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Del error Suárez al «error» Sánchez

«Adolfo Suárez, que sí era el constructor de una España reconciliada (y no Sánchez), cayó en los abismos, la elocuencia y la trampa del separatismo»

Opinión

Pedro Sánchez. | Europa Press

«En la Transición nos propusimos todos los españoles la reconciliación definitiva y quisimos acabar con el mito de las dos Españas, siempre excluyentes y permanentemente enfrentadas». Esta frase, de Adolfo Suárez, resume una época luminosa de nuestro pasado reciente. Pero no todas las reformas en post de la reconciliación fueron positivas. Perdimos lo más importante —vidas—, por la amnistía concedida a los terroristas de ETA.

Santos Juliá dedicaba un capítulo de su libro Transición a este asunto. Explicaba que la amnistía ni alentó la vuelta de los chicos de ETA a casa ni marcó el fin de los atentados. Ocurrió, más bien, lo contrario: persuadida de la eficacia de su estrategia a largo plazo, y convencida de la debilidad del gobierno, la banda reforzó sus comandos. También respondió subiendo otro peldaño en la escalera con atentados dirigidos a los mandos militares, y protagonizó los años de plomo, el periodo más siniestro (1978-1980). 

Aquella amnistía se promulgó, en 1977, sin reciprocidad por parte de ETA (a quien iba mayoritariamente dirigida). Si en 1977 ETA había asesinado a 11 personas, esa cifra aumentó en 1978, año de la Constitución, a 68. Fueron 80 en 1979, año del Estatuto de Autonomía. Y de vuelta a empezar. La violencia no se contemplaba como «estrategia política» para lograr sus objetivos de autodeterminación, sino que se explicaba como resultado de una «herencia histórica» (Juliá). En ese relato perdimos la primavera. Perdimos la Transición, la memoria histórica…

«Se intentará que la amnistía aparezca imbuida del mismo deseo de convivencia al que apelaba Suárez, esa es la estrategia»

Qué tristeza, qué pesadez, qué lata esta rueda del relato que nos lleva al mismo error una y mil veces. La banda vasca no aceptaba desviación alguna de sus planteamientos, como tampoco lo hace hoy Junts. El hecho de no condenar estas ideas anacrónicas basadas en criterios étnico-lingüísticos, en herencias históricas y otras perlas del independentismo revela el nivel de anomalía en el que se encuentra nuestra democracia en 2023. Puigdemont ha dicho esta semana que «España está podrida», y ha repetido todo el relato que esta región se ha montado a sí misma para encontrarse más interesante.

No siempre fue así. Hubo un paréntesis, un cambio en el relato, a partir de los 80. Un amplio número de españoles consideraba que el principio de que los pueblos tienen derecho a autogobernarse es un mero vestigio, fósil mental, que sirve como retórica convencional en las competencias de poder. Esta nueva elocuencia se va asentando en España, forma parte de nuestra educación democrática. Obviamente, no podemos cambiar esta narrativa compartida durante más de cuarenta ańos por exigencias del guión legislativo. 

Adolfo Suárez, que sí era el constructor de una España reconciliada (y no Sánchez), cayó en los abismos, la elocuencia y la trampa del separatismo. Sánchez se dirige al mismo «error» por otros motivos políticos, aunque lo pinte de reconciliación. Se intentará que la amnistía aparezca imbuida del mismo deseo de convivencia al que apelaba Suárez, esa es la estrategia. Pero los que vemos el confuso arsenal ideológico del PSOE y el cambio en las exigencias de guión, los que escuchamos esta música del separatismo cada vez más alta, tememos lo peor: aquello de que la Historia se repite y «la segunda vez —Marx—como farsa». 

13 comentarios
  1. JoeElFeoOh

    A buenas horas le hubiera metido el guripa al de Cebreros los goles que les ha metido a Mariano y a Feijoo.

  2. JoeElFeoOh

    El único que le cantaba las 40 a Campechano era Adolfo Suarez, que nunca fue santo de mi devoción, pero todo el mundo reconoce que se dejó la piel en apañar algo parecido a una democracia.

    Con lo del «Error Suarez» esta señorita se ha doctorado hoy como Petarda Magna Cum Laude.

  3. danif

    Andreu Mas-Colell“ uno de los intelectuales más relevantes y admirados por el independentismo “lo ha sentenciado” “ La principal enseñanza del procés es que Europa no acepta “ ninguna alteración de fronteras externas o internas” por lo que la agenda soberanista “no es viable” si se fija como objetivo “culminar en la independencia” o la creación de un nuevo estado europeo” Tal vez continúen con su proyecto pero cada vez con menos gente.La pérdida de seguimiento social del movimiento independentista no deriva del “ inteligente proceso de pacificación de Sánchez en Cataluña” como afirman y repiten los medios dependientes proviene , principalmente, del fracaso del Govern y de que la población comienza a tomar conciencia de que la responsabilidad procede de que lo está dirigiendo la clase más inmadura, incompetente, irresponsable y extractiva de la UE .

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