Habrá más infamia
«En cualquier país con cultura y tradición democrática esta reunión con un huido de la justicia sería una hecatombe de ceses y dimisiones»
El encuentro en el refugio pirata de Waterloo de la vicepresidenta de un gobierno democrático, supuestamente respetuoso con el estado de derecho, con un prófugo cobarde que intentó un golpe sedicioso contra la Constitución española, la unidad española y la soberanía nacional española, ha dejado sin palabras a todos los que respetamos no solo las leyes, sino también las instituciones democráticas y hasta el sentido común.
La siempre sonriente Yolanda Díaz ha elevado el tono hasta las carcajadas con Carles Puigdemont. Debe de considerar muy graciosa la humillación y el desprestigio de esta reunión pública a la que ha acudido si fuera una visita de gobierno, aunque ha insistido un millón de veces que solo iba como líder de Sumar. Nadie lo sabrá. Esta supuesta adalid de la transparencia lleva años sin informar al portal de Transparencia, de sus viajes y sus gastos. Eso es para políticos rancios que no han evolucionado.
Hoy es un día de la infamia. Pero vendrán más. En cualquier país con cultura y tradición democrática esta reunión con un huido de la justicia española y reclamado en todas las instituciones europeas, sería una hecatombe de ceses y dimisiones. A ver cómo explican ahora en Europa que es un prófugo.
Pero estamos en un país en el que a los corruptos se les han bajado las penas; a los sediciosos se les ha quitado el delito; a los golpistas se les ha indultado. Y a los prófugos se les ríe las gracias.
Vista la vergüenza nacional es bueno recordar que esta mujer hace a la vista lo que el tenebroso Felix Bolaños, ministro de la presidencia y hacedor de aquelarres como la amistad con los herederos políticos de los asesinos de ETA, hace a escondidas.
«Hemos visto tanta basura institucional con tal de mantener a Pedro Sánchez en el poder que no es fácil estremecerse ante cada nueva puñalada política al sentido común y a la decencia democrática»
En esta historia hay un solo ganador: el loco de Waterloo. El que exige y conseguirá una amnistía. El que se permite el lujo de decir que se incluya a los agentes de las fuerzas de seguridad del estado que tienen juicios abiertos, que no cometieron ningún delito y ni siquiera han sido condenadas. Un gesto hipócrita que esconde la seguridad y exigencias de que sean condenados para dar una falsa imagen de abrazo de Vergara. Todos juntos en la amnistía que la abogacía del estado, la fiscalía general del estado y todos los mamporros y palmeros acabarán consiguiendo para mayor gloria de Puigdemont y de Sánchez.
Y si algo falla, el Tribunal Constitucional lo arregla, que para eso se hizo lo imposible para introducir exministros y palmeros.
En España todo es superable. Lo de Alberto Núñez Feijóo filtrando la posibilidad de sentarse con Junts, demuestra que nuestros políticos están dispuestos a todo. Creo que de producirse sería el fin de Feijóo. Y lo mismo con esa posible oferta al PNV de más dinero y más competencias. Indigno. De nuevo la política española decide depender de sus avariciosos nacionalistas e independentistas.
Hay cosas que no se pueden hacer y Feijóo recibió de respuesta la bofetada de Urkullu. Dice el líder del partido de los fueros de hace siglos que hay que modernizar nuestra Carta Magna. Eso en palabras de los cajeros del PNV es que el resto de españoles paguen las fiestas de vascos y catalanes en otra aberrante propuesta de Confederación.
Así están las cosas. Amnistía y referéndum. Las habrá. No sé con qué nombre, pero las habrá. Y luego va el sobrao de Emiliano García-Page y dice con esa vocecita, para que conste en hemerotecas cuando le venga bien, que no le gusta depender de independentistas. Pues lleva cinco años y los que nos quedan.
Habrá más infamia. Y ningún votante socialista dirá nada. Callarán mientras en España se hace más ricos a los ricos que se quieren ir de España, con el dinero de todos los españoles. Más risas de Yolanda Díaz.