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Lo peor no es la amnistía

«Si Sánchez gana la investidura abordará cosas mucho más graves. Despejará la renovación del CGPJ para invadirlo e iremos hacia una España confederal»

Opinión

Ilustración de Alejandra Svriz.

  • Joaquín Leguina. Villanueva de Villaescusa (1941). Nací en el año del hambre, pero lo hice en la tahona de mi abuela Pilar. Estudié el bachillerato con los curas escolapios en Santander y la licenciatura en CC. Económicas en Bilbao. Después fui becado en la Sorbona, donde obtuve dos master y un doctorado. También me doctoré en la Complutense. Más tarde saqué la oposición a Estadístico Facultativo del INE (hoy Estadístico Superior) y como tal trabajé para la CEPAL en Chile, donde me pilló el golpe de Estado de Pinochet.
    He sido profesor en la Complutense y concejal en el Ayuntamiento de Madrid. Y diputado nacional. Ah, se me olvidaba (hace ya tanto tiempo), también he sido presidente de la Comunidad de Madrid durante doce años. He escrito novelas, relatos, ensayos y cientos de artículos en variados periódicos y revistas.

Sobre la constitucionalidad de la amnistía existe una abrumadora mayoría de especialistas que entiende que no es constitucional. Por ejemplo, el profesor Manuel Aragón que lo ha dicho con toda claridad. Se dice que como la Constitución no habla de la posibilidad de amnistía, por tanto podría haberla porque no lo prohíbe. Pero es todo lo contrario. Sería necesario que la Constitución hablara de amnistía para que eso fuera posible.

Y es que la Constitución no habla de amnistía porque entiende que España no sufre una dictadura, pero sí que habla de los indultos y dice que los indultos generales no son posibles. Un indulto lo que hace es simplemente eliminar el cumplimiento de la pena pero sigue existiendo el delito, mientras que una amnistía borra el delito.

Pero si Sánchez gana la investidura abordará otras cosas mucho más graves. Para empezar, despejará la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) para invadirlo, como ha invadido el Tribunal Constitucional (TC). Estaremos, pues, ante la destrucción de la división de poderes, asunto clave en cualquier democracia.

Además iremos inexorablemente hacia una España confederal. El catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Barcelona Josep Maria Castellà lo ha descrito así en El Mundo (30-IX-2023):

«Han provocado que sea una crisis del sistema constitucional, no habiendo condiciones objetivas para que tuviera que ser así. Desde la presidencia de José Luis Rodríguez Zapatero el PSOE inicia un camino, que ahora ha culminado con Pedro Sánchez, de negación de lo que fue la Transición en términos de pacto político y también de la necesidad del pacto para las grandes cuestiones de Estado. Poco a poco se han ido desmantelando elementos capitales de ese pacto, como vemos ahora con la posible amnistía o el mismo concepto de autogobierno. Otro ejemplo de este proceso es el cuestionamiento de la Monarquía. Cada una de las piezas que desembocaron en la Constitución se están viendo cuestionadas y no solo por grupos minoritarios».

«Sánchez está resuelto a rodearse de quien sea necesario, con tal de hacer inviable la alternancia en el poder»

De lo que no cabe duda es de que Sánchez está dotado de tragaderas infinitas y está resuelto a rodearse de quien sea necesario y firmar cualquier cosa, sin remilgos ideológicos ni jurídicos, con tal de hacer inviable de facto la alternancia en el poder en España, al menos mientras él lo ocupe. En el momento en que esto escribo, la política española se reduce a dos opciones: O Gobierno ultraprecario de Sánchez sometido al chantaje permanente por sus peligrosas compañías o repetición de elecciones el 14 de enero. En este caso, la campaña electoral, en términos utilizados por el analista Ignacio Varela («Y ahora, ¿qué? Estado de guerra en la política española», en elconfidencial.com) «sería la más sucia y destructiva vivida en España desde 1936; de nuevo el Frente Popular contra el Frente Nacional en una escalada suicida de abominaciones recíprocas. Sólo dos cosas nos salvan de un desenlace trágico como el de entonces: el talante de la sociedad española de 2023, que detesta el fratricidio, y el providencial paraguas protector de la Unión Europea».

