Sánchez y su 'metainvestidura'
«Sánchez tiene una mayoría de gobierno que no existe. Está viviendo todo un compendio de realidad virtual y sobre todo de realidad aumentada y manipulada»
Ninguno de los que al final no va a apoyar la investidura de Pedro Sánchez puede dar el paso adelante de decir hoy que no va a votarle. Se perdería saber hasta dónde es capaz de llegar Pedro a la hora de mentir y prometer entregar lo que sea —soberanía, dinero, leyes…— para poder mantener su poder y su ego intactos. Ninguno de los que al final no van a apoyarle puede decir que no lo hará, porque le sería muy difícil aguantar la presión de todos los aparatos apremiando y machacando.
Por Pedro Sánchez las PRISAS y las TVES, junto a todos los aplaudidores oficiales, dejarían las vacaciones para presionar e insistir al disidente de que el sanchismo debe seguir en La Moncloa, sea como sea, para mantener su privilegiada posición.
Pedro Sánchez debe superar el trauma de la derrota. Porque, a pesar de lo que aparenta, perdió las elecciones y tras ellas sigue siendo el máximo exponente del sanchismo, eso que él mismo definió como mentiras, maldad y manipulación. Y se comporta como lo que ha sido, lo que es y lo que será. Mentiroso y manipulador, actúa como si él fuera el ganador. Eso que no es. Como buen rojo intenta ganar con trampas y manipulación lo que en la realidad ha perdido. Nada nuevo. Perdieron la guerra civil y se inventaron la memoria histórica. Ha perdido las elecciones e intenta condicionar al Rey para que le encargue formar gobierno a él y no al legítimo ganador de las elecciones.
Sánchez, en su cabeza llena de ilusiones y falsedades, tiene una mayoría de gobierno que no existe. Está viviendo su metainvestidura, todo un compendio de realidad virtual y sobre todo de realidad aumentada y manipulada. Cuenta votos que nadie le ha dado. Encantado, lanza un vídeo que demuestra que sigue siendo el mismo enajenado, manipulador y mentiroso que visitó el estudio de El hormiguero o el violento, lleno de ira, del debate cara a cara. Él es como es y vive su meta investidura mientras la realidad es otra. Miente, miente y no para de mentir.
«Junts sabe que si rompe con Sánchez —y Esquerra no lo hace— todo el independentismo será suyo»
Pedro Sánchez y sus palmeros hablan de la próxima legislatura y de cómo van a mantener sus políticas cuando no van a poder hacerlo. No tienen los acuerdos, ni tienen los votos. Y como si se tratara de las cifras de los fondos europeos o de personas contagiadas por la covid, hacen mal los números.
Se lo dijo Puigdemont al Abc hace dos semanas: «Sánchez no será primer ministro con los votos de Junts». Puigdemont estará huido y lejos pero conoce muy bien a Sánchez: «Es un mentiroso y un incumplidor». Sánchez les ha robado en las elecciones 137.591 votos y un escaño y cree que se lo van a agradecer apoyándole. Junts lucha por la Generalitat y sabe que si rompe con Sánchez —y Esquerra no lo hace— todo el independentismo será suyo. Y contra el Partido Popular en Madrid viven mucho mejor que con Sánchez. Consiguen lo mismo, pero por lo menos rentabilizan sentirse víctimas.
Los de ERC buscan unirse, en un frente común con Junts, para seguir liderando un movimiento y una Generalitat que hoy tendrían perdida. Sólo Sánchez es capaz de creerse que, después de robar a ERC 411.976 votos y seis escaños, van a seguir entregándole la presidencia, como butiflers, para que Madrit nos robe. Ya han comenzado a pedir el referéndum vinculante, la bilateralidad y la singularidad en la financiación.
El metapresidente virtual cuenta en su cabeza con todos los escaños de Yolanda. Suma y sigue. Pues ya puede restar cinco de Podemos. Sánchez veta a Belarra, Yolanda a Montero y Pablo Iglesias le entrega sus cinco votos porque sí. Eso no es metamundo eso es meterse hierba de la muy buena. Pablo tiene en sus manos demostrar que él es el que manda en la izquierda radical. Puede exigir, para la constitución del Congreso, que le otorguen un grupo parlamentario, —se lo darán— y para la investidura que, como Belarra y Vestrynge ya tienen acta de diputadas, su vetada Irene sea, otra vez, Ministra de Igualdad. Que no se lo dan, no hay cinco votos, y Yolanda implosionará inmediatamente.
Todo esto sin comentar lo que sucede en Euskadi con el PNV y Bildu. Es verdad que, después de los presupuestos por presos y el blanqueo de Arnaldo Otegi, los de Txapote están con Sánchez. Que cumpla con ellos quizá sea porque nunca entregaron las armas. Y claro.
«A Feijóo le va a costar mucho acostumbrarse al ‘trilerismo’ del entorno»
La realidad después de las elecciones, al margen del metaverso de Pedro Sánchez basado en la mentira, la manipulación y la maldad, es otra y es muy compleja. Alberto Núñez Feijóo, como ganador de las elecciones, instalado en la institucionalidad, se comporta siguiendo el protocolo que le corresponde, sin perder tiempo, para intentar formar gobierno. Escribe cartas oficiales para intentar desbloquear lo que los votantes hemos bloqueado y trabaja para cumplir con el mandato al ganador que emana de las urnas: afrontar la investidura. A Alberto Núñez Feijóo le va a costar mucho acostumbrarse al trilerismo del entorno. Escribe una carta al secretario general del PSOE, que además es el presidente del Gobierno en funciones, y la opinión pública conoce su carta junto con la respuesta antes que él. El tono de Sánchez en la respuesta es una evidencia de que sigue muy cabreado por el resultado.
Feijóo, buscando cumplir con el mandato de las urnas, ha mantenido una reunión discreta con Abascal. El problema es que aparece el hechicero de la casa verde, ése que está llevando a su partido, con sus negociaciones y el manejo de las listas, al guantazo electoral ahuyentando 600.000 votos. Buxadé, a quien se puede responsabilizar de perder los 19 escaños debido a su estrategia integrista y radical, se ha saltado las normas de educación y ha contado la reunión de Abascal con Feijóo, mofándose, criticando, adoctrinando sobre qué y cómo es la derecha, porque él se cree listo y piensa que sabe hacer política. No se da cuenta —yo creo que sí y es peor— que a corto plazo es el mejor aliado de Sánchez. Buxadé y su camarilla creen que al contar su reunión con Feijóo retienen al PP en la derecha. Se equivocan. Al final, Buxadé va a ser el mejor aliado del Partido Popular porque cada vez que se manifiesta en público y abre la boca, devuelve al PP miles de votos. Cosas que le pasan por su forma de ser, hacer y sobre todo de pensar.
Hoy por hoy Sánchez no tiene los votos y Feijóo tampoco. Uno miente y manipula y crea una ficción sobre su investidura. Feijóo intenta cumplir con el mandato electoral y choca con la realidad del resultado. Bloqueo político. Probablemente el Rey los iguale. Los dos serán candidatos frustrados. Y al final, en diciembre, no nos quedará más remedio que volver a votar. Que sí, que habrá elecciones. Que Sánchez siempre miente.