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¿Es la cultura lo que preocupa al Mundo de la Cultura?

«Me pregunto si consideran que la cultura, toda y la de todos, es importante o si, en realidad, lo que les gusta es el olor a subvención por la mañana»

Opinión

Yolanda Díaz y Pedro Almodóvar. | Europa Press

El mundo de la cultura pide el voto para la izquierda, para el progreso. Por cosas justísimas y que, parece ser, están en peligro. Como poder llevar sombrero, beber agua o ser tú mismo. Porque la cultura, toda, ve con «preocupación y zozobra» la posibilidad de que los ciudadanos de este país democrático ejerzan libremente su derecho al voto. No vayan a votar mal. Votar cositas nazis, como que te quiten el sombrero de un manotazo, arrancarte el vaso de agua de las manos o, no sé, obligarte a ser Charles Bronson o Bertín Osborne. El mundo de la cultura, todos sus integrantes al completo (actores, cantantes, jubilados, administrativas, encargadas de clubs de lectura, gente de bien en definitiva), están muy preocupados por la cultura.

A mí también me preocupa la cultura. Sin tener muy claro quién integra el mundo de la cultura y quién no, porque si me atengo a los titulares, el mundo de la cultura son Rozalén, Pepe Viyuela, Carlos Bardem o Juan Diego Botto; pero no Fernando Savater, Francesc de Carreras, Andrés Trapiello o Félix de Azúa. Pero me preocupa la cultura, digo. Y, porque me preocupa la cultura, no puedo votar al PSOE. Porque el ministro Miquel Iceta ha puesto el presupuesto de esta cartera al servicio de las servidumbres debidas por apoyos. Y eso poco tiene de cultura y de estar a proteger y apoyar a la cultura. Lo explicaba mi compañero Jaime G. Mora en las páginas de Abc hace unas semanas: hasta 66,9 millones de euros de su partida presupuestaria se destinaban, enmienda mediante, a contentar a los nacionalistas y regionalistas. Que aquí nada es gratis, señora.

«La cultura a Sánchez, con el beneplácito de Iceta, le ha importado una higa»

Tras las torpísimas declaraciones de Feijóo poniendo en duda la continuidad del Ministerio de Cultura, a Iceta le faltaba tiempo para gritar que «viene el lobo». Y a Losdelacultura para recoger el guante y grabar un vídeo apocalíptico. «Cuando gobiernan los socialistas hay ministerio y se aumenta el presupuesto», se le llenaba la boca al ministro. Se le olvidaba decir, eso sí, que el presupuesto se aumenta, si se aumenta, pero luego se desvía.  O sea, que en la práctica es como si no. Si usted, señora, deja de crear el Centro Nacional de Difusión de la Danza, por poner un ejemplo, y en su lugar financia proyectos en Cataluña y País Vasco que poco tienen que ver con los fines de su ministerio, pues lo mismo da que aumente el presupuesto que que no lo haga. Si se dan de baja partidas destinadas a esos fines para luego destinarlas  a otros que poco tenían que ver con estos, pero que contentan a aquellos que con su apoyo han asegurado el poder de su gobierno, la cultura en realidad le importa poco.

Resumo: la cultura a Sánchez, con el beneplácito de Iceta, le ha importado una higa. Me gustaría saber, desde aquí lo pregunto, si a Losdelacultura esto les parece grave o lo ven bien, si en realidad lo que les preocupa es otra cosa. Si consideran que la cultura, toda y la de todos, es importante y no es moneda de cambio o si, en realidad, lo que les gusta es el olor a subvención por la mañana. Me gustaría saber, lo pregunto en serio y ya de paso, si de verdad están comprometidos con la defensa de la democracia y de los derechos fundamentales.

Porque es cierto que el artículo 27 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos contempla que, cito literal, «toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten» en su punto uno. Pero también lo es que el 21 en su punto 3 protege la voluntad del pueblo como base de la autoridad del poder público. «Esta voluntad», dice, «se expresará mediante elecciones auténticas que habrán de celebrarse periódicamente, por sufragio universal e igual y por voto secreto u otro procedimiento equivalente que garantice la libertad del voto». La libertad de voto, dice. Espero que el día 24, sea cual sea el resultado, respeten esa voluntad del pueblo. Losdelacultura

4 comentarios
  1. danif

    El cine y la cultura tienen un compromiso moral con los ciudadanos, ya que reciben de los presupuestos un dinero que falta en funciones esenciales como la educación y la sanidad. La falta de crítica a los políticos facilitó la enorme extensión de la incompetencia y la corrupción , convirtiéndose en cómplices de las mismas ¿ Cuántas películas pasarían el listón del compromiso con el interés general? ¿ Cuánto dinero de los presupuestos se llevaron las que no pasaron el listón? ¿ Por qué a la vista de que tienen mas utilidad partidista o privada que social ( han perdido el interés de la gran mayoría de contribuyentes), los políticos que se benefician de ello no se hacen cargo del coste de las subvenciones y dediquen el tramo actual a financiar la sanidad pública?

  2. Pepecola

    Para el culto, para el culto… donen su óbolo en efectivo (se admiten tarjetas VISA confirmadas con contactless y pagos por móvil) para el culto… pregonaba el monaguillo mientras tocaba la campanilla como quien le toca las maracas a los fieles agitando el platillo de las donaciones exentas de impuestos….
    Después se descubrió que ‘el culto’ era el sacristán, que además de ser pareja sentimental del cura párroco titular y de vaciarles el cepillo a las ánimas benditas del purgatorio con pasmosa regularidad semanal, también sabía hablar en castellano español de España, en catalán vernáculo y además sabía contar chistes en latín.

  3. Pepecola

    En cuanto oigo hablar de Cultura con mayúsculas, y sobre todo si se produce en lengua vernácula, desenfundo el talonario de cheques y le arreo una subvención de 20.000 machacantes del ala al culto que lo dejo plantado en maceta de barro de terraza, y lo avío para los restos.
    ¡Viva la contracultura años 60-70!
    El único sombrero que podría llevar el funcionario del partido Sr. Iceta que solo dispone de un titulillo de bachiller y gracias que no ha estudiado nada ni ha hincado los codos por esa cultura que no se disfruta por ósmosis o mientras huno se echa una siesta de pijama y orinal, es un sombrero de ala ancha de esos que llevaban los sargentos chusqueros revolucionarios del general Zapata, o una gorrilla como la de Pablo Neruda, que era muy culto y un pelota de primera con los tiranos comunistas más sanguinarios. En lo peor de la república usar sombrero era un estigma que te podía llevar a la tumba en cualquier esquina si te encontrabas con un tío más culto aun, amén de estalinista de los de fusilar primero y preguntar después.
    ¿Es usted culto don Miquel…? Si, por la gracia de Sánchez.

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