En verdad, desde la noche del 23 de julio la cosa quedó clara en la calle Ferraz: todos juntos en pos de un gobierno progresista.

Respecto a la autodeterminación que reclama el separatismo, recogeré aquí el Artículo 92, apartado 1, de nuestra Constitución: «Las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos». No sólo de los catalanes.

Y, amables lectores, les advierto —con Ignacio Varela— que «no pierdan ojo a los movimientos del PSC, siempre sinuosos. Después del 23-J, el PSC manda en el PSOE como nunca y Salvador Illa, erigido en barón único, es la persona capaz de condicionar la voluntad de Pedro Sánchez».

18 comentarios
  1. danif

    Democracy Index ” reparte los países en : Democracia plena, Democracia imperfecta , Régimen híbrido y Régimen autoritario.
    Están situados en el grupo de Régimen autoritario , entre otros , Venezuela y Cuba .
    Podemos, Izquierda Unida , E.R.C. y EH BILDU ( y más como la CUP….) han demostrado su admiración por su régimen político .
    Tenemos dos tipos de políticos y periodistas, los partidarios de un régimen democrático ( con su izquierda ej Guerra -Gonzalezy su derecha ) , que respetan las normas y las resoluciones judiciales , los derechos y libertades de todos los ciudadanos y los principios democráticos y los partidarios de regímenes autoritarios , como los que dirigen Cataluña y gran parte del gobierno de Sánchez, que no lo hacen . La democracia no es su sistema ni lógicamente el de la U. E , que se basa en el. Nunca respetarán nada de lo anterior ,” les sobra” toda su legislación , la separación de poderes, el Parlamento , el control de la gestión política, el periodismo independiente y solvente, los que no opinan como ellos ( si pudieran los expulsarían para reducir votos en contra ) y hasta la oposición

  2. jorgeplaza

    «Para empezar, despejará la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) para invadirlo, como ha invadido el Tribunal Constitucional (TC). Estaremos, pues, ante la destrucción de la división de poderes, asunto clave en cualquier democracia», dice el señor Leguina. Curiosamente, es el PP el que ha invadido o, mejor, secuestrado el CGPJ desde hace ya dos legislaturas, presumiblemente para seguir teniendo buenos árboles a qué arrimarse en todos los juicios que le quedan pendientes al PP por asuntos menores como, por ejemplo, la fabricación de pruebas falsas a cargo de toda la plana mayor del Ministerio del Interior del PP, auxiliada por la policía que pagamos todos, contra enemigos políticos internos (Bárcenas) y externos (separatistas), a todo lo cual el señor Leguina no tiene nada que decir: al revés, confiesa haber votado por ese partido tan democrático, tan observante de las leyes y tan amante de la separación de poderes, o sea, de separar al PSOE del poder a cualquier coste.
    Yo soy contrario a una amnistía gratis a los separatistas, pero la amnesia y la parcialidad del articulista hacia su antiguo partido claman al cielo.

  3. danif

    Ramón Tamames Gómez:“ Sobre los socios de Sánchez, “ en el fondo lo que quieren es mandar. Quieren mandar empobreciendo el país. Y una vez que lo empobrecen, con una red de mecanismos de clientelismo, controlar el país de una forma definitiva. ¿Cuál es el efecto de Podemos en el Gobierno? Pues sencillamente más subsidios que son necesarios en parte, pero no para todos, porque la gente entonces dej a de trabajar.. ellos lo que quieren es cargarse el sistema. Lo ha dicho el jefe de Bildu “Venimos a Madrid a cargarnos el régimen “
    Los que dirigieron la transición siempre podrán justificar que, aunque a trompicones, al final dejaron un país entre las democracias plenas y que los que los quieren sustituir son admiradores de regímenes autoritarios que están los últimos en progreso y libertad.

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