comprueben que es cierto que en el País Vasco  siempre hubo una gran afición al ciclismo. Si hace setenta años un niño que ni siquiera sabía montar en bici desarrolló tanta admiración por los gigantes de la ruta, seguro que había algo realmente apasionado en el ambiente. Y sigue el viejo entusiasmo, como se ha demostrado hace pocos días, cuando el Tour empezó en Vizcaya y siguió por Guipúzcoa. ¡Pasión popular!  Los aficionados en las calles, las ciudades decoradas con motivos ad hoc, the bici country, y banderas, muchas banderas… Siempre ikurriñas, claro.

Perdonen una queja quizá inoportuna, seguro que poco popular. ¿No podía haber habido también alguna bandera española? No digo muchas, claro, no quiero pasarme, sólo una por cada diez ikurriñas, qué digo diez, por cada veinte o treinta ilkurriñas… Pero nada de nada. Se trataba de aprovechar el tirón internacional del evento, las cámaras de toda Europa y medio mundo más contando que el País Vasco existe y es eso, vasco. Vasco y nada más. Pero ninguna alusión a España, el Estado del que ese País Vasco forma parte y en cuya pertenencia se reconocen cientos de miles de vizcaínos, guipuzcoanos y alaveses. Naturalmente, como es costumbre, los vascos españoles -seguramente la mayoría- no vamos a protestar ni a estropear la fiesta a nadie. Que yo sepa, sólo una donostiarra escribió una carta al Diario Vasco diciendo que ella y muchos otros no se sentían representados por esa abrumadora exhibición de nacionalismo excluyente. Los demás disimulamos nuestra marginación, porque ya estamos acostumbrados. ¡Ah, como comprendo a los homosexuales y lesbianas que durante tantos años se han resignado a ser invisibles o despreciados! Sin duda ahora se están desquitando…

Durante la dictadura franquista hubo una exagerada imposición autoritaria de una España poco simpática. Pero ya hace mucho que eso acabó y la España democrática actual ha reconocido a los ciudadanos vascos autonomía y privilegios mejores de los que nunca gozó. Bienvenidos sean, aunque… ¿no es ya hora de que se tribute un reconocimiento a los españoles demócratas por parte de una Euskadi que es democrática gracias a ellos? Pues nada, ni una concesión: toda referencia a España cancelada, ninguna autoridad estatal invitada al evento (ni el Rey ni el ministro de Cultura, por ir de lo sublime a lo ridículo), propaganda separatista de Gure Esko repartida como parte de los festejos («Euskadi es un pequeño país situado entre España y Francia, etc…»).

Los vascos españoles que amamos el ciclismo tenemos que conformarnos con nuestra exclusión del acontecimiento y fingir que todo nos parece bien…Ya lo tenemos asumido. La Vuelta a España, la prueba por etapas mas importante de nuestro país, que cuenta en su palmarés con tantos ganadores vascos, desde Jesús Loroño a Abraham Olano, pasando por Gabica, Marino Lejarreta y otros, que en mi infancia constituía uno de los acontecimientos del año cuando pasaba por mi Donosti, dejó de cruzar el País Vasco durante treinta y tres años, ¡33!, desde que en 1978 -cuando el resto de España recuperaba sus libertades- ETA y sus cómplices separatistas (no me hagan señalar) decidieron que nada que se presentase como español debía suscitar interés o entusiasmo en Euskadi. Hicieron una serie de atentados menores pero peligrosos al pelotón y the bici country, la mejor afición ciclista del mundo, renunció sin rechistar a la Vuelta hasta que nuestros amos decidieron por razones estratégicas que sólo ellos conocen devolvérnosla… siempre que nos portásemos bien.

Hace pocos días, a comienzos de esta campaña electoral, EH Bildu sacó un vídeo en el que en ese tono jocoso que suelen utilizar, porque son verdaderos humoristas, llamaban «fascistas» al PP, a Vox… ¡y al PNV! Hasta ahí podíamos llegar. Incluso Otegi, inteligente hombre de paz donde los haya, sabedor de que uno puede meterse con el Estado español cuanto quiera pero que con el PNV más vale no jugar demasiado fuerte, pidió excusas diciendo que «el PNV no es un partido fascista». Dolidos, los jeltzales protestaron: el cabeza de lista Aitor Esteban dijo que acusar al PNV de fascismo es un insulto al pueblo vasco, a las generaciones de vascas y vascos que se han identificado con un partido que «siempre, en todo memento histórico, ha estado en la defensa de los derechos humanos, la libertad y la democracia». Faltaría mas.. Por eso durante tanto tiempo ETA asesinaba a gente del PP, no del PNV, y hoy los mítines que no pueden celebrarse en the bici country son los de Vox, no los del PNV. EH Bildu puede llamar fascistas a dos partidos tan vascos como el PNV pero sus votantes no tienen derecho a sentirse ofendidos. Lo mismo que no tuvimos derecho a conservar nuestra Vuelta a España y hoy tenemos que aguantarnos con un recibimiento al Tour del que los vascos españoles estamos excluidos, como de tantas otras cosas. Así es el ciclismo, ya se sabe…

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D