Un crecimiento económico prácticamente nulo
«La realidad es que España no ha crecido en actividad económica y figura, junto con Alemania, en los últimos lugares de crecimiento del área euro»
El Gobierno en funciones ha sacado pecho en varias ocasiones sobre nuestro crecimiento económico. Sus declaraciones siempre señalan que nuestro país es el que mayor crecimiento ha tenido en la zona euro. Avalan el dato, y lo exhibe, de esta afirmación con el PIB nominal registrado, ciertamente a la cabeza de los países de nuestro área. Sin embargo, como casi siempre, nuestro Gobierno lanza una añagaza sobre nuestra actividad.
El PIB nominal es aquel que se calcula con los precios que se registran en el momento del cálculo del mismo, sin embargo si deflactamos esta ratio (se detrae del mismo el movimiento de precios o inflación) tenemos el dato del PIB real. Esta última ratio a la hora comparar países es mucho mejor estadístico que el nominal al anular el efecto de la variación de precios en la comparativa.
La auténtica realidad es que nuestro país no ha crecido en actividad económica, puesto que el PIB real, desde 2019, es prácticamente nulo y figura, con Alemania, en los últimos lugares de crecimiento del área euro. Estos datos son recogidos por Eurostat, la Oficina Estadística de la Unión Europea, organismo oficial e independiente del cualquier organismo nacional.
¿Cómo es posible que figuremos con un PIB nominal muy alto y un PIB real tan bajo? La respuesta es sencilla, el crecimiento de precios de nuestro país está a la cabeza de los del área euro, siendo prácticamente nulo el avance en la producción de bienes y servicios al anular la inflación del país (deflactor del PIB).
España ha contado durante este periodo con tres grandes aliados o motores de crecimiento: el sector exterior, el ahorro nacional y el ahorro de los europeos. En cuanto al sector exterior nuestras empresas han crecido considerablemente en la venta de nuestra producción al exterior, compensando además el enorme encarecimiento del coste de importar en su totalidad petróleo y gas, importe que se ha ido suavizando por la caída del precio de estas materias primas. Felicito a nuestras empresas por este logro, las auténticas que han contribuido a este impulso.
«En el futuro los españoles vamos a pagar con intereses la política de un desmedido e ineficaz gasto público»
La actividad económica también ha estado acelerada por el enorme gasto público realizado por nuestro gobierno. La enorme emisión de deuda pública ha regado con miles de millones de euros nuestra economía. Ahora bien en el futuro esta deuda hay que pagarla con los ingresos de las familias y las empresas españolas, donde además su refinanciación va ser más costosa por la elevación de tipos de interés. Por tanto, en el futuro los españoles vamos a ver como, por un mayor aporte a las arcas públicas por impuestos o bien por recortes en los servicios públicos ambos, vamos a pagar con intereses la política de un desmedido e ineficaz gasto público. Un despilfarro que nos retrae en el recuerdo a la época del Sr. Zapatero.
El tercer motor es la llegada de ahorro de los países europeos vía ayudas y Fondos Next Generation. Parte de los mismos llegan a fondo perdido por lo que el resto de Estados nos pagan una cuantiosa cuantía de nuestro supuesto crecimiento, otra parte deberá ser devuelto por los españoles. ¿De dónde va a salir este dinero, adivinen? Sí, efectivamente de nuestros bolsillos y de las tesorerías de nuestras empresas y autónomos, muy dañados además si detraemos la inflación de estas rentas, renta disponible. Por tanto la situación es muy diferente a la que el equipo del Sr. Pedro Sánchez quiere apuntarse como un éxito.
La situación es mucho más preocupante si nos fijamos en el futuro, como he manifestado anteriormente, en adelante ciudadano y empresas españolas tendremos que ajustarnos el cinturón para rebajar nuestra enorme deuda contraída, algo que lastrará el crecimiento real de nuestra actividad, salvo que la producción se incremente o no se deflacten determinados impuestos como el IRPF.
Por cierto, si nos fijamos en el PIB real per cápita, es decir, el poder adquisitivo de cada ciudadano, el dato sigue siendo preocupante. España ha aumentado negativamente la diferencia de esta ratio con el resto de los países europeos. En román paladino, los españoles somos más pobres que nuestro vecinos europeos, nuestro poder adquisitivo se retrotrae frente al de nuestros vecinos europeos.
Por favor qué alguien me diga dónde está el milagro económico español, en ningún sitio. Son un desastre, sin paliativo alguno, las líneas económicas llevadas a cabo por este Gobierno de coalición. Se centran en datos aislados, sin hacer un conveniente análisis completo de la realidad de este país. De forma torticera retuercen los datos, buscan solo ratios puntuales con los que, no solo maquillar su odiosa gestión, sino además presentarla como un éxito.