THE OBJECTIVE
Pilar Cernuda

Querer a España

«Los que conocimos la grandeza de la mayoría de los políticos de tiempos pasados, jamás pudimos pensar que un día estaríamos en tan penosas manos»

Opinión
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Querer a España

Credenciales de los diputados electos en el Congreso de los Diputados.

Me preguntaron en una ocasión en una charla con estudiantes de periodismo, qué era ser un hombre de Estado. Fui grandilocuente en la respuesta, pero me salió de dentro: «Querer a tu país, querer a España». Seguro que me tomaron por una mujer pasada de rosca que vive ajena a los tiempos actuales, pero me reafirmo en que un hombre de Estado, una mujer de Estado, es la que considera prioritario la defensa de su país, proteger a la sociedad de su país. En la España de hoy, lo echo de menos.

No considero al presidente Sánchez un hombre de Estado, aunque sí hay hombres del PSOE tan desesperados como yo misma; tampoco considero hombres de Estado a la mayoría de los dirigentes que forman parte del grupo de partidos que apoya a Sánchez, con mi rechazo muy enfocado en los independentistas y en Bildu, los dos por buscar el destrozo de España, con los segundos además acogiendo en sus filas a personajes de trayectoria terrorista.

Creo también que en la dirección de Vox hay personas que no son patriotas sino patrioteros, y con verbo encendido atraen a quienes confunden el querer a España con propuestas que rompen la sociedad y la devuelven a comportamientos retrógrados que es mejor no recuperar nunca. Me da la impresión que es la razón de que Iván Espinosa de los Monteros haya decidido no recoger su acta de diputado, más que por el mal resultado electoral. Tampoco convencen las excusas familiares.

Se tomaba la política en serio, y aunque defiende ideas muy alejadas de las que muchos defendemos, no podía sentirse cómodo junto a personajes ante los que Abascal ha caído rendido y ha permitido que impongan su criterio. Por otra parte, si Vox ha perdido votos a chorros ha sido en gran parte porque muchos de quienes confiaban en Vox se han dado cuenta de que buscaban cargos por encima de cualquier otra consideración.

Ya metidos en el tema, no me resisto a comentar las declaraciones de Patxi López, que al conocer que Vox apoyaría la investidura de Feijóo si el Rey lo designa candidato, arremetió contra los que pactan con quien haga falta «con tal de estar en el poder». Hay que tener mucha desfachatez para que se exprese en esos términos un colaborador importante de Pedro Sánchez.

«Ortúzar sigue empeñado en que Feijóo no sea presidente, y eso que solo con abstenerse provocaría que Sánchez se fuera a su casa»

A Feijóo se le abre una posibilidad de ser presidente tras el anuncio de Vox de que no exigiría entrar en su gobierno en el caso de que lo consiguiera. De inmediato se produjeron movimientos que demuestran cómo quieren España algunos de nuestros políticos.

Esparza, de UPN, antes de las elecciones dijo que apoyaría a Feijóo; después, que ya se vería, pero daba a entender que no quería alejarse excesivamente de Sánchez, por si acaso. La diputada Cristina Valido tuvo una reacción muy parecida: la primera, que apoyaría al PP en una posible investidura, entre otras razones porque gracias al acuerdo entre Coalición Canaria y el PP su jefe Fernando Clavijo se convertía de nuevo en presidente de Canarias tras cuatro años de socialismo. Una vez celebradas las elecciones, Valido anunció que su partido apoyaría a quien gobernara, lo que significaba que le era igual PP que PSOE, Feijóo que Sánchez, churras que merinas. Bonita forma de ejercer política. Se comprende que en las elecciones del día 23 se haya producido una importante caída del voto regional.

En cuanto al PNV, habituado a ganar, ahora se ha visto rebasado por Bildu. Se mantiene al frente de la institución más poderosa del País Vasco junto a la lehendakaritza, la diputación de Guipúzcoa. Pero Ortúzar, el presidente del PNV, empieza a asumir las malas costumbres de Pedro Sánchez, y ni se ha molestado en agradecer a Feijóo que le diera su apoyo, a cambio de nada, para que la diputación fuera para el PNV y no para Bildu.

Ortúzar sigue empeñado en no permitir que Feijóo sea presidente de gobierno, y eso que ni siquiera tendría que apoyarle, solo con abstenerse en la investidura provocaría que Pedro Sánchez se fuera a su casa. Ya no tiene la excusa de su rechazo total a Vox, porque en el acuerdo entre Feijóo y Abascal está que en ningún caso habrá miembros de Vox en un gobierno del PP. Hay trastienda en la posición del PNV, y saldrá a la luz más pronto que tarde. Pero Ortúzar tendría que hacérselo mirar: a mediados del 2024 habrá elecciones en el País Vasco, y como siga bailando el agua a Sánchez y sus socios, Bildu no solo ganará sino que va a arrasar. Y llegará entonces el llanto y crujir de dientes para los peneuvistas.

Los que conocimos la grandeza de la mayoría de los políticos de tiempos pasados, jamás pudimos pensar que un día estaríamos en tan penosas manos.

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