'Ofú', ¡qué bochorno!
«Es muy difícil que volvamos a pasar tantos ahogos durante tantos días por más calurosos que sean los próximos veranos»
Estará de acuerdo conmigo en que será muy difícil que vengan otros estíos con tantos bochornos por muy caluroso que nos pinte el futuro el cambio climático. Cuesta imaginar días peores de sofocos veraniegos sin que medie la canícula dado que la temperatura extrema en este caso, va por dentro. Bochorno, por un crío de pocas luces y mucho odio, bandolero torpe del siglo XXI cuyo linaje no es suficiente —ni mucho menos— para justificar la conmiseración del asesinato y descuartizamiento de un ser humano por muy malo que fuera o quieran pintarlo para difuminar la culpa.
Bochorno, por un beso secuenciado en decenas de partes, tantas como sean necesarias para destituir al magüeto mas tonto de la manada como si el animal no tuviera en su historial razones suficientes para ser sacrificado. Bochorno, porque al mismo tiempo que unas se reían del ósculo, otras lloraban doloridas en la boca, en el cuerpo y en el alma, sin que nadie se indignara por ellas. Bochorno, porque en esta España opresivamente morada que nos han impuesto a las mujeres, parece que nos tiene que doler más un pico que una pala.
Bochorno, porque estamos vaciando nuestros bolsillos en un ministerio que nos proteja y dado que se han disparado los casos de violencia de género, parece claro que lo único que se está evitando es que su titular se empobrezca. Bochorno, porque tenemos un rey, nos guste o no, exiliado a la fuerza y retirado en tierras extrañas, al que nadie va a ver y cuando viene, le amenazan, mientras, a un fugado de la justicia nuestro gobierno le va a ver a Bruselas, con el rabo entre las piernas, mendigándole un acuerdo que les mantenga en la presidencia de este país que acabará tan descuartizado como el amante de Daniel Sancho. Bochorno, porque las que dan lecciones de feminismo son las que van las primeras a limpiar la mierda a Waterloo para que cuando llegue el hombre no se ensucie. Bochorno, porque para paliar los daños en su imagen por ceder al chantaje del independentismo Sánchez se va a gastar 70.000 de nuestros euros en redes sociales promocionando su presidencia de la Unión.
Bochorno, porque a principios de mes Standard & Poor’s nos dijo que sólo hemos ejecutado el 10% de los fondos europeos, muy lejos del 57,1% de Francia, 48,9% de Suecia o el 41,8% de Alemania y encima, el gobierno silba y mira para otro lado cuando le preguntan a qué y a quienes los han destinado. Bochorno, porque a día de hoy —que seguimos recogiendo el lodo que nos ha dejado la DANA y recopilando la documentación que exigen para declarar zonas catastróficas las localidades destrozadas de Madrid y Castilla-La Mancha que ha anegado el agua—parece que el ejecutivo ha desplazado el 40% del fondo destinado a reponernos de este tipo de daños, a gastos en defensa, elecciones y sentencias, entre otros. Bochorno, porque como era de esperar, Conde Pumpido ha organizado que el Constitucional revise los votos nulos de Madrid en contra de la decisión del Supremo.
Bochorno, porque han despedido a una seleccionador después de haber ganado un mundial por aplaudir para poner ahora a una seleccionadora —lo que importaba es que fuera mujer— que también le dio a las palmas. Mire, mucho bochorno, tanto, que los sofocos de hoy, si es tan amable escríbalos usted al final del día que seguro los habrá aunque la jornada no haya pedido mucha piscina. Y es que, como le decía, es muy difícil que volvamos a pasar tantos ahogos durante tantos días por más calurosos que sean los próximos veranos